Javier Duarte: de las empresas fantasma a los más de 60 mil mdp que siguen desaparecidos en Veracruz
Manu Ureste
Javier Duarte perdió el piso, pero el sistema lo sostiene: empresas fantasma, desvíos millonarios, operadores premiados o protegidos. Aunque siguen sin aparecer más de 60 mil millones del erario veracruzano, esta semana podría quedar libre.
—Javier Duarte perdió totalmente el piso. Ni él ni su esposa midieron su avaricia.
Era el sábado 15 de abril de 2017. La noticia de la detención en Guatemala del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, luego de emprender una huida digna de serie de televisión y de permanecer prófugo en Centroamérica, acaparó la atención en México y, especialmente, en Córdoba, la ciudad veracruzana en la que vivió buena parte de su juventud.

El día de la detención, Animal Político entrevistó a excompañeros de Duarte en los tiempos de prepa y de la universidad. Y también a excolaboradores del mandatario en la Secretaría de Finanzas, como Alberto, un exfuncionario que conoció muy de cerca al expriista y que observó de cerca la evolución de su compañero de universidad.
—Nunca nos esperamos la magnitud del fraude que salió publicado en la prensa. De hecho, muchos en Finanzas defendíamos a Javier porque es cierto que él recibió un estado al borde de la quiebra, tras la administración de Fidel Herrera. No creo que él quisiera robarse todo ese dinero, pero llegando al poder se rodeó de gente tóxica. Al final, Javier acabó creyéndose sus propias mentiras. Perdió el piso. No midió su avaricia —insistía Alberto en la plática para un perfil publicado por este medio pocos días después de la sonada detención de Duarte.
Casi un año antes, en mayo de 2016, Animal Político había documentado y revelado en la investigación periodística Las Empresas Fantasma de Veracruz —a partir de la cual, Duarte fue sentenciado a nueve años por lavado de dinero y asociación delictuosa—, el desvío de 905 millones de pesos a través de una red de 38 empresas fantasma ligadas entre sí por personas accionistas de escasos recursos que, como el caso de una señora adulta mayor con cataratas, fueron utilizadas como prestanombres; un mecanismo que también sería utilizado en otros casos de corrupción, como La Estafa Maestra, e incluso durante el pasado gobierno, ya de Morena, del gobernador veracruzano Cuitláhuac García, también documentado por Animal Político.
Sin embargo, el tamaño del boquete que dejó el gobierno de Duarte era mayor, mucho mayor al que se documentó antes de su detención en abril de 2017.
La fábrica de empresas fantasma, a pleno rendimiento
En junio de 2018, Animal Político, en colaboración con periodistas de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, dio un paso más en la investigación original y documentó una “fábrica” de empresas fantasma en el Veracruz de Javier Duarte, que presuntamente desvió otros 3 mil 617 millones de pesos.
Esa “fábrica” estaba constituida por una red de al menos 400 empresas fachada, es decir, empresas que solo existen en el “papel”, en documentación, pero que no tienen una estructura real, ni empleados y que simulan operaciones comerciales.
Detrás de esa red estaba Víctor Manuel López Gachuz, un contador público, restaurantero y socialité en Veracruz, y ASISMEX, entidad acusada por el Instituto Nacional Electoral (INE) de financiar ilegalmente al PRI en la elección presidencial de 2012.
La nueva investigación de Animal Político y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad reveló una estructura criminal diferente a la documentada por este medio dos años antes, por la que Duarte fue encarcelado y por la que ahora está a punto de cumplir sentencia —puede quedar libre este mismo miércoles 19 de noviembre, cuando se celebrará una audiencia para estudiar su petición para terminar su condena de manera anticipada, al llevar ya más del 90 % de la misma cumplida.
Sin embargo, este presunto desfalco, que es siete veces más grande de la primera red fantasma, no ha sido investigado ni sancionado por las autoridades de ningún nivel. Continúa impune.

Más de 70 denuncias ante la FGR por desvíos millonarios
Pero, de nuevo, el tamaño del boquete a las finanzas veracruzanas y de la Federación era mayor que el revelado en la investigación de la “fábrica” de empresas fantasma. Mucho mayor.
Entre 2011 y 2016, un total de 62 mil 162 millones de pesos de recursos federales fueron enviados al gobierno de Javier Duarte y, de acuerdo con hasta 71 denuncias interpuestas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ante la Fiscalía General de la República (FGR), fueron malversados o desviados del destino para el que estaban etiquetados.
En total, la ASF identificó en sus distintos informes hasta 326 posibles desvíos en el gobierno de Javier Duarte, mismos que, a casi diez años de que terminara su administración, no han sido llevados ante la justicia, ni ha habido nuevas sanciones ni sentencias contra el exgobernador, ni contra otros funcionarios o colaboradores de su gobierno.
Para ponerlo en proporción: en el Veracruz de Duarte se habrían desviado al menos cuatro veces más recursos públicos que en Segalmex, considerado como el mayor escándalo de corrupción en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador; y casi diez veces más que lo desviado en La Estafa Maestra, otro de los grandes escándalos de corrupción en el sexenio de Enrique Peña Nieto, documentado y revelado también por Animal Político y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.
Otro personaje clave en los presuntos desvíos millonarios en Veracruz fue Tarek Abdalá Saad, quien fuera tesorero de la administración de Duarte y luego diputado federal por el PRI. Como tesorero, era quien tenía las facultades legales para autorizar movimientos de dinero público, por lo que llegó a estar involucrado en al menos 20 carpetas de investigación.

No obstante, el exfuncionario accedió en 2017, poco después de destaparse el caso de Las Empresas Fantasma de Veracruz, a convertirse en colaborador de la entonces PGR, y dio declaraciones ante la autoridad de cómo se produjo el desvío de recursos por instrucción directa de Javier Duarte.
En esas declaraciones, Abdalá detalló cómo parte de ese dinero público desviado fue para la adquisición de inmuebles y servicios personales del mandatario estatal, quien poseía propiedades en México y Estados Unidos, y de su entonces esposa y titular del DIF, Karime Macías, quien hoy reside en Gran Bretaña con sus hijos, y fue beneficiada con viajes en avión del estado para ir a la peluquería en Ciudad de México.
Animal Político también documentó que el matrimonio Duarte-Macías comenzó a fraguarse un patrimonio inmobiliario de casi mil millones de pesos desde el primer mes de la administración de quien, en su día, fuera considerado como “el nuevo rostro del PRI”.
Hasta la fecha, producto del criterio de oportunidad concedido por la FGR a cambio de información, el extesorero no ha sido llevado ante la justicia. Y Duarte, aunque fue incriminado por su excolaborador cercano, no fue imputado por la FGR por supuestos malos manejos de recursos federales millonarios.
En realidad, el caso por el que Duarte aceptó declararse culpable en un proceso abreviado para obtener la pena mínima de nueve años, que ya está a punto de concluir, fue el uso de empresas fantasma y una adquisición ilegal de terrenos, con recursos desviados de una pequeña parte de un fondo federal. Los presuntos desvíos por más de 60 mil millones de pesos continúan impunes, a casi de una década de que acabara el gobierno de Javier Duarte.
