Reforma de salario mínimo en restaurantes: El impacto mental de trabajar sin sueldo

Eduardo de la Rosa

Trabajar con la incertidumbre de un pago que no es fijo puede derivar en problemas de salud física y mental entre los colaboradores, ya que ante un panorama laboral y económico complicado se pueden amplificar trastornos como el estrés o la ansiedad, y aumentar las preocupaciones para cubrir las necesidades diarias. 

En diversas ocupaciones como meseros o despachadores de estaciones de servicio de combustible, muchas veces no se cuenta con un sueldo seguro y dependen de las propinas que los consumidores otorgan, aunque esta gratificación no es obligatoria.

La Cámara de Diputados aprobó la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) busca garantizar salario mínimo en establecimientos de servicio como restaurantes y hoteles, así como una mayor protección a las propinas. 

La modificación realizada prohíbe a los patrones cambiar la remuneración, que no puede ser menor al salario mínimo o salario profesional establecido, por propinas o cualquier tipo de gratificación a los colaboradores. 

Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) muestran que al cierre del primer trimestre del 2025 hay 1.8 millones de personas con un trabajo subordinado, pero sin un salario; es decir, su ingresos dependen propinas o comisiones. 

Si bien la reforma no está motivada por el riesgo psicosocial que implica trabajar sin un sueldo, sí abre un debate en ese sentido. 

Marisol Vásquez, coordinadora del Hub psicología en Afforhealth México, relaciona la parte emocional que impacta las condiciones a las que se enfrentan las personas que trabajan en estos giros, con el impacto negativo a nivel orgánico.

“Las afectaciones pueden devenir principalmente por la falta de una percepción de un sueldo que ni siquiera es el mínimo, y se complementa con las propinas que pueden llegar a percibir de forma voluntaria. En la mayoría de estos lugares, lamentablemente los empleadores intervienen en el manejo de estas propinas para poder equiparar y repartirlas sin medir el desempeño de cada uno de ellos, y equiparar o completar un sueldo que ni siquiera es el mínimo”, asegura.

Añade que el promedio de los hogares en México es de 3 personas, por lo que contar con un sueldo que no es fijo complica muchas veces el tema de sostener una familia o comprar alimentos.

“Tener un sueldo que ni siquiera es el mínimo para sostener hogares con 3.3 personas o más, nos habla de que hay una deficiencia que puede impactar a nivel emocional. Podemos llegar a percibir una afectación psicológica y física en la preocupación, tensión emocional, psicológica, y esto nos lleva a pensar en una inestabilidad financiera de la mano con una inestabilidad emocional”, resalta.

En tanto, Roxana Linazasoro, psicóloga clínica y psicoterapeuta, señala que personas que se encuentran bajo esquemas de pago no fijo, tiene repercusiones que generan inestabilidad en diversos ámbitos.

“Lo que puede llegar a suceder es que se establece un estado de inseguridad crónico, que se vuelve la manera de vivir, donde todo el tiempo las necesidades básicas no se sabe cuándo sí las vamos a poder cubrir o cuándo no, y esta inseguridad va generando una inestabilidad importante”, indica.

Agrega que se puede tener un impacto negativo en tres dimensiones: la fisiológica, la psicológica y la dimensión social.

“Estas tres dimensiones son inseparables, siempre están alternándose y retroalimentándose de manera simultánea, eso es muy importante. Entonces si se afecta la parte de la dimensión física va a afectar de inmediato en la psicológica y en la social. Si se afecta en la social repercute en las otras dos. Si se afecta la psicológica, sí o sí va a tener una repercusión en las otras dos al mismo tiempo”, indica.

En el país se encuentra establecida la NOM-035, misma que tiene el objetivo de prevenir factores de riesgos psicosociales en el trabajo, así como elementos del entorno organizacional que pueden afectar la salud mental de los trabajadores.

Entre otros factores más, se encuentran aspectos como la remuneración adecuada, ya que la falta de pago puede abonar a elementos de riesgo psicosocial entre las personas.

De acuerdo con Runa, las propinas son una práctica común en muchos sectores, mismo que conllevan desafíos que afectan a los empleados, empleadores y clientes. Estos retos pueden influir en la percepción, distribución y regulación de las propinas.

Los principales desafíos de un sistema de propinas son: 

  • Desigualdad: Puede generar desigualdad entre los empleados, ya que las ganancias suelen depender del tipo de cliente atendido, la ubicación del lugar de trabajo, o incluso de los turnos asignados.
  • Presión para dar propinas: En algunas culturas o contextos sociales, los clientes pueden sentir presión para dar propinas, incluso si el servicio no cumplió con sus expectativas. Los empleados pueden sentirse obligados a realizar un esfuerzo excesivo, lo que puede afectar su bienestar emocional y físico.
  • Impuestos y regulaciones: Las propinas están sujetas a diferentes regulaciones fiscales que pueden variar según el país o región. En muchos casos, los empleados deben declarar las propinas como ingresos, lo que puede complicar su gestión y disminuir el beneficio real que obtienen.
  • Modelos alternativos de remuneración: Cada vez más, se discuten modelos de remuneración que no dependen de las propinas, como salarios base más altos y la eliminación del sistema de propinas en su totalidad.

Afectaciones por no contar con sueldo fijo

Marisol Vásquez señala que existen diversas afectaciones entre los trabajadores que no cuentan con un salario fijo, a las cuales se añaden los problemas económicos por los gastos cotidianos.

“Afecta ámbitos como el ciclo del sueño, llevando a las personas a la depresión o ansiedad, y también podemos comenzar a percibir deficiencias en ámbitos desde el tema de la atención, concentración, y memoria, porque la preocupación está centrada en otros aspectos relacionados con la parte económica”, resalta.

Indica que pilares de la familia que pueden llegar a tener más de dos hijos, que tienen que sostener vivienda, escuela y gastos, podrían presentar una afectación orgánica.

“Muchas de estas personas que trabajan en estos giros no cuentan con un tiempo específico para para prepararse sus alimentos. No cuentan con una economía base para comprar alimentos de calidad. Entonces eso nos lleva a situarnos en un consumo de alimentos de baja calidad que no nos van a nutrir y que nos van a detonar otras enfermedades”, comenta.

En tanto, Roxana Linazasoro, señala que entre los trabajadores que no cuentan con un sueldo fijo se pueden despertar trastornos relacionados con el estrés crónico, que tiene una serie de sintomatologías como fatiga que afecta al insomnio, y pueden derivar en trastornos del sueño, ansiedad y depresión.

“En la parte psicológica, a nivel emocional genera irritabilidad, apatía y ánimo bajo que puede desencadenarse en una depresión, y un malestar mental importante”, apunta la experta.

Muchos colaboradores que no cuentan con un salario fijo también están insatisfechos con sus empleos, por lo que buscan siempre contar con un ingreso seguro dentro de una organización.

De acuerdo con el Indicador del Empleo de Computrabajo, en el país aproximadamente 44% de las personas está insatisfecha con su empleo, sólo 34% de está satisfecha con su trabajo y 21% muestra indiferencia.

A su vez, Marisol Vásquez, apunta que contar con una remuneración fija no garantiza que no exista un riesgo psicosocial relacionado con el salario en los colaboradores.

“Diría que no, no es un factor aislado, es un factor que interactúa con otros. Un sueldo fijo no me garantiza 100% que voy a estar bien. Esto tiene que ver también con otros factores de las condiciones laborales, las condiciones psicosociales a las que se enfrenta la persona también tienen que ver”, comenta.

En ese sentido, Roxana Linazasoro, coincide en que no se garantiza una afectación psicosocial por tener una remuneración que sea totalmente fija.

“Puede ayudar a que al menos la persona tenga esta seguridad de hay una entrada fija, sin embargo, para que no haya un impacto, un riesgo psicosocial en el trabajo, es necesario considerar el entorno laboral, que se lo construye el patrón, el jefe y los compañeros de trabajo, en donde pueda haber respeto, un ambiente armonioso. Esta búsqueda del famoso balance de vida-trabajo”, explica.

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