Así es cómo el endeudamiento mundial puede afectar a México

Guillermo Vázquez Handall

Derivado de la crisis inminente de las finanzas públicas en las principales economías del mundo, el panorama global económico vislumbra una posible emergencia por el enorme nivel de endeudamiento de los gobiernos que se están quedando sin dinero.

La deuda pública bruta en economías avanzadas ronda en el 110 % del PIB global, y con este panorama es natural observar incrementos importantes en los rendimientos de bonos, a pesar de la diversidad de los problemas estructurales y fiscales de las diferentes naciones.

Los países desarrollados están gastando por encima de sus posibilidades reales, con un incremento vertiginoso de sus deudas públicas que amenazan por volverse insostenibles. 

Si bien es cierto que la deuda pública, permite almacenar riqueza, combatir crisis y planificar el futuro, también lo es que en exceso genera resistencias de los mercados de bonos, eleva los costos de los préstamos y erosiona la credibilidad crediticia.

La situación, que históricamente había sido una constante para los países pobres, ahora es un problema que se cierne como una advertencia de alto riesgo en las economías más grandes y ricas del planeta.

La coyuntura de la deuda ha comenzado a provocar que los mercados internacionales  realicen un viraje entorno de acomodos hacia activos conocidos como “refugio” para poner un ejemplo, los commodities de metales preciosos han aumentado en más del 47 % en este año, en contraste con la baja de los agrícolas y energéticos.

Así es cómo el endeudamiento mundial puede afectar a México

En México se están aprobando incrementos en algunos impuestos sin embargo, la deuda cada vez crece más y se mantiene una negativa de recomponer las finanzas públicas, a través de una necesaria reforma hacendaria profunda y responsable.

El hecho es que si no se toman acciones determinantes en ese sentido, al menos en materia de estabilización se genera un temor fundado a apostar por la inflación como medida de escape, lo que aumenta el temor de los inversionistas.

No existe un parámetro confiable para determinar cuánta deuda es suficiente o demasiada, aceptable o manejable, la sostenibilidad depende de las tasas de interés en contra del crecimiento, México con una deuda del 50 % de su PIB tiene márgenes de maniobra, pero con un crecimiento proyectado del 2 % no son suficientes.

El creciente endeudamiento mundial pone sobre la mesa de análisis la vulnerabilidad de nuestro país ante las presiones externas, que encarecen el financiamiento y frenan el crecimiento, a pesar si se puede decir así coloquialmente, que contamos todavía con un colchón temporal.

La necesidad está en aumentar los ingresos, entre otros factores mediante una dinámica de acuerdos comerciales para la diversificación y muy importante, a través de la consolidación de los costos financieros que conllevan la salud y la educación   

México requiere para poder mitigar estos impactos, de esas estrategias de diversificación, como la agenda de la relocalización y de bonos sostenibles, políticas prudentes como reducir el déficit al 3.9 % del producto interno bruto, pero sobre todo reformas fiscales.

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