Norberto Soto Sánchez y sus paranoias provocadas por el fentanilo
César del Pardo
En su trajinar “periodístico”, de fracaso en fracaso, Norberto Soto Sánchez ha intentado en el pasado reciente cobrar notoriedad retorciendo imaginarios de su mente perturbada. La droga lo deteriora
Es complicado pretender hacer un debate encubierto por razones políticas cuando la etiología del mismo es un asunto de conducta del individuo; Norberto Soto Sánchez publicó una “columna” u opinión o como quieran llamarle; confieso que no sé cómo caracterizarle; dónde según él hay una “estructura parainstitucional que se encuentra vinculada al Partido Sinaloense (Pas) y a la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) a razón de realizar labores de espionaje político contra opositores al cuenismo.”
Para los que no saben, en Sinaloa hay un Partido Local o estatal que se denomina Partido Sinaloense (PAS) y sus nutrientes ciertamente están en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y según nuestro inefable columnista llega a la conclusión que la “operación” de espionaje para atacar a los opositores de este partido político son cuatro personajes claves; Cesar del Pardo, Juan Francisco Soltero Sánchez, “un personaje sumamente gris” de nombre Ulises Alejandro Álvarez Vega y por último el padre de su esposa, o sea su suegro, Manuel López Armenta, alias “el Cacho López,”; hasta ahí el “descubrimiento” de esta terrorífica “celula parainstitucional”, cuyo prefijo pretende poner salsa y pimienta a la historieta de Noberto Soto.
Supongo que para elaborar la historieta su “agente” agonista adrenérgico sintético jugó un papel fundamental y seguramente lo inspiro en el Proceso cuyo relato en la suerte de Josef K no solo lo liberaba de pruebas sino también de abogados.
Conocemos amigos periodistas de Sinaloa y lejos de mostrar asombro del delirio de Noberto, sonoras carcajadas no dejaban darle ni siquiera un minuto de importancia o seriedad a la novela cuyas bases teóricas de la estructura de la misma, permitió tener varias historias a la vez que se entremezclaban; fue sorprendente; a lo último los protagonistas tendremos que ver la forma de por lo menos conocernos, tomarnos un buen café y buscar una explicación sobre las motivaciones del autor para darnos el papel estelar.
Por mi parte no conozco a Manuel López Armenta, alias “el Cacho López” ni a Ulises Alejandro Álvarez Vega, tampoco simpatizo con el PAS ni soy parte de la comunidad universitaria de la UAS, lo que sí me consta es que Norberto es un joven inteligente cuya adicción a las drogas lo ha llevado a delirios y a falsas persecuciones y a supuestos actos de espionaje ¿Es tan importarte Noberto Soto? No creo; pero lo que sí creo es que su padre sí lo es; oficialmente es señalado como parte importante de un fraude de 70 millones contra el erario público del ayuntamiento de El Fuerte Sinaloa.
Sobre Morena sostengo que no es un partido sino un movimiento electoral cuyo objetivo era llegar a la presidencia y que AMLO es tan neoliberal como los gobiernos del PRI y del PAN; incluso su política de fragmentación social o individualización es una más cruda ideológicamente que las facetas neoliberales del Prian; por lo cual ni hoy ni en el futuro inmediato veo conceptos o praxis políticas que nos permitan ir juntos; nosotros tenemos otras barricadas, ahí sí tenemos definiciones ideológicas y políticas, siempre democráticas y clasistas.
No voy a caer en las paranoias de Norberto que en su tierra lo han llevado de una conducta parasocial a una conducta antisocial que seguramente le ha hecho más pesada la carga por su adicción a las drogas y como la “columna” carece de pruebas, o indicios que pongan en entre dicho la presunción de la inocencia me daré por culpable; siempre y cuando: Norberto Soto Sánchez entregue una prueba de antidoping donde compruebe que no es un adicto a varias drogas y sobre todo al Cristal.
(Norberto Soto Sánhez reapareció respaldando con sus artículos sacados de podrida mente a una fracción de jubilados que saquea a la UAS mediante el cobro de una “jubilación dinámica” no contemplada en la Ley Federal del Trabajo ni en la Constitución, jubilación fuera de la ley que Ricardo Villanueva Lomelí, subsecretario de Educación Superior, la consideró algo así como la “Estafa Maestra” o una “jubilación leonina”. Norberto expresa que es una “lucha democrática” el que los jubilados utilicen a los estudiantes menores de edad como “punta de lanza” del movimiento senil contra las reformas al Contrato Colectivo de Trabajo y la oposición a la creación de un Fideicomiso Pro Jubilación; y retoma el trillado rollo de la Universidad-Partido. El fentanilo no lo deja ver más allá de sus narices ya que en la UAS no hay PAS. Es quizá el único que no se ha dado cuenta. El líder de ese partido Héctor Melesio Cuén murió y sigue odiándolo porque no lo convirtió en director de la preparatoria de El Fuerte. Norberto Soto amó a Cuén y fue uno de sus mas fieles soldados partidistas)
