UAS: victoria y derrota

Álvaro Aragón Ayala

El proceso de elección del Rector para el periodo 2025-2029 demuestra la madurez y la civilidad del cuerpo de académicos, administrativos y trabajadores de confianza, de su juventud vigorosa, inteligente, ávida de paz y conocimientos. Todos ya decidieron votar por Jesús Madueña Molina, quien representa la conservación y perfeccionamiento de la Universidad del Conocimiento. No hipnotizó, por el contrario, generó rechazo el discurso soez, vociferante, cargado de odio, de Denise Díaz Quiñónez que todavía enarbola el Proyecto de la Universidad del Insulto con el que se pretendía regresar al pasado a la Casa Rosalina.

Ante la derrota, a Denise Díaz le quedan cuatro caminos: 1.- Renunciar al proceso y desacreditarlo alegando estulticias. Los operadores de comunicación de la candidata manejan versiones perversas para justificar su retiro. 2.- Aguantar hasta el día 9 de abril y aceptar con decoro su caída. 3.- Esperar el curso de las votaciones y negar que perdió. Sus voceros la ubican como una “víctima”, ocultando que es víctima, pero de su propia lengua. Las ofensas que aún lanza marcaron su fracaso. 4.- “Reventar” las elecciones.

Exacto, el día miércoles 9 de abril se desarrollarán la elección de Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Jesús Madueña Molina ya ganó. El planteamiento de su Plan Visión 2029 generó simpatías y le engendró el compromiso del voto, sobre todo de la comunidad estudiantil. La victoria está asegurada. El descalabro de Denise viene marcado desde su registro y se consolidó durante sus cuatro comparecencias. Desde el principio, oliendo el fracaso, se dedicó a agredir a la Comisión de Elecciones y Consultas, a descalificar la jornada electiva y a buscar camorra.

Nunca en la historia de la UAS había sido documentado tan fehacientemente, a la luz de los reflectores, el intento de adoctrinamiento de los estudiantes por parte de quien aspira en calidad de mujer a dirigir la institución de enseñanza superior, convocándolos a la “libertad”, el grito del alboroto con el que intento “enganchar” a los jóvenes universitarios para que la siguieran en su proyecto de demolición de la Universidad del Conocimiento. La muchachada la mandó al demonio. No la escuchó. Sólo fue atendida por un grupito de jubilados, que no votan, que le lanzaron vivas.

Quedó demostrado que no es con insultos ni descalificaciones como se ganan elecciones en la Universidad. No es por medios canallescos, enlodando la imagen de la Casa Rosalina, como se conquista la simpatía y el voto de los universitarios. En esta ocasión, Denise Díaz y sus “estrategas” ofrecieron la clara intención de regresar el proceso a lo peor de las elecciones del pasado blandiendo la voz altisonante, ofensiva, sin ofrecer un proyecto Universitario viable, únicamente negando el estatus de excelencia de la institución. Le apostaron a la denigración.

A horas de la culminación del proceso electivo, la ruta que más acarician en el “cuarto de guerra” de la Denise Diaz es intentar “reventar” las elecciones usando a los jubilados y a un grupo de “porros”, lo que sería para ella catastrófico ya que acabaría de corroborar a los universitarios la personalidad violenta de la candidata. Sí, si hay quienes neciamente promueven desde sus trincheras “la reposición del proceso de elección”, dándose por vencidos, alegando el supuesto delito de violencia política en razón de género, cuando quien intentó violentar el proceso, llamando a la confrontación, insultando, fue, sí, la candidata Díaz Quiñónez. Es cuanto.

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