La batalla del acero; la amenaza de aranceles de EU que acecha a México

Patricia Tapia

A finales del año pasado, el fantasma de los aranceles por parte de Estados Unidos de 25% al acero mexicano, comenzó a rondar de nueva cuenta escalando de tono en los primeros meses de 2024, al punto de que ya se presentó una iniciativa de ley en la Cámara de Representantes del país vecino.

En un abrir y cerrar de ojos, México se estaba enfrentando a la queja de que sus importaciones estaban teniendo un aumento importante, representando una amenaza para la industria acerera estadounidense.

De acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero (Canacero), en 2023, se exportaron 3.4 millones de toneladas de productos terminados, el principal destino fue Estados Unidos, con 77.5% (2.6 millones de toneladas).

Esto no se compara con las importaciones que hace México del país vecino, porque de las 12.5 millones de toneladas que compró en el exterior, 4.1 millones provinieron de Estados Unidos.

La Canacero asegura que las exportaciones de México a Estados Unidos, cayeron 30% en 2023.

México se salvó en 2019

En 2019, Estados Unidos impuso un arancel de 25% a las importaciones de acero, con el fin de salvaguardar su seguridad nacional, bajo la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial.

Pero México se libró de esta medida, porque se llegó a un acuerdo y el país quedó exento de esos aranceles.

El acuerdo contempló el monitoreo del comercio de acero y aluminio, y consideró evitar la triangulación de aluminio y acero hecho fuera de México

A consideración de los industriales mexicanos del acero, esa medida fue injusta e infundada, por considerar que fue impulsada por intereses particulares de Estados Unidos.

“A la fecha la industria mexicana del acero ha logrado permanecer excluida de esos aranceles, sin embargo, la amenaza sigue vigente y podría incrementarse de cara a las elecciones de Estados Unidos. Es una batalla que no termina”, declaró David Gutiérrez Muguerza, expresidente de la Canacero.

Así se fraguó el nuevo reclamo

Aun con una balanza comercial a favor de Estados Unidos, en diciembre de 2023, el senador Bob Casey envió una carta bipartidista al asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, pidiéndole a él y a la administración Joe Biden a tomar medidas para detener un aumento “insostenible” de las importaciones de acero mexicano.

Siete meses antes de la misiva de Casey, líderes del El Caucus del Acero del Congreso de Estados Unidos, también enviaron una carta a la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, y a la embajadora de la Representante Comercial, Katherine Tai, solicitándoles que tomaran medidas para abordar el aumento de las importaciones de acero mexicano.

“La administración debe hacer más para proteger la industria siderúrgica de Estados Unidos y evitar una mayor pérdida de empleos estadounidenses bien remunerados. Es inaceptable no concluir un acuerdo de monitoreo de exportaciones debido a la falta de voluntad o incapacidad del gobierno mexicano” fue el reclamo de senadores estadounidenses.

Bajo estas presiones, la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, comenzó a solicitar a la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, una transparencia sobre el origen de la importaciones mexicanas, ya no era solo la queja del gran aumento, sino de una sospecha de que el acero chino está presente en los envíos de México.

De la queja a una iniciativa de ley

El 12 de marzo de este año, el congresista Frank J. Mrvan presentó la Ley para detener el aumento del acero en México en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

Esta ley restablecería los aranceles de la Sección 232 sobre las importaciones de acero de México en un 25% al menos durante un año.

La medida precisa que la administración puede levantar estos aranceles una vez que el Secretario de Comercio y el Representante Comercial de Estados Unidos certifiquen que México ha adoptado políticas que lo ponen en cumplimiento con el Acuerdo de 2019.

La legislación también permitiría a la administración estadounidense imponer ciertas cuotas o cuotas arancelarias a bienes específicos que han experimentado aumentos repentinos importantes.

Un golpe que dolió a Estados Unidos

Detrás de la queja, también existen decisiones de negocio de empresas mexicanas que le han pegado a la industria acerera de Estados Unidos.

En agosto de 2023, el Grupo Simek anunció el cierre de sus plantas de Republic Steel en Canton, Ohio, y Lackawanna, Nueva York, para trasladar esa producción a México.

“Estos cierres significarán la pérdida de más de 500 empleos sindicales bien remunerados. La decisión de Grupo Simek de no invertir en sus activos con sede en Estados Unidos y trasladar la producción a México pone de relieve aún más la falta de seriedad del gobierno mexicano al adherirse al acuerdo de 2019”, es otra parte del reclamo de los senadores del país vecino.

Es cierto que México quiere aumentar su producción local de acero y dejar de depender de Estados Unidos y otros países, así lo reconocieron los empresarios hace unos días, esto al anunciar una inversión de 5.7 mil millones de dólares para los siguientes tres años, orientadas a disminuir las importaciones.

Descartan una triangulación china

Tanto la Secretaría de Economía como el sector empresarial han rechazado tajantemente el supuesto de que México es la plataforma de China para llegar a Estados Unidos, dicho que no está sustentado, porque los mismos números del intercambio comercial demuestran que no es así.

México cuenta con varios mecanismos de defensa comercial, que demuestran que están actuando ante el mercado asiático, ya que se tienen 35 cuotas vigentes, tres investigaciones iniciadas, revisión de casos antidumping, el monitoreo de las importaciones mexicanas para evitar acusaciones de triangulación.

A esto se agrega la imposición de aranceles a la importación de 205 fracciones de productos provenientes de países con los que México no cuenta con un tratado comercial y que podrían ser comercio desleal al tener subsidios, todo esto da cuenta de que México está atendiendo las demandas de Estados Unidos.

“Claramente hay una narrativa de Estados Unidos de que México no se convierta en la puerta trasera de las inversiones o productos chinos para entrar, (…) es una narrativa que se puede politizar fácilmente”, reconoció Guillermo Voguel, vicepresidente de la Canacero.

Mientras tanto, el gobierno mexicano y empresarios han cerrado filas para defenderse de los señalamientos de Estados Unidos, confiados en que no prosperará el reclamo.

Como dato final de quién se beneficia más de la relación comercial en temas del acero, el déficit comercial de México con Estados Unidos fue de 3.2 mil millones de dólares en 2023, el mayor de la historia, según la radiografía de la Canacero.

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