Señales de que los hijos experimentan ansiedad por el regreso a clases y consejos para ayudarles

Manuel Lino

Incluso cuando los hijos están emocionados con la perspectiva de regresar a clases o de ir por primera vez, la perspectiva produce algo de nerviosismo; sin embargo, para algunos las sensaciones de estrés y ansiedad son dominantes. En todos los casos, la función de los padres es brindarles apoyo para que estas preocupaciones sean transitorias, lo que no siempre es fácil.

De acuerdo con Rachel Busman, psicóloga clínica especialista en ansiedad del Child Mind Institute, el comienzo del año escolar “también puede causar ansiedad a padres y madres“, por la presión de, además de atender sus propios trabajos y asuntos, tener que restablecer las rutinas, organizar las actividades y horarios, y enfrentarse a la reanudación de las tareas.

Así que la primera recomendación para los adultos es hacer todo lo posible para estar calmados y no transmitir su estrés a los hijos. Para lo cual conviene no tratar de abarcarlo todo y aceptar que, sobre todo los primeros días, habrá algunos fallos inevitables.

Por su parte, la organización Children’s Helath propone a los padres recordar que, aunque sea una actividad normal y cotidiana, ir escuela puede implicar presiones reales para los niños, como:

  • La necesidad de encajar socialmente y hacer amigos.
  • Miedo al acoso escolar o a la presión de los compañeros.
  • Presión académica para tener buenas calificaciones.
  • Cambios de vida, como entrar en una escuela distinta a la del año pasado, o cambiar de etapa.
  • Ansiedad por la seguridad en la escuela (factor que ha ido en aumento tanto en Estados Unidos como en algunas ciudades de México).

Escuchemos sus preocupaciones

Como primer consejo, Busman propone escuchar con atención. Esto implica no descartar sus miedos y preocupaciones con frases como “¡No hay nada de qué preocuparse!” o “¡Estarás bien!”. “(E)scucharlos y reconocer sus sentimientos les ayudará a sentir mayor seguridad”, afirma la experta.

“Y si ellos quieren, puedes reforzar su confianza ayudándoles a diseñar estrategias para manejar las cosas que les preocupan”, añade.

Aunque con otras palabras, este es también el primer consejo que da Nicholas Westers, psicólogo clínico en Children’s Health: “(E)scuche sus inquietudes. Es importante reforzar que siempre pueden acudir a usted cuando necesiten apoyo”. Sin embargo, no todos los niños expresan sus preocupaciones en voz alta y con claridad. 

Señales silenciosas o indirectas de ansiedad

Westers señala que no es posible hacer generalizaciones pues “todos los niños son diferentes”; sin embargo, añade hay algunas alteraciones de conducta que pueden ayudar a detectar una ansiedad que no se esté expresando, como:

  • Alteraciones en el sueño
  • Aumento de la conducta desafiante o irritabilidad
  • Falta de concentración.
  • Menos energía
  • Pérdida del apetito
  • Síntomas físicos, como náuseas, dolor de estómago, tensión muscular o mareos.
  • Rechazo de ir a la escuela
  • Tristeza o llanto.

Pero quizá el principal, de acuerdo con una encuesta realizada por Ipsos en nombre de The Kids Mental Health Foundation es que los niños con ansiedad dicen no sentirse lo suficientemente bien físicamente como para asistir a la escuela, o estar demasiado agotados.

Estos intentos por no ir a la escuela, que suelen suceder cuando el año escolar está un poco más avanzado, “pueden ocurrir por múltiples razones“, dice Ariana Hoet, directora clínica ejecutiva de la Fundación y psicóloga pediátrica del Nationwide Children’s Hospital.

“Los niños pueden tener inquietudes sociales, como el acoso escolar o sentirse fuera de lugar. Pueden estar preocupados por los exámenes o tener que hablar frente a la clase o, a veces, los niños no quieren ir a la escuela porque tienen una discapacidad de aprendizaje no diagnosticada, lo que hace que la escuela les resulte estresante”. Ariana Hoet.

“Veo esto clínicamente todo el tiempo“, añade la psicóloga. “Los niños se sienten ansiosos. No quieren ir. Están angustiados. Y como padres, queremos protegerlos. No queremos que nuestros hijos estén angustiados, por lo que el padre decide dejarlos en casa”, dice.

“El problema es que cuanto más evitamos las cosas que nos causan ansiedad, mayor se vuelve la ansiedad. Por lo tanto, un padre siente que está haciendo lo correcto al darle a su hijo un día de salud mental o dejarlo en casa, pero en realidad eso solo aumentará la ansiedad”.

Ante este problema, que se presenta con mayor frecuencia entre los 10 a 13 años de edad y niños que están en transición a diferentes escuelas, Hoet coincide en que conversar con los niños sobre por qué no quieren ir a la escuela es crucial para ayudarlos a afrontar sus fuertes emociones. Pero eso puede no ser suficiente.

Los siete consejos

De acuerdo con la organización Children’s Health, estos siete consejos son los principales a tener en cuenta ante la ansiedad escolar:    

  1. Haga preguntas y sea comprensivo. Valide las preocupaciones que su hijo pueda tener haciendo preguntas abiertas. Escuche con atención las respuestas
  2. Ayude a su hijo a sentirse preparado.
  3. Dé el ejemplo. Mantenga la calma cuando el niño esté ansioso por una situación.
  4. Establezca rutinas. Asegúrese de que su hijo duerma lo suficiente, esté físicamente activo y coma alimentos saludables. 
  5. Entrene a su hijo a través de ejercicios de relajación. Las técnicas de respiración profunda pueden funcionar. 
  6. Muestre aliento y celebre los triunfos. Mandar mensajes de apoyo y hacer cosas especiales en familia para reconocer los logros o la finalización de los ciclos, puede ser de gran ayuda.
  7. Busque apoyo de salud mental si es necesario. Aunque los niños son resilientes, es importante prestar atención a los signos de ansiedad. 
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