Interrogantes en torno al proyecto 2024 de Héctor Melesio Cuén

Álvaro Aragón Ayala 

Quienes gustan de la elucubración política, no del análisis profesional o de alto calado, un día convierten a maestro Héctor Melesio Cuén Ojeda en el futuro secretario general de gobierno y otro lo “destituyen”; al día siguiente lo vuelven a colocar en los reflectores y al cuarto día no le conceden “posibilidades” de llegar a ese cargo. 

Los analistas serios consideran a Cuén Ojeda un “animal político”, un político hecho para la política de altura, para construir en la política. Desde la fundación del Partido Sinaloense, hace ya poco más de 8 años, es factor de gobernabilidad o gobernanza. La praxis política de Cuén Ojeda se ajusta a la institucionalidad y a la legalidad sin rayar en la sumisión, conocedor bien a bien de los disensos, los contrapesos y los tiempos políticos. 

¿Le conviene o no, le interesa o no al dirigente del Partido Sinaloense convertirse en secretario general de Gobierno? ¿Le conviene o no, le interesa o no al gobernador electo Rubén Rocha Moya designar como su secretario general de Gobierno a Héctor Melesio Cuén Ojeda? ¿A quién de los dos le conviene más? Si en el pasado proceso electoral Cuén Ojeda y Rubén Rocha demostraron capacidad de cohesión y solidez para alcanzar la victoria bajo la fórmula PAS-Morena ¿qué tan dispuestos están los dos para unir esfuerzos y capacidades sacar adelante el proyecto de la 4T en Sinaloa?  

Más aún ¿Les conviene o no a Rubén Rocha Moya y a Cuén Ojeda seguir juntos? ¿Qué tan factible y provechoso consideran en Palacio Nacional un nuevo pacto por la gobernabilidad de Sinaloa de Cuén Ojeda y Rocha Moya? ¿A Andrés Manuel López Obrador y a los precandidatos a la Presidencia de la República les conviene o no la virtual separación de Rocha y Cuén o que sigan unidos rumbo al 2024?

El plan de Rocha Moya es cambiar el rumbo de Sinaloa, revertir los estragos de los gobiernos prianistas neoliberales y ajustar los programas sociales y de desarrollo de los sectores productivos a las normas que dicta la Cuarta Transformación y sobre todo emprender una gran cruzada contra la corrupción y buscar la pacificación del estado. Bajo estas premisas debe escoger el mejor perfil para la secretaría general de gobierno. 

El plan de Héctor Melesio Cuén Ojeda es mantenerse activo, vivo políticamente, en un escenario que le sea favorable para buscar en el 2024 la candidatura al Senado de la República y el 2027 la gubernatura de Sinaloa. Para lograr llegar a la Cámara Alta tendrá que establecer pactos políticos con algún partido nacional dado que el Partido Sinaloense está inhabilitado, por ley, electoral y jurídicamente, para postular candidatos a diputados federales y Senadores.   

Cuando Héctor Melesio Cuén precisa que cogobernará junto con Rubén Rocha Sinaloa no manda la lectura de que será el próximo secretario general de gobierno; se refiere a la dinámica y presencia de los 8 diputados que tendrá el PAS en el Congreso Local y los 6 presidentes municipales en un escenario de 18 ayuntamientos, en el que solo uno pertenece política y administrativamente al Partido Revolucionario Institucional.   

Sea o no sea el futuro secretario general de gobierno, el PAS y Cuén cogobernarán Sinaloa sin que ello implique, de acuerdo a las lecturas que envian, la renuncia de las responsabilidades sociales y políticas que tiene ese partido como parte actora en la discusión de la agenda estatal y la confección de leyes en el Congreso Local por parte de los diputados pasistas.  

Desde esta perspectiva, el dirigente estatal del Partido Sinaloense tiene la opción de forjar su proyecto rumbo al 2024 al lado de Rubén Rocha, trabajando en su gabinete en la construcción de los cimientos de la Cuarta Transformación en Sinaloa; o trabajar con él desde afuera convirtiéndose en una oposición altamente responsable o bien construir un proyecto independiente a los planes del futuro gobernador “estando sin estar” en la agenda del próximo mandatario estatal. 

Del análisis se desprende que Cuén Ojeda podría convertirse en la oposición que se necesita para consolidar el régimen democrático en Sinaloa, una oposición que se mueva en el marco de las tres funciones de la democracia: colaboración, control y contestación, bajo la tesis de que una oposición sólida no se construye solamente a partir de votos en contra de las propuestas presentadas por el Ejecutivo y su partido político en el Congreso Local, sino también en la discusión con sus adversarios de los mecanismos con los que se solucionarán las problemáticas del estado. 

Es un adeudo social y político de la oposición buscar gobernar desde la colaboración y asumir la responsabilidad de disentir y de apoyar buscando el mayor bienestar para la población.  

Exacto: con 6 ayuntamientos y con 8 diputados en el Congreso Local, con un partido con fuerte presencia social en los 18 municipios, Cuén Ojeda podría asumirse como la oposición que necesitaría Sinaloa, para hacerse oír, para debatir, criticar, denunciar, investigar, ilustrar a la opinión pública, mostrar cuál es la ‘politique de rechange’ y ejercer su derecho a convertirse en mayoría.  

Pues, una oposición muda o ausente deja el camino libre para que las decisiones respondan únicamente a los intereses de un grupo político. Ya lo dijo el politólogo italiano Giovanni Sartori al advertir en torno a las “oposiciones irresponsables”: una oposición se comportará de manera responsable si está consciente de que tendrá que rendir cuentas. En ese sentido, dijo, “se espera que una oposición sea tanto menos responsable cuanto menos esperanzas tenga de gobernar”.  

La decisión final, la designación del futuro secretario general de gobierno es y será del gobernador electo: De los encuentros o platicas que sostenga con Héctor Melesio Cuén Ojeda dependerá o se decidirá qué es lo que conviene a las dos partes bajo la premisa de que el PAS y Cuén son necesarios para mantener la gobernabilidad o la gobernanza de Sinaloa. Es cuanto. 

Share

You may also like...