Sheinbaum plasma su ‘sello’ a un año de gobernar México

Karina Vargas y Christian García Muñoz

En un año de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha sentado las bases del proyecto político de nación que prometió, a partir del diálogo con sectores clave, gobernantes de oposición y liderazgos extranjeros bajo el principio de “por el bien de todos, primero los pobres” y un sello propio: la conciliación.

Durante 12 meses, la primera mandataria del país y su gabinete han alcanzado mantener precios promedio en la gasolina y las tortillas mediante acuerdos voluntarios con el empresariado; la renovación en dos ocasiones del Paquete Contra la Inflación y la Carestía; la consolidación de un programa de entendimiento con Estados Unidos en materia de seguridad; y el fortalecimiento de las alianzas económicas y comerciales con Brasil y Canadá. 

Lo anterior, mientras se ejecuta una estrategia de seguridad pública con la que se presume una tendencia a la baja en el número de homicidios dolosos de 32 por ciento entre septiembre de 2024 y agosto de 2025; se erigen los primeros Polos de Desarrollo para el Bienestar; y se pone en marcha el Plan México para impulsar las industrias nacionales, reducir las importaciones y hacer frente a la nueva arquitectura económica global regida por la imposición de aranceles.

Al mismo tiempo, Sheinbaum Pardo ha recorrido el territorio nacional en tres ocasiones y ha salido del país de manera estratégica para consolidar las relaciones de México con Centroamérica, América del Sur y América del Norte. Todo ello mientras la mayoría oficialista en el Poder Legislativo aprobó 19 reformas constitucionales y 40 nuevas leyes propuestas por el Ejecutivo federal.

De esas modificaciones nacieron nuevas dependencias clave como la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno; la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones; la Secretaría de las Mujeres; la Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación; y se cristalizó la reconfiguración del Poder Judicial de la Federación. 

En 12 meses, también surgieron nuevos programas sociales y se fijaron metas claras hacia el final de la administración en vivienda, salud, educación, infraestructura y reivindicación de las mujeres en la historia.

Gobierno de continuidad y fortaleza del Poder Ejecutivo federal

Para Irais Moreno López, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en un año de gestión, Claudia Sheinbaum se ha mostrado menos radical que su antecesor respecto a la forma de aproximarse y comunicarse con otros sectores.

Esa intención conciliadora, sumada a una fortaleza creciente de la figura presidencial, le ha valido el restablecimiento de puentes de comunicación con los grupos que manifestaron una ruptura o distanciamiento durante el inicio de la llamada Cuarta Transformación (4T). 

No obstante, en política exterior, asegura que las negociaciones con el Gobierno estadounidense no son un logro por sí mismos, sino una postura reactiva de acuerdo con la coyuntura ante las fuertes presiones que se han emitido desde la Casa Blanca.

Sobre el distintivo de la administración en curso, la doctora en Ciencias Políticas y Sociales advierte una profundización de la concentración del poder en la jefa del Estado mexicano, de la mano del fortalecimiento del partido gobernante.

“En México hemos tenido históricamente Ejecutivos muy fuertes. Desde antes de la Revolución con Porfirio Díaz, después con la fundación del México moderno nos lleva a Ejecutivos muy fuertes (…).

“Y hablar de un Ejecutivo todavía más fuerte, que concentra el poder, ese sería el sello, junto con la continuidad del sexenio anterior. Por eso le llaman el Segundo Piso. Hay congruencia en cuanto a su postura como una continuadora de lo que Morena llama el proyecto de transformación”, subraya.

La especialista añade que los pilares que dan sustento al proyecto político de la científica y morenista son la transferencia directa de recursos económicos y la solidez de una construcción discursiva que utiliza los mismos términos, lenguaje simbólico, verbal y político de la administración pasada en todas las acciones de gobierno.

En este contexto, destaca lo simbólico de que una mujer haya llegado al máximo cargo político del país al asegurar que representa un cambio por la apertura de un sistema político y por las acciones que se han dirigido desde Palacio Nacional en favor de las mujeres, a pesar de que aún prevalecen desigualdades y violencias históricas y estructurales.

Política social y seguridad, prioridades definidas

En entrevista con Reporte Indigo, el también académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y coordinador del podcast “El estudio del populismo”Salvador Mora Velázquez, detalla que aunque los cimientos del gobierno de la primera mandataria del país tienen la finalidad de consolidar el proyecto iniciado en 2018, la diferencia en el ejercicio del poder radica en dejar atrás la alta personalización del modelo para dar paso a la institucionalización del mismo.

Esto, bajo un mandato en el que la permanencia del vínculo entre el gobernante y la ciudadanía a través de la política social es clara y se manifiesta en la organización del presupuesto y el uso de los canales institucionales por sobre la informalidad.

“Hoy en día las rutas son muy claras, en dónde hay que poner los acentos. Es muy clara la reasignación de gasto vía prioridades muy bien establecidas: política social, seguridad y la búsqueda de una estabilidad económica hacia adentro, en dónde está orientada, la estabilidad del peso, tratar de resolver el tema de la inflación”, expresa.

Al ser cuestionado sobre las fortalezas y áreas de mejora de la gestión presidencial, Mora Velázquez observa una vitalidad de la mandataria en la esfera política en su conjunto al ser la jefa del movimiento que representa y mostrar una clara dominancia sobre sus grupos afines y la élite que acompaña el proyecto de la 4T. En cambio, advierte muestras de flaqueza en la visualización y el lugar que México ocupa en la economía mundial y los procesos de integración global.

“No es una Presidencia débil, al contrario, podemos vislumbrar a una presidenta que sigue fuerte en la medida de que los arreglos políticos dentro de la 4T mantuvieron y han mantenido a una figura como la de Andrés Manuel López Obrador en la sombra y eso le permite ciertos manejos en el ámbito nacional. Insisto, hacia adentro se ve fuerte, aunque hoy en día se están despertando algunos problemas con los temas de corrupción, el de Hernán “N” y Adán Augusto”, añade.

Deja huella como presidenta reformadora

Horas antes de cumplir su primer año como presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo mencionó, entre los temas a destacar de este periodo, los cambios constitucionales que ha impulsado para consolidar sus 100 compromisos de nación y erigir el Segundo Piso de la Transformación.

“Reformas constitucionales fundamentales que revierten en una parte importante las reformas del neoliberalismo y que avanzan en la democracia en el país: La reforma al Poder Judicial, que fue aprobada en septiembre, el último mes del presidente (Andrés Manuel) López Obrador con el actual Congreso y que este año se realizó la elección al Poder Judicial. 

“Han querido minimizarla, ensuciarla, pero lo cierto es que ya no deciden unos cuantos quiénes son los jueces y las juezas, ya lo decide el pueblo de México. Eso es algo histórico”, mencionó en la conferencia matutina del 30 de septiembre.

A esta modificación añadió las reformas en materia de pueblos indígenas; el rescate de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad como empresas productivas del Estado; y el reconocimiento de las mujeres con derechos plenos en la Constitución.

El académico de la UNAM y doctor en estudios latinoamericanos, Salvador Mora Velázquez, opina respecto al ímpetu reformista de Sheinbaum Pardo que la idea de reforma es una categoría neutral, pero depende hacia dónde va orientada, de tal modo que los resultados de los cambios a la Carta Magna dependen del legado que quiera dejar la actual dirigente y la perpetuidad que herede a Morena y el movimiento que encabeza.

En el documento “Reformas Constitucionales por Periodo Presidencial” de la Cámara de Diputados, que considera hasta la última reforma, en materia de simplificación administrativa y digitalización, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 15 de abril de 2025, indica que Claudia Sheinbaum ha reformado al menos 50 artículos constitucionales.

“Son modificaciones, muchas de ellas que generan un momentito de polémica porque justamente van en el sentido de continuar la profundización del poder en un solo poder, centralizar y aglutinar en torno al propio partido. Creo que tiene esta intención de reformar, pero administrativamente para que la concentración del poder no sea temporal ni dependa de una persona, sino en la construcción de un régimen”, afirma la académica universitaria Irais Moreno López.

La cifra de reformas de octubre de 2024 a abril de 2025 resalta al comparar el número de modificaciones aprobadas en los sexenios previos: Andrés Manuel López Obrador reformó entre 2019 y 2024, 96 artículos; Enrique Peña Nieto, cambió 156 artículos entre 2013 y 2018; y Felipe Calderón reformó 110 artículos durante su sexenio.

En el gobierno de Vicente Fox Quesada se reformaron 31 artículos; en el de Ernesto Zedillo Ponce de León, 78; en el que presidió Carlos Salinas de Gortari, 55; en el de Miguel de la Madrid Hurtado, 66; en el de José López Portillo, 34;  en el de Luis Echeverría Álvarez, 40; en el de Gustavo Díaz Ordaz, 19; y en el de Adolfo López Mateos, 11.

Una estadista en tiempos de cambio

La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México es histórica no sólo por ser la primera mujer en asumir ese cargo, sino por la manera en que ha ejercido el poder desde hace un año. La visión de Estado es un sello particular de la mandataria que le ha permitido crear alianzas y dar rumbo a la gobernanza en el país.

Después de 12 meses, Sheinbaum se perfila como una figura clave en el escenario internacional y un referente de liderazgo moderno. Así lo ha demostrado en diferentes momentos de toma de decisiones en los que ha construido puentes entre actores públicos, privados y de la sociedad civil.

Lejos de los discursos ideológicos, su gobierno se ha caracterizado por decisiones basadas en datos, evidencia y una visión de largo plazo. Estas características se han traducido en una percepción de mayor confianza entre los mexicanos, pero también de equilibrio y conciliación en medio del momento global que se vive en la actualidad.

Diplomacia con identidad propia

La política exterior de Sheinbaum ha mantenido una línea de respeto, cooperación y defensa de la soberanía. Ha sabido equilibrar relaciones con actores tan diversos como Estados Unidos, la Unión Europea, el Vaticano y América Latina. 

La relación con el gobierno de Donald Trump ha sido un reto complejo, por la política migratoria aplicada desde su regreso a la Casa Blanca, frente a la que el Gobierno mexicano instaló centros de atención para migrantes deportados, fortaleció la asistencia consular y propuso un enfoque más humanitario en la frontera.

La imposición de aranceles fue otro capítulo de tensión entre ambos países; sin embargo, fue manejado con “cabeza fría” —de acuerdo a las propias palabras de la presidenta— y se logró una comunicación constante en la que factores como el narcotráfico, la seguridad en la frontera y el tráfico de armas, jugaron como fichas importantes en la negociación.

En ese contexto, el pasado 3 septiembre, el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, estuvo en México para reunirse con Sheinbaum y declaró que:

“Nunca en la historia de ambos países había existido el nivel de cooperación que existe en este momento”.

Con la visita del primer ministro de Canadá, Mark Carney realizada el pasado 28 de septiembre, la relación bilateral se concluyó como positiva. Carney se pronunció a favor de mantener el Tratado de Libre Comercio con México y Estados Unidos.

Acuerdos y respaldo empresarial

El Gobierno federal actual ha mantenido un enfoque claro en la resolución de conflictos y la construcción de consensos. Esta cualidad abarca a la sociedad civil, grupos políticos distintos, el ámbito empresarial y hasta las asociaciones religiosas, sectores importantes para la interacción, cooperación y organización de asuntos colectivos.

Frente a la implementación de aranceles por parte de Estados Unidos, el gobierno de Sheinbaum ha acelerado el Plan México y busca fortalecer el mercado nacional y mantener la integración económica con su vecino del norte.

Apenas cinco meses después de tomar el cargo, Sheinbaum anunció una alianza importante, cuando en marzo de 2025 dijo que acelerar el Plan México y fortalecer más el mercado nacional, es la apuesta base su gobierno y el sector empresarial ante la implementación de aranceles a mercancías mexicanas por parte de Estados Unidos.

Durante este primer años de gestión, en diversas ocasiones la mandataria ha recibido el respaldo de representantes de ese sector, así como la aprobación de sus decisiones relacionadas con la economía del país y han manifestado su compromiso de trabajar juntos para enfrentar estos retos y continuar con la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Ciencia, tecnología y paz: ejes de gobierno

El papel de Claudia Sheinbaum como estadista también se ve reflejado en su impulso a la ciencia y la tecnología como motores de desarrollo, y en políticas sociales orientadas a construir una paz duradera desde las comunidades. 

Por otra parte, el acercamiento a los grupos religiosos se ha generado en los últimos meses como parte de la estrategia de Atención de las Causas que Generan la Violencia, pues de acuerdo con la Secretaría de Gobernación, estas asociaciones contribuyen en gran medida al trabajo que realiza el propio gobierno para lograr la pacificación del país.

En agosto pasado, se entregaron nuevos certificados de registro de Asociaciones Religiosas, para llegar a un total de 10 mil 400 que funcionan actualmente en el país.

Programas como “Sí al desarme, Sí a la paz”, que promueve el canje de armas por juguetes y dinero en iglesias y espacios públicos, muestran una estrategia de prevención del delito y reconstrucción del tejido social.

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