Morena y La Luz del Mundo

Jorge Triana
La libertad religiosa es un derecho fundamental. Cada persona puede de creer en lo que quiera y participar en la vida pública al mismo tiempo. Pero ese derecho termina cuando se convierte en vehículo de impunidad, cuando se usa la fe para cometer abusos, encubrir criminales o negociar favores políticos. Eso es exactamente lo que está ocurriendo entre Morena y la Iglesia de La Luz del Mundo (LLDM).
Esta organización religiosa ha construido una sólida estructura electoral durante décadas, basada en relaciones con prácticamente todos los partidos políticos en Jalisco. De hecho, el actual gobierno emecista de la entidad ha sido objeto de críticas por incluir en el Inventario Estatal de Patrimonio Cultural del Estado y sus Municipios los inmuebles de la congregación, cuyo líder, Naasón Joaquín, es un pederasta confeso, preso en Estados Unidos.
La relación de la LLDM ha sido históricamente con el poder en turno a nivel local. Hoy esa relación es nacional: la iglesia se ha convertido en un socio estratégico de Morena y del obradorismo.
En mayo de 2019, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador permitió que el Palacio de Bellas Artes —símbolo nacional de la cultura— se utilizara por primera vez para un homenaje religioso, nada menos que al líder de la LLDM, Naasón Joaquín García. Semanas después, Naasón fue arrestado y posteriormente condenado en Estados Unidos por abuso sexual infantil. Sin embargo, ahí estuvieron varios legisladores de Morena, incluido Martí Batres, quien después intentó negar lo evidente: su cercanía con el llamado “Apóstol de Jesucristo”.
Pero la alianza va más allá de los símbolos. En 2020, Santiago Nieto, entonces titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), reveló que se congelaron más de 359 millones de pesos y 1.5 millones de dólares en cuentas bancarias vinculadas a Naasón Joaquín, por sospechas de lavado de dinero y delitos fiscales. También fueron bloqueadas cuentas de personas cercanas a la organización.
La trama se oscurece con la filtración de un audio en 2021, en el que se escucha a Gilberto García Granados, apoderado legal de la iglesia, asegurar que el candidato de Morena a la alcaldía de Guadalajara —el hoy senador morenista Carlos Lomelí— les ofreció ayuda para liberar sus cuentas a cambio de apoyo político. “Nos van a ayudar desde el gobierno federal, pero necesitamos apoyar a Morena”, dice sin rodeos. Así, el pacto quedó sellado: impunidad a cambio de votos. Poco después, extrañamente, se dio la liberación de las cuentas congeladas por la UIF.
Desde entonces, la relación ha sido cada vez más clara. En la legislatura pasada, Morena colocó como diputados federales a tres miembros activos de la LLDM: Hamlet García Almaguer, Favio Castellanos Polanco y Emmanuel Reyes Carmona. Este último fundó la agrupación política Humanismo Mexicano, brazo político de la iglesia, conformado casi exclusivamente por miembros de la congregación.
Operador cercano a Marcelo Ebrard, Reyes Carmona es hoy senador por Morena, tras asumir el escaño como suplente del actual secretario de Economía en el gobierno de Claudia Sheinbaum.
Otro actor relevante es Israel Zamora, cuñado de Naasón Joaquín, quien fue senador por el Partido Verde —aliado electoral del obradorismo— y hoy milita activamente en Morena.
Y como si esto fuera poco, la LLDM busca ahora extender su poder al ámbito Judicial. En el proceso electoral derivado de la reforma propuesta por López Obrador, impulsada por Sheinbaum y activada por Morena y sus aliados —misma que se realizará el 1 de junio— al menos cuatro aspirantes a jueces federales están directamente vinculados a la congregación.
Job Daniel Wong busca ser magistrado federal en materia laboral. Ha sido ministro religioso y participó en eventos internacionales de evangelización de la LLDM.
Madián Sinaí Menchaca Sierra aspira a ser jueza de distrito en materia administrativa. Es hija del actual obispo Nicolás Menchaca, sucesor de Naasón Joaquín, y se desempeñó como asesora legislativa en el Congreso de Jalisco.
Cinthia Teniente Mendoza busca ser magistrada en materia laboral. Es esposa del senador Emmanuel Reyes Carmona.
Betzabeth Almazán Morales aspira a ser jueza en materia civil. Ha publicado columnas en las que defiende a Naasón Joaquín y cuestiona la legitimidad del juicio en Estados Unidos y ataca a las denunciantes.
Víctimas de Naasón Joaquín, como Sochil Martin, han advertido del peligro que representaría el activismo de estas personas en cargos judiciales. “La Luz del Mundo podría, desde el Poder Judicial, frenar la investigación de la Fiscalía”, ha dicho. Y tiene razón. Estamos ante una iglesia con una estructura jerárquica, poder económico, vínculos políticos y ahora, ambición judicial.
Creer en Dios es un derecho. Usar la religión para blindarse del castigo legal, no. Lo que está ocurriendo es un caso grave de infiltración institucional y cooptación política. Morena, lejos de marcar distancia, ha sellado esta alianza por conveniencia electoral.
No es casualidad. Es estrategia. Es cálculo. Es clientelismo.
Morena y La Luz del Mundo: Dios los hace… y ellos se juntan.