Ciberacoso en México: la violencia digital que viven las mujeres

Ingrid Krasopani Schemelensky Castro
La tecnología es la actualidad en nuestro mundo, y aunque deberíamos usarla más a nuestro favor, ha pasado todo lo contrario en algunas ocasiones. La violencia no tiene límites y la poderosa herramienta de lo digital ha detonado en una ola de víctimas de ciberacoso, mujeres en su mayoría.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2024, 31.1% de las mujeres de 20 a 29 años que utilizaron internet fueron víctimas de ciberacoso. El riesgo para este sector que sobrepasa la mayoría de edad es alarmante, pues en una era donde el internet es indispensable, no puede hablarse de que sea un entorno seguro.
El estado más perjudicado por el ciberacoso fue Yucatán, con 30.6%. Después, San Luis Potosí, con 30.5% y Durango, con 28.5 por ciento. Las entidades que presentaron menor prevalencia de ciberacoso hacia las mujeres fueron Morelos, Tamaulipas y Quintana Roo, con 14.9, 17.5 y 18.5%, respectivamente.
¿Y cómo es que funciona este delito? La forma más común es la construcción de identidades falsas. Durante los últimos 12 meses, 36.0% de las mujeres y 36.0% de los hombres víctimas de ciberacoso experimentaron contacto mediante ellas. Asimismo, 32.4% de las mujeres víctimas de ciberacoso recibió mensajes ofensivos y 29.0%, insinuaciones o propuestas sexuales.
Si hacemos un contraste con los hombres, el porcentaje en cuanto a los textos agraviantes no establece gran diferencia: 35.9%. Sin embargo, cuando se habla de comentarios o propuestas de connotación sexual, la diferencia sí que es alarmante, pues los resultados arrojaron una minoría de 13.9%.
Facebook fue la red social más usada para el ciberacoso a mujeres de 12 años y más en 2024 con un 43.6%. En cuanto a la modalidad de llamadas ofensivas, el medio más frecuente fue el teléfono celular, con un 60.0%, seguido por WhatsApp, que registró un 30.6% de los casos.

En el mismo año (2024), la situación de ciberacoso que las mujeres experimentaron con mayor frecuencia fue amenazar con publicar información personal, audios o videos para extorsionar, con 43.2%. ¿Dónde podrán las mujeres vivir tranquilas y sin miedo a ser acosadas cuando ni en su propia casa lo están?
Ahora no sólo deben cuidarse de desconocidos, sino también de sus allegados. Aunque los porcentajes de acosadores a los cuales las víctimas mayores de 12 años no conocían es dominante (62.9%), el 21.6% identificó solo a personas conocidas, mientras que el 15.5% sufrió ciberacoso tanto de personas conocidas como desconocidas.
Por su parte, de la población de mujeres que fueron víctimas de ciberacoso y que pudieron identificar el sexo de las personas agresoras, 52.1% manifestó que la agresión provino únicamente de hombres, algo que, desafortunadamente, era de esperarse.
A nivel nacional, de la población de 12 a 17 años que fue víctima de ciberacoso, 61.6% manifestó haber sido agredida por personas de 12 a 17 años. Esta es una de las tantas consecuencias de un país donde la violencia se ha “normalizado”, conductas hostiles en etapas tempranas.
El 61.1% de las mujeres que fueron víctimas de ciberacoso dijeron haber experimentado enojo y el 34.5% refirió haber experimentado miedo. Cuando una situación se vuelve repetitiva, las emociones cambian y el impacto psicológico es inmediato. Las mujeres mexicanas están cansadas, frustradas, y hasta desesperanzadas.
Estos escenarios constantes que sufren las ciudadanas mexicanas parecen no tener fin. En vez de protegerlas, se les cierra cualquier puerta que les permita hacerlo. ¿Dónde está la Ley Olimpia o la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia? No basta con que existan si su aplicación no llega a quienes más las necesitan.
Estas estadísticas no son solo números, son las voces de mujeres que han contado una historia en la que de nuevo les toca ser víctimas y que todas, desde quienes manejamos una posición de dirección debemos actuar, exigir y presentar propuestas para combatirla.