Elección Judicial: histórica, polémica y con perfiles diversos: The Washington Post

Vic Gerardo Balderas
México se prepara para una fecha histórica y a la vez polémica, afirma el medio estadounidense The Washington Post de cara a la próxima elección judicial del 1 de junio. El proceso, recalca, será inédito al buscar cubrir 881 cargos a jueces, ministros y magistrados, desde la Suprema Corte hasta juzgados de distrito.
El medio estadounidense señala que quienes aparecen en las boletas fueron seleccionados tras un proceso de evaluación y un sorteo. Esto, en respuesta a una reforma propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, justificada como una medida para combatir la corrupción y asegurar que los jueces “rindan cuentas al pueblo”.
Sin embargo, el proceso ha sido altamente controvertido. Gobiernos extranjeros, como el de Estados Unidos, y organizaciones civiles en México han alzado la voz, advirtiendo que esta elección popular podría politizar al Poder Judicial y debilitar su independencia.
La aprobación de esta reforma fue uno de los últimos actos importantes del mandato de López Obrador, en septiembre del año pasado.
En medio de este debate político, la elección destaca por el factor humano: los más de 2,600 aspirantes que compiten por los puestos presentan perfiles sorprendentemente diversos. El Washington Post resalta algunos de estos candidatos que ilustran la variedad y, para algunos, la singularidad de quienes buscan ingresar a la judicatura por esta vía.
Entre ellos se encuentran una activista que busca a su hermano desaparecido, una abogada que representó a un conocido narcotraficante, un profesor universitario que ganó notoriedad en TikTok y un joven abogado de la Suprema Corte que hace campaña de forma austera en el Zócalo.
Este panorama plantea la encrucijada central de la reforma: ¿logrará la elección judicial popular una mayor rendición de cuentas y un combate efectivo a la corrupción, o prevalecerá la politización, poniendo en riesgo la independencia del Poder Judicial?. Las historias y perfiles de los candidatos seleccionados ofrecen un vistazo a los posibles rostros de la justicia bajo este nuevo y controvertido modelo.
Perfiles de candidatos destacados
Delia Quiroa
Delia Quiroa, de 41 años, es una activista que busca a su hermano desaparecido desde 2014 en Tamaulipas. Tras su desaparición, dejó su carrera de ingeniera y comenzó a estudiar Derecho, fundando el colectivo “10 de marzo”. Ahora es candidata a jueza de distrito en Sinaloa, trayendo a la contienda la perspectiva de las víctimas.
Propuso un pacto de paz entre grupos criminales para facilitar las búsquedas y creó una “Barbie Buscadora” para recaudar fondos. Su motivación para ser jueza es la convicción de que se necesitan juzgadores con empatía. Ha declarado que, de ser jueza, no solo mandaría oficios, sino que saldría a buscar a los desaparecidos, consciente del riesgo que implica.
Busca hacer valer los derechos humanos frente a abusos de autoridad y tener juzgados transparentes y accesibles. Sus propuestas incluyen facilitar el acceso a expedientes de Amparo, brindar apoyo para juicios de Amparo en línea a personas de escasos recursos, y dar trámite prioritario a Amparos Indirectos Urgentes, especialmente para grupos vulnerables, protegiendo derechos fundamentales como la libertad, salud y libre desarrollo de la personalidad.
Arístides Rodrigo Guerrero
Arístides Rodrigo Guerrero, de 40 años, es un profesor universitario de la UNAM, conocido por volverse viral como “Justicia Chicharrón” a través de un video en TikTok donde comparaba su preparación con ese platillo. Aunque algunos lo criticaron por trivializar la elección, él defiende su estilo disruptivo y busca ser el “Ministro de las Juventudes”.
Ha sido profesor de Derecho por más de una década y trabajó en el Tribunal Electoral de la Ciudad de México, así como comisionado presidente del INFO CDMX. Posee licenciatura, maestrías (UNAM, Complutense) y doctorado en Derecho, obteniendo menciones honoríficas.
Propone que la Suprema Corte realice audiencias en todo el país, incluyendo plazas públicas y universidades, para acercarse a la ciudadanía. Aboga por el uso de tecnología e inteligencia artificial para modernizar la justicia, automatizar tareas y ofrecer asistencia jurídica virtual, siempre como un mecanismo de control de calidad y no un reemplazo.
También impulsa el “derecho a entender el Derecho”, eliminando tecnicismos en las sentencias y haciéndolas accesibles, incluso en lenguas indígenas y formatos inclusivos.
Silvia Delgado García
Silvia Delgado García, de 51 años, es una abogada que formó parte del equipo legal de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2016. Actualmente, es candidata a jueza penal en Chihuahua.
Su vínculo con el caso “El Chapo” sigue siendo relevante, y organizaciones la consideran de “alto riesgo” por defender a presuntos narcotraficantes. Ante esto, ella afirma que “todos tienen derecho a una defensa efectiva” y subraya su compromiso con la imparcialidad.
Delgado tiene 18 años de experiencia como litigante en diversas áreas del derecho. Estuvo en el equipo de defensa de Guzmán durante su reclusión en Ciudad Juárez, donde participó en una audiencia y gestionó amparos, llegando a solicitar una cobija adicional para su cliente debido al frío.
Egresada de la UACJ, cuenta con maestría en Amparo y especialidad en Mediación. Fue postulada por el Poder Ejecutivo y su perfil fue calificado como idóneo. Aspira al cargo judicial porque “creo y amo el derecho” y considera que se requiere carácter e imparcialidad para juzgar.

Mauricio Tapia Maltos
Mauricio Tapia Maltos, de 30 años, es un joven abogado que trabaja en la Suprema Corte. Es candidato a juez administrativo en dos alcaldías de la Ciudad de México.
Su campaña destaca por su sencillez y austeridad: cada tarde instala un pequeño puesto con carteles hechos a mano en el Zócalo capitalino para informar sobre su candidatura. Busca conocer a la gente directamente, afirmando que no quiere “hacer un show con videos o bailes”.
Tras años trabajando “tras bambalinas” en la Corte, ve en esta elección popular la oportunidad de cumplir su sueño de ser juez. Su motivación principal es contribuir a renovar un sistema judicial que, según él, ha sido criticado por la corrupción.