Sergio Torres, el represor de los pobres

Álvaro Aragón Ayala
¿Quién mató u ordenó “silenciar” a Edgar Omar Zapata Barrón, quien fuera dirigente de la Sociedad Cooperativa de Pepenadores “El Fénix”? Las investigaciones siempre apuntaron al Palacio Municipal de Culiacán. Durante su estancia en la alcaldía, Sergio Torres Félix -hoy diputado y coordinador en Sinaloa del Movimiento Ciudadano-, desató la persecución y encarcelamiento de humildes pepenadores. Allá en el mes octubre del 2015, Omar Zapata fue ultimado a balazos en su domicilio de la Colonia Loma de Rodriguera.
La hipótesis cundió: “lo mató el gobierno municipal”, decían los recolectores del relleno sanitario o basurón municipal, “para achacarle el crimen a los dirigentes de la otra cooperativa de pepenadores, la ‘Progreso’”, contra quienes Sergio Torres había descargado toda su furia, toda la “fuerza” del ayuntamiento de Culiacán, usando agentes policiacos, para reprimirlos, encolerizado porque se opusieron a la privatización del basurón municipal, proyecto con el que trataba de despojarlos de su fuente de ocupación.
Quien hizo estallar la violencia, sí, exacto, fue Sergio Torres. El crimen de Edgar Omar Zapata se derivó del conflicto originado por el entonces presidente municipal: planeó quitarle su fuente de empleo a cientos de pepenadores. La sociedad cooperativa “Progreso” se opuso a la privatización y fueron reprimidos, perseguidos y encarcelados. Sergio Torres usó la otra cooperativa, “El Fénix” para amenazar y golpear a sus opositores. Vaya: desde el día del crimen se especuló que el otrora munícipe andaba en busca de un “chivo expiatorio”.
Vale, pues, el ejercicio memorioso para bordar en otro de los lados obscuros de Sergio Torres, el de la perversidad y la intolerancia, el del abuso de poder contra los pobres. La historia no tiene pierde. Así que el coordinador del MC tiene su “trayectoria” fincada no sólo en sus presuntos nexos con el narco, sino que también en acciones que marcan su temperamento violento, alocado y represor. Sí, también, con Torres en la alcaldía culichi, el cartel de Sinaloa tuvo acceso al control de la Policía Municipal y al dominio de las calles de Culiacán.
Ya, antes de ocupar la presidencia municipal, Sergio Torres arrastraba el descrédito político-social. En una publicación de la Jornada del domingo 7 de junio del 2013, el periodista Javier Valdez Cárdenas (+), especialista en temas de narcotráfico, nutrió las sospechas en torno al político oriundo del poblado de Los Vasitos, Sindicatura de Las Tapias, municipio de Culiacán.
En el artículo “Clima de violencia deteriora la competencia política en Sinaloa”, Valdez Cárdenas reveló que Sergio Torres, en aquel entonces candidato de la alianza Transformemos Culiacán (PRI, PVEM, Nueva Alianza), era acusado en un video “de tener nexos con el cártel del ‘Chapo’ Guzmán”.
Precisó: “de acuerdo con una ficha de la Dirección de Gobierno de la administración estatal del 2007, el ex diputado federal y ex diputado local, quien cuenta con el respaldo del gobernador Mario López Valdez, tiene puntos vulnerables, entre ellos su ‘parentesco con Javier Torres (El JT, ex operador del cártel de Sinaloa, preso por narcotráfico en el penal de máxima seguridad del Altiplano)’”.
RETAZO DE LA HISTORIA DE LA CRIMINALIZACIÓN DE LOS PEPENADORES
El 21 de mayo del 2014, Miguel Ángel García Leyva, defensor de derechos humanos, miembro de la Asociación Esperanza contra la Desaparición Forzada y la Impunidad, y asesor legal de la cooperativa de pepenadores “Progreso”, cumplió 15 días en huelga de hambre, junto con Yesenia Molina y otra persona más, afuera del Palacio Municipal de Culiacán, donde se manifestaban defendiendo los derechos laborales de la cooperativa de pepenadores creada hace 16 años (hoy ya tiene 27) y que había trabajado en el relleno sanitario norte en las últimas 5 administraciones municipales (estamos en el año 2014 para efectos de esta historia).
Desde el 29 de abril 2014 más de 300 pepenadores y pepenadoras de Culiacán iniciaron un plantón, luego de que el entonces alcalde Sergio Torres Félix anunció el plan municipal de privatizar el manejo de residuos sólidos, a través de empresas encargadas de la separación y reutilización de dichos residuos, dejando a las familias de pepenadores sin fuente de empleo. Con ello además se ignora la carta de anuencia del presidente municipal, signada el 22 de enero de 2014, en la que reconoce las necesidades económicas de las personas agremiadas a la Cooperativa “Progreso” y les autorizaba la realización de las actividades de separación de materiales reciclables para su venta.
La privatización del relleno sanitario norte, convertiría los residuos sólidos en una fuente de ganancias para el consorcio Altya-GEN-PASA. Es importante mencionar que desde el año 2004, la empresa Altya, S.A. de C.V., en ese momento dirigida por Edgar Kelly García, cuenta con la concesión del relleno sanitario sur, misma que le fue otorgada por 15 años. Los dos principales accionistas y fundadores del consorcio Altya-GEN-PASA son funcionarios de primer nivel en la presente administración municipal, ocupando los cargos de Tesorero y Director General de Servicios Públicos Municipales, Edgar Kelly García y Carlos Alberto Sánchez Osuna, lo cual va en contra del Reglamento de limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos del Municipio de Culiacán, Sinaloa, que en su artículo 19 señala que está prohibido otorgar concesión para la explotación del servicio a miembros del Ayuntamiento, a los servidores públicos, así como a empresas en las que cualquiera de los anteriores tenga intereses económicos.
Ante la falta de respuestas efectivas por parte del alcalde Sergio Torres Félix, los pepenadores iniciaron desde el 6 de mayo una huelga de hambre, pidiendo se atendiera su pliego petitorio. Para el día 21 de mayo, como exigencia pendiente de dicho pliego petitorio, se encontraba la exhibición del acta constitutiva de la cooperativa de pepenadores “Fénix”, creada en noviembre de 2013, así como la carta de anuencia por parte del alcalde, para que también pudieran trabajar en el relleno sanitario norte. La cooperativa “Progreso” aseguraba que dicha cooperativa se componía por empleados del mismo municipio y que a través de ella se buscaba amedrentarles, sin embargo, solicitaban que se garantizara la equidad en la integración del Colectivo municipal de Pepenadores, incluyendo al grupo “Progreso”, y al grupo “Fénix”.
La tarde del 21 de mayo arribaron policías municipales a donde se encontraba la huelga de hambre, desalojaron y detuvieron a 40 personas sin ninguna justificación. La policía municipal tomó fotografías de ellos y pidió datos generales sin razón alguna. En el caso de las personas que se encontraban en huelga de hambre, sólo se tiene conocimiento que fueron trasladados al Hospital de Culiacán y en el caso de Yesenia Molina fue “bajada en brazos” de la camioneta.
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