Legalizar y regular las drogas es un tema de seguridad nacional

Rodrigo Cordera

Debemos de volver al debate sobre la regularización de las drogas. Sí. Todas las sustancias

¿Por qué será que nos gustan las películas de gangsters americanos durante la prohibición del alcohol en los años 20s y 30s? ¿Todos tenemos claro que esa prohibición absurda generó capos del alcohol, violencia y disparates sociales no? Ahora los americanos son el mayor productor de marihuana en el mundo cuando fueron sus principales oponentes. No había nacido cuando el presidente Nixon declaró la guerra contra las drogas

¡Qué mundo y qué vueltas da!

La humanidad y las drogas han caminado juntos desde nuestro inicio como especie. Pero no nos toca hablar sobre cuestiones antropológicas, sino de nuestra crisis de seguridad. De cómo un negocio de pequeños productores de opio en la segunda guerra mundial terminó por carcomerse al estado mexicano. Y sí, el estado mexicano (lo que queda) alimentó este negocio ilícito con la complacencia del gobierno de EUA y generaron la mayor catástrofe que ha vivido nuestra república. 

Muchas generaciones de jóvenes han sido masacrados por el crimen organizado en complicidad con los estados de México y EU, y como siempre se nutren de nuestras carencias económicas. Para ser más claros: han utilizado a la pobreza como principal elemento de reclutamiento para dichas actividades criminales. Por lo que nos obliga a replantearnos varios temas sobre nuestra propia organización social como nación. Desde la regularización de las drogas, el papel de las fuerzas armadas, la contribución de los grandes ricos a las arcas del estado para poder tener a un estado que garantice la seguridad y nuestra relación con los americanos, que hoy parecen extraviados en el pasado. 

Parece que las personas que más se oponen al debate sobre la regularización de las drogas son los sectores conservadores de nuestra sociedad que se comieron el discurso nixonianio y los mismos empresarios de la droga. Ya decirles narcos queda corto dado el tamaño de su negocio. Tener relaciones con la DEA, con el ejército mexicano y con empresas transnacionales de exportación mundial sería la envidia de muchas empresas lícitas mexicanas. Bueno pues, ese es el tamaño del negocio supuestamente ilegal

A la política actual le corresponde retomar el tema de la regularización de las drogas por un tema de seguridad nacional. Generamos tal poder que no solo se quedaron en la cuestión del “narco”, se fueron al cobro de piso, trata de personas, fayuca y súmele usted otra falla del estado mexicano. 

No solo se trata de libertades individuales sobre lo que cada quien decide consumir. Se trata de regular un mercado que ha crecido de tal forma que nos pone en jaque a todos, a ellos mismos también. Portugal logró avanzar en este tema y lo convirtió en un tema de salud nacional. Y tengo claro que no somos Portugal, somos una nación de 130 millones de almas, de un territorio vasto y extenso, pero que requiere de políticas y propuestas serias para que acabemos con una tragedia que jamás tuvo que empezar. Se trata de pacificar a nuestra república. Se trata de que podamos vivir con dignidad y no con miedo. 

Volvamos a hablar de drogas, volvamos a replantearnos cómo salir juntos como sociedad y construir un mejor mañana para los que vienen. Ya son demasiadas muertes. 

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