¿Cuidar el planeta es sentencia de muerte? México, segundo país más peligroso de Latinoamérica para ambientalistas

José Andrés Velázquez

La defensa del ambiente y de los derechos humanos en Latinoamérica es una actividad que ya es considerada de alto riesgo, según un nuevo informe de la organización Front Line Defenders (FLD). Además, México ocupa el segundo puesto como país más peligroso para ambientalistas en la región.

El documento detalla que tan solo en 2024, la región registró 257 muertes violentas de personas defensoras, lo que representa el 80% del total global.

Según el análisis de FLD, los cinco países más peligrosos para ejercer esta labor son:

  1. Colombia (157 víctimas)
  2. México (32)
  3. Guatemala (29)
  4. Brasil (15)
  5. Perú (9)

Detrás de esta violencia están los conflictos armados, las actividades extractivas y, sobre todo, la desprotección estatal. “El desmantelamiento de la legislación ambiental por parte de los gobiernos es uno de los principales responsables”, advierte Julia Lima, portavoz de la organización.

La tendencia va en aumento. En 2023, se documentaron 196 asesinatos en todo el mundo166 de ellos en países iberoamericanos, según cifras de Global Witness. Para la primera mitad de 2025Lima advierte que “el escenario sigue empeorando”, con un alza en la criminalización de los defensores que “profundiza la impunidad”.

Colombia: epicentro de la violencia

Con 157 víctimas en 2024Colombia encabeza la lista. Solo en el primer trimestre del año, el Programa Somos Defensores contabilizó al menos 39 asesinatos.

La persistencia de grupos armados ilegales, derivados de antiguos conflictos guerrilleros y procesos de desmovilización, ha agravado el problema, especialmente en territorios sin presencia del Estado.

“Menos del 15 % de los casos termina en una sentencia judicial”, asegura Juan Manuel Quinche, portavoz del programa.

La impunidad “perpetúa la violencia” y desincentiva la defensa del territorio en zonas estratégicas que conectan los Andes, la Amazonía y los océanos Pacífico y Atlántico.

México: racismo y criminalización

En el caso de México, FLD denuncia un “racismo sistémico” dentro del sistema de justicia penal que afecta a defensores indígenas, quienes enfrentan arrestos arbitrarios y penas desproporcionadas que equivalen a una “cadena perpetua informal”.

Esta situación limita su derecho a proteger sus territorios y los expone a diversas formas de violencia.

Centroamérica: violencia extrema

Guatemala, con apenas 18 millones de habitantes, es el tercer país más letal para los defensores, con 29 asesinatos registrados.

Global Witness señala que Centroamérica vive una situación “extrema”: en 2023, pese a representar menos del 1% de la población mundialconcentró el 20% de los homicidios contra ambientalistas.

La Amazonía en disputa

En Brasil, las milicias armadas, frecuentemente vinculadas a terratenientes, son responsables de buena parte de la violencia contra los pueblos indígenas. La falta de implementación de medidas de protección por parte del Estado ha agravado la crisis, según FLD.

Por su parte, Perú, que posee el 12% de la Amazonía, enfrenta un aumento de ataques a comunidades por actividades ilegales como la minería y el narcotráfico.

Lima denuncia la corrupción y la ausencia de fiscalización estatal, así como la participación de empresarios vinculados al gobierno en procesos de deforestación.

El Acuerdo de Escazú, sin efectos visibles

Aunque el Acuerdo de Escazú (en vigor desde 2021) busca garantizar la protección de defensores ambientales en América Latina, su impacto ha sido limitado. Lima reconoce que, si bien “marca un precedente”, su aplicación efectiva es difícil debido a la falta de compromiso estatal.

Además, el tratado no contempla a los periodistas como defensores ambientales, un vacío significativo según la Unesco, que documenta el asesinato de 44 periodistas ambientales en los últimos 15 años.

Con una violencia creciente y una protección institucional insuficienteLatinoamérica se consolida como la región más peligrosa del mundo para quienes luchan por el medioambiente y los derechos humanos.

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