¿Es necesaria la Ley Silla? Repercusiones y riesgos de trabajar largas jornadas de pie
Gerardo Hernández
Hace algunos años, Sergio Aguilar visitó Santo Domingo, República Dominicana, para asistir a un congreso internacional. Cuando fue a cenar a un restaurante, notó que la hostess tenía un rostro de dolor. “Claro, estaba de pie desde la 1 de la tarde y cuando nosotros llegamos eran las 9 de la noche. Estaba de pie en un piso de cemento y con tacones; al ver su cara, entendí que le dolían los pies”, comenta el especialista.
Sergio Aguilar, director ejecutivo de la firma Unmetra y especialista en salud ocupacional, explica que trabajar de pie por tiempos extensos tiene consecuencias negativas para la salud de los empleados, como inflamación de la planta de los pies y espolón calcáneo (como tener una espina todo el tiempo en el talón), entre otros padecimientos.
“La bipedestación prolongada, como se le llama a la postura, a largo plazo trae problemas en el retorno venoso, es decir, no tenemos la bomba que regrese la sangre de los pies y piernas hacia el corazón. Cuando esto ocurre, las personas presentan hinchazón en los pies y posteriormente se dañan unas válvulas en las venas y llega un momento en que se hacen várices. A largo plazo, esto genera venas varicosas, esto puede terminar en una cirugía”, indica el especialista.
Guardias de seguridad, personal de cajas en supermercados, fuerza de ventas en tiendas departamentales, son sólo algunos ejemplos de trabajadores que realizan la mayor parte de sus actividades laborales de pie.
“Trabajar de pie durante largos periodos puede ser fuente de problemas de salud para los empleados si no se toman las medidas preventivas adecuadas. A pesar de que estar erguido sea una posición natural para el ser humano, mantener el cuerpo constantemente en posición vertical supone un esfuerzo muscular importante, sobre todo para las zonas de la espalda, cuello y piernas”, advierte la firma Quirón Prevención.
A mediados de la década pasada, en Silicon Valley se adoptaron los escritorios elevados (standing desks) como una medida para combatir el sedentarismo y la tendencia se extendió a otras oficinas. Y aunque laborar sentado por mucho tiempo también tiene consecuencias para la salud, el otro extremo tampoco es lo más viable.
Una compilación de estudios publicada en la revista Gait and posture subraya que la evidencia clínica sugiere que el “límite de exposición seguro” es de 40 minutos ininterrumpidos en una postura vertical, “antes de que las personas desarrollen niveles clínicamente relevantes de síntomas lumbares”.
¿Cuáles actividades son las más dañinas?
Las actividades laborales que se realizan de pie pueden ser dinámicas o estáticas, las más riesgosas son las segundas, cuando no hay movimiento, apunta María de Jesús González, directora de PRL Proyecta Consultores y especialista en ergonomía.
“Lo que genera daño es estar quieto. Una vendedora de perfumería, por ejemplo, tiene múltiples actividades, como acomodar productos. El punto es cómo se distribuyen esas actividades, pero no tiene riesgo porque está en movimiento. Sí hay cansancio, pero se recupera con el descanso nocturno”, señala la especialista.
Sin embargo, esto es en un escenario ideal que considera que las personas laboran ocho horas diarias y tienen ocho horas de sueño. “El problema es que aquí en México tenemos jornadas que exceden las ocho horas”, puntualiza María de Jesús González.
En México no existen cifras oficiales de cuántas personas laboran en esa postura. Pero de acuerdo con la Memoria Estadística del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de todos los certificados de invalidez emitidos en 2022, el 19% se vinculó con dorsopatías y artropatías, ambas enfermedades ergonómicas.
“Esto también se traduce en fatiga, en un nivel alto de molestia e irritabilidad en el que la persona después de un rato en bipedestación prolongada empieza a sentirse mal emocionalmente. Y cuando son actividades de atención a clientes, por ejemplo, seguro lo harán en un estado emocional negativo, porque a nadie le gusta sentir dolor, molestia o cansancio”, señala Sergio Aguilar.
Trabajar de pie puede tener factores agravantes para la salud, dice el especialista, como laborar en ambientes calurosos. “El sudor que se produce, la deshidratación, todo esto contribuye a incrementar el nivel de fatiga”.
Para María de Jesús González, independientemente de si una persona está de pie de manera dinámica como caminando, o de forma estática, el descanso es importante para evitar riesgos. “Cuando en la instalación hay áreas de comida, ahí sí debe haber sillas y es parte del período de recuperación y descanso dentro de la jornada laboral, y lo necesitan todos”.
Una investigación de la Revista Americana de Epidemiología evidencia que las personas en ocupaciones que requieren permanecer mucho tiempo de pie tienen un riesgo dos veces más alto de sufrir una enfermedad cardíaca en comparación con los trabajadores con actividades que permiten estar sentado.
La propuesta de la “Ley Silla”
En el Senado de la República se presentó el proyecto denominado “Ley Silla”, una propuesta de reforma la Ley Federal del Trabajo (LFT) que plantea garantizar el derecho al descanso en un asiento para las personas que tienen una jornada laboral en una postura vertical.
La propuesta impulsada por la senadora Patricia Mercado (MC), también plantea que quede prohibido que los empleadores obliguen a sus trabajadores a permanecer de pie durante todo su turno y negarles el descanso. Para ello, propone sanciones que van de los 25,935 a los 259,350 pesos.
En México, la regulación actual es laxa, la LFT sólo indica que los empleadores tienen la obligación de “mantener el número suficiente de asientos o sillas a disposición de los trabajadores en las casas comerciales, oficinas, hoteles, restaurantes y otros centros análogos”, pero no establece sanciones especiales o la prohibición expresa de laborar en estas condiciones de forma permanente.
Y aunque el tema puede ser nuevo, en economías como Chile o Argentina, se trata de un aspecto laboral regulado desde 1914 y 1935, respectivamente. En tanto, en Nueva York hay actualmente un debate público en torno al tema, para terminar con la posibilidad de que los patrones les prohíban a los empleados sentarse, con una propuesta de ley denominada “Standing is Tiring Act” o en español, “estar parado cansa”.