Tres pilares para generar empleos

Pablo Trejo Pérez
De acuerdo con el documento El empleo: la manera más segura de combatir la pobreza y desbloquear la prosperidad, del Banco Mundial, la generación de empleo es fundamental para erradicar la pobreza y fomentar la prosperidad.
Es una herramienta poderosa que no solo fortalece la economía de un país al generar una fuerza laboral robusta y autosuficiente, sino que también contribuye a la estabilidad global, al mitigar las causas profundas de la inestabilidad social y los movimientos migratorios.
Más allá de ser una mera fuente de ingresos, un empleo digno confiere un sentido de propósito y valor a las personas, al permitir la realización de su potencial individual. Asimismo, promueve la inclusión al empoderar a las mujeres, fomentar la participación de los jóvenes y revitalizar las comunidades.
Un ejemplo significativo es la inversión en el potencial económico de las mujeres, cuyo impacto genera un efecto multiplicador en la reducción de la pobreza. Esto se debe a que, en promedio, ellas reinvierten hasta el 90 por ciento de sus ingresos en sus familias y comunidades, al impulsar un círculo virtuoso de desarrollo y bienestar.
Para lograr una creación de empleo sostenible y a gran escala, se requiere una estrategia multifacética que combine el apoyo público, una gobernanza sólida y la movilización del capital privado.
- Establecer la base de la infraestructura. La creación de empleo comienza con el apoyo estratégico del sector público. Los gobiernos tienen la responsabilidad de priorizar el bienestar de su fuerza laboral e invertir en infraestructura básica. Esto incluye sectores vitales como la atención médica, la educación, la capacitación profesional, el suministro de agua potable y aire limpio, el transporte y la energía.
Estas inversiones son esenciales para que tanto las personas como las empresas prosperen y constituyen los cimientos para un crecimiento económico duradero. Para financiar estas iniciativas, es crucial que los gobiernos movilicen sus recursos internos, como los ingresos tributarios y el desarrollo de mercados de capital. - Fortalecer la gobernanza y las políticas públicas. Además de la inversión en infraestructura, es indispensable contar con estructuras de gobernanza sólidas y un marco regulatorio predecible. Las políticas públicas bien diseñadas pueden establecer un entorno favorable para que el sector privado opere, se expanda e impulse la creación de empleo en diversos sectores.
Sin embargo, para que esto sea efectivo, los gobiernos deben simplificar los trámites burocráticos, eliminar las barreras regulatorias innecesarias y colaborar con socios estratégicos para combatir la corrupción de manera efectiva. - Movilizar el capital privado. El financiamiento público, por sí solo, es insuficiente para generar las inversiones masivas necesarias para un sector privado dinámico que sea el verdadero motor del empleo y el crecimiento. La movilización del sector privado, incluyendo pequeñas, medianas y grandes empresas, es esencial.
Un sector privado vibrante fomenta el espíritu empresarial, la competencia y, en última instancia, genera una mayor demanda de mano de obra. Es importante recordar que la inversión privada fluye únicamente hacia aquellos lugares donde las condiciones son propicias y existe una clara perspectiva de rentabilidad.
Estos pilares no actúan de forma aislada. Existen sectores específicos que ofrecen un gran potencial para la creación de empleo local y masivo. Entre ellos se encuentran la infraestructura, la energía, la agroindustria, la atención médica, el turismo y las manufacturas de alto valor agregado. Al ser adaptados a las fortalezas de cada región, no sólo tienen un elevado potencial de generar puestos de trabajo, sino que también pueden mostrar una mayor resiliencia ante las fuerzas globales que reconfiguran la economía. Además, a diferencia de los cambios transformadores como la digitalización, no requieren un nivel de inversión tan elevado.