El futuro del sufragio en México: el Legislativo debe apostar por el voto por internet
Fernando Díaz Naranjo
Desde hace muchas décadas en nuestro país, el mecanismo para que la ciudadanía vote ha sido a través de una boleta que se deposita en una urna física. Con el tiempo se han mejorado controles de identificación de las personas electoras para comprobar que sea la misma que está depositado en su voto, así como sea perfeccionado la urna donde se deposite el voto con láminas que transparentan su interior entre otros aspecto y se han colocado mamparas que garantizan la secretaría del voto y fundamentalmente la operación de la jornada electoral, se lleva a cabo por nuestras vecinas y vecinos.
No obstante, esto genera enormes gastos en la organización, logística y puesta en marcha de los procesos electorales que se registran en nuestro país. Por ello estoy convencido de qué debemos arribar a otros mecanismos que hagan más óptimos, eficientes y accesibles para que se fortalezca el sufragio.
Uno de estos mecanismos es, sin duda, el voto por Internet .
Desde hace algunos años, he profundizado la investigación de las formas de votación, y estoy convencido que el futuro de las elecciones invariablemente deberá pasar por la modernización de la estructura organizacional que incluye la forma en que emitimos el voto.
Desde hace algunos años, he profundizado la investigación de las formas de votación, y estoy convencido que el futuro de las elecciones invariablemente deberá pasar por la modernización de la estructura organizacional que incluye la forma en que emitimos el voto.
Por supuesto que en este proceso de investigación, he analizado diversas voces que advierten sobre los riesgos de la implementación del voto por Internet, sin embargo, con sistemas robustos, con la participación de diversos actores políticos, académicos, investigadores, expertos y por supuesto, las autoridades electorales puede construirse un sistema que garantice la secretaría y efectividad del voto con todos los procesos de auditabilidad para cada una de sus etapas.
Sin ir más lejos, el primer ejercicio de voto por Internet, se registró en la ciudad de México en 2012, en donde el Instituto Electoral de la Ciudad de México (otrora del Distrito Federal), lo implementara para que las y los ciudadanos de esta ciudad capital pudieran votar por la jefatura de gobierno de ese año.
Posteriormente, el INE implementó el voto por Internet para las y los mexicanos que residen en el extranjero, a partir de 2021, y desde entonces año con año las y los mexicanos pueden votar por diversos cargos de elección popular de acuerdo con lo mandatado en la Constitución Federal y en las Constituciones locales.
Así, el voto por Internet, constituye como un mecanismo más de votación, además del voto postal y en algunos casos, el voto presencial en consulados. Llama la atención que en la elección de 2024, cerca del 70% de la ciudadanía que participó con su voto desde el exterior, prefirió hacerlo por Internet .

No obstante, en estos días, la comisión de organización electoral del Instituto Nacional Electoral (INE), a partir de una sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que le indicó analizar la implementación del voto por internet en 2027, determinó que no es viable su instrumentación de manera generalizada en México con la legislación electoral vigente, además de que se requerirían recursos y diversas medidas de seguridad.
El INE, a través de esta comisión, presentará al Consejo General la propuesta para realizar una prueba piloto en las elecciones locales de Coahuila de 2026 para personas con discapacidad y personas cuidadoras primarias, sin embargo, creo que podrían existir las condiciones para un ejercicio, a manera de prueba piloto de mayores dimensiones en 2027.
Ojalá y el proyecto de voto por Internet, no sea similar al que INE ha instrumentado con la urna electrónica, el cual se ha implementado en una proporción muy menor, que impide observar con detenimiento su viabilidad o riesgos de su instrumentación, incluso los institutos electorales locales han hecho ejercicios de mayor trascendencia y más importante que los desarrollados por el propio INE.
Lo óptimo sería que el legislativo regule en la normatividad electoral, el voto por Internet como una opción de votación para la ciudadanía, lo que obligaría a la autoridad electoral nacional a su debida implementación, y quedaría en manos de la población, si asiste a la casilla a votar de forma tradicional o a través del voto por Internet mismo que podría ser de manera anticipada, lo que muy probablemente incrementaría la participación de la ciudadanía, incluso de las y los jóvenes que son el segmento de población, que menos participa.
Estoy convencido de qué el voto por Internet, traía múltiples beneficios al nuestro sistema democrático. Por ello, en los momentos en los que nos encontramos, es decir, en la construcción de una reforma electoral, sería el momento propicio para que el Legislativo analice, y en su caso, determine implementar el voto por Internet al interior de la República mexicana. Así, no habría excusas para su implementación, simplemente sería una obligación legal.
El legislativo tiene la palabra.
