El regreso de los “enfermos” amenaza a los estudiantes de la UAS
Álvaro Aragón Ayala
Entre 1972 y 1976 un grupo un grupo estudiantil y de maestros imberbes, tiernos, de la Universidad Autónoma de Sinaloa se autonombró “Los enfermos” y bajo ese mote se unió a la “Liga Comunista 23 de septiembre”. Eran jóvenes radicales, violentos, instrumentalizados, enganchados por los “ideales” comunistas de la liberación del proletariado. “Estamos enfermos del virus rojo del comunismo, y no hay medicina que nos cure”, repetían. Así lo consigna el historiador sinaloense Sergio Arturo Sánchez Parra.
Los integrantes de extinta Federación de Estudiantes Universitarios de Sinaloa (FEUS) que se adhirieron a la Liga con ese seudónimo, el de “Los Enfermos”, perpetraron en Sinaloa y otros estados del país atracos bancarios, plagios de empresarios, robo de vehículos, secuestraron a altos funcionarios de la UAS y participaron en invasiones y quema de predios agrícolas y cometieron, incluso, asesinatos. Se enfrenaron en varias ocasiones, en plena vía pública, a las fuerzas militares y a corporaciones policiacas.
LOS HEREDEROS DE LA VIOLENCIA
¿Dónde quedaron los “enfermos”? Muchos fueron asesinados y desaparecidos por el gobierno (militares, policía política, “guardias blancas”, policía estatal, etcétera). Otros fueron encarcelados y liberados. Se les concedió la amnistía. Unos más permanecieron escondidos y regresaron a la vida pública o universitaria conforme cesaba la persecución y la represión. En 1977 el presidente José López Portillo implementó la Reforma Política para “canalizar” la disidencia y la protesta a través de las instituciones electorales.
De los “enfermos” que quedaron vivos, la mayoría se incorporó a la UAS. Unos sanaron y convirtieron en profesionistas y otros tomaron, sin poseer títulos académicos, posiciones en algunas áreas administrativas universitarias. Hubo quienes nunca abandonaron su genética violenta. Acostumbrados a obtener todo por la fuerza, orquestaban actos vandálicos para doblegar a las autoridades de la Universidad y obtener privilegios no merecidos. Asaltaron y tomaron escuelas. El insulto fue usado como mecanismo de presión. Sí. Enfermaron a otros. En esa fracción fragmentada el virus no murió, quedó en vida latente.
LA JUBILACIÓN DINÁMICA EXTRALEGAL
Sumida la UAS en la convulsión, en 1979, bajo el rectorado de Eduardo Franco -llegó ahí bajo la férula de la extinta Coalición de Fuerzas Democráticas, Progresistas y de Izquierda-, en un acuerdo contractual, el sindicato y la Universidad crearon una figura que no existía ni existe en la Constitución ni la Ley Federal del Trabajo: la jubilación dinámica, para jubilarse con una pensión/jubilación que corresponde al último salario devengado como trabajador, monto muy por encima del tabulador del IMSS. Esa prestación de retiro es considerada extralegal por la SEP y la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Temeroso del resurgimiento de una nueva corriente violenta y de que los “enfermos” amnistiados y los que nunca fueron detenidos volvieran a convulsionar Sinaloa, el presidente José López Portillo no dio respaldo financiero para sostener esa jubilación dinámica, pero si permitió que la UAS tomara recursos de su presupuesto ordinario o del gasto corriente para pagar esa prestación de retiro que hoy el gobierno de la Cuarta Transformación, la SEP y la SHyCP, amenaza con retirarla porque la consideran una jubilación extralegal y porque ocasiona la quiebra financiera de la institución de enseñanza superior.
SE LES REACTIVÓ EL VIRUS DE LA VIOLENCIA
De aquella generación de “enfermos” todavía quedan algunos vivos. La totalidad está en retiro laboral. Unos lograron curarse. Transcendieron por su desempeño académico o administrativo en la Universidad y los menos todavía iluminan la vida política de Sinaloa. Sin embargo, hay una fracción fragmentada de jubilados (ex universitarios), “enfermos” o que fueron contaminados por aquella “enfermedad”, a quienes les revivió o “despertó” el virus de la violencia, el insulto, ese germen que permanecía en vida latente, con un agregado de alto riesgo: la utilización de estudiantes menores de edad en su nueva “lucha” u obsesión geriátrica.
El gobierno federal, la SEP y la SHyCP, amenaza, entonces, con quitarles la jubilación si no se suman a un Fideicomiso, si no aportan para el sostenimiento de un nuevo modelo jubilatorio. La 4T argumenta que los jubilados de la UAS gozan de dobles jubilaciones, la otorgada por el IMSS, para la cual cotizaron, y la que toman de la Universidad, que no es subsidiada por el gobierno y que está fuera de la ley, la cual ocasiona un quebranto anual de 2 mil 400 millones de pesos a la Casa Rosalina. Ante la amenaza, los jubilados han reaccionado con furia. No quieren aportar ni un centavo. En cambio, el SUNTUAS, el sindicato, ya aprobó la constitución del Fideicomiso.
ADULTERAN LA CONDUCTA DE LOS ESTUDIANTES
Estudiantes menores de edad son ajenos a la “grilla jubilatoria”, pero son instrumentalizados por la fracción fragmentada de jubilados para que ataquen a la UAS. Es paradójico: es el gobierno federal el que pretende cancelar la jubilación dinámica, pero el grupúsculo senil no se vuelca contra las autoridades de la SEP ni las de la SHyCP, sino contra los directivos de Universidad que tampoco apoyan la desaparición de la prestación y gestionan su conservación mediante un proyecto de Reingeniería Integral y Normativa de la Casa Rosalina. No encajan en esa dinámica los alumnos, no es su asunto, pero aun así son incitados a que violenten su Casa de Estudios.
Los jubilados -con el virus reactivado de “los enfermos”- rompen la integridad y alteran la conducta y la formación de la personalidad de los estudiantes menores de edad al continuar usándolos para atacar a las autoridades de la Casa Rosalina con un propósito muy ajeno a cualquier demanda estudiantil: evadir un mandato sindical/laboral/legal y no aportar cuotas para la creación del Fideicomiso. Los jóvenes van a la Universidad a prepararse, a abrevar conocimientos. Sus padres los envían a la Universidad para que se forjen en los valores cívicos, no para que una turba de jubilados los manipule.
