Por pandemia y desaceleración, difícil evaluar efectos del T-MEC

Tres factores externos al T-Mec dificultan la evaluación de sus efectos, a más de un año de entrar en vigor, expone en entrevista la internacionalista Mariana Aparicio Ramírez. Se trata de la pandemia por Covid-19, la desaceleración económica mundial y “el primer acuerdo de la guerra comercial” entre China y Estados Unidos

A más de un año de entrar en vigor, es muy difícil evaluar los efectos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-Mec), considera la internacionalista Mariana Aparicio Ramírez. Ello, por tres factores externos a éste: uno, la pandemia; dos, la desaceleración económica; y tres, “el primer acuerdo de la guerra comercial o del acuerdo que tuvieron China y Estados Unidos, en donde México y Canadá son actores muy importantes para hacer fuerte a la región de América del Norte frente a otras economías, en el marco de una economía abierta en el sistema internacional”.

La doctora en ciencias sociales por la FLACSO-México explica que el T-Mec no sólo es liberalización arancelar, sino sobre todo debe ser un instrumento, un mecanismo, para que México pueda desarrollarse, crear cadenas de valor que afecten positivamente y de creación de empleos e inversión al país. Al respecto detalla que la integración económica es absolutamente relevante en el marco de la pandemia de Covid-19, para la reactivación económica. Asimismo, expone que los grandes temas que preocupan al mundo tienen que ver con las cadenas de valor.

En el contexto de la pandemia y la desaceleración económica mundial, la  profesora de tiempo completo del Centro de Relaciones Internacionales –de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM– observa que Estados Unidos también necesita activarse económicamente, necesita del T-Mec por su guerra comercial con China.

En el marco de la IX Cumbre de Líderes de América del Norte –que reunió en Washington a los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; de Estados Unidos, Joe Biden; y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau–, la doctora considera que se requieren proyectos concretos con una visión conjunta y compartida para hacer frente a los retos de la región, en un mundo en donde el regionalismo cada vez se va posicionando más hacia el Pacífico.

En ese contexto, la investigadora Aparicio Ramírez dice que México sólo tiene una relación fuerte en la región, que es con Estados Unidos. La relación con Canadá “no es que no exista, es menos fuerte. Por supuesto que hay temas que importan en esta relación bilateral, la más importante es el acuerdo comercial en el T-Mec”. Un aspecto que preocupa a los canadienses, indica, es que exista seguridad para las inversiones de ese país, en especial las relacionadas con la industria minera.

Acerca de la relación México-Estados Unidos, considera que “es simétrica pero también  interdependiente”, en el sentido de que el país más desarrollado, en este caso Estados Unidos, también depende de México en algunas cuestiones, como la migración y  la seguridad.

“Nos guste o no, Estados Unidos sí depende de México en términos migratorios y de seguridad, y ahora más que nunca de las cadenas de valor en el marco de América del Norte, para ser competitivos regionalmente y hacer frente a la economía china”. A la inversa, dice la académica, “nuestra economía depende de la de Estados Unidos: si a Estados Unidos le va bien, probablemente a México también”.

Negociaciones con EU

En las negociaciones de México con otros países, en especial con Estados Unidos y Canadá, la doctora Aparicio Ramírez indica que “parte muy importante en una negociación respecto a otro Estado tiene que ver con la posición de fortaleza que tiene el presidente en nivel de política interna”. Al respecto, la doctora señala que las encuestas, la opinión pública, apoyan al presidente López Obrador y eso le da cierta fortaleza y una carta de negociación, pues cuenta con un apoyo muy importante de la sociedad mexicana, donde es tradicional o históricamente el  apoyo en términos de nacionalismo respecto a Estados Unidos.

En términos de seguridad, en la relación México-Estados Unidos, la internacionalista Mariana Aparicio Ramírez destaca el acuerdo Bicentenario, alcanzado recientemente por el Diálogo de Alto Nivel entre ambos países. Se trata, dice, de una propuesta alterna del gobierno mexicano para terminar la Iniciativa Mérida y tener una nueva posibilidad de un  intercambio y proceso de cooperación en esta materia con Estado Unidos.

En ese contexto, la investigadora señala que para México una de las principales demandas a Estados Unidos tiene que ver con la venta de armas en el vecino país. Éste permite un tráfico indiscriminado que nutre al crimen organizado. Al respecto, la doctora dice que el señalamiento es por sus prácticas negligentes.

Con información de Contralínea

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