Extracción por ‘fracking’ secaría acuíferos de algunas zonas de México
Darren García
De no prohibirse en México el uso de fracking –o fracturación hidráulica– para la extracción de hidrocarburos, se requerirían entre 54 mil 656 millones y 470 mil 690 millones de litros de agua para obtener el recurso no renovable en 7 mil 492 a 14 mil 549 pozos que se podrían explotar, advirtió José Rafael Flores, ingeniero petrolero por la UNAM.
Dicha extracción potencial de agua pone en riesgo los mantos acuíferos y cuencas de las zonas donde se encontrarían los pozos. En Coahuila, por ejemplo, el ciento por ciento del agua que se usaría para fracking está catalogada en estado crítico, debido a que “la demanda excedería la disponibilidad total actual de agua” o que los acuíferos presentan “un balance negativo actual, indicando un déficit hídrico y una incapacidad para soportar demandas adicionales de agua”, señaló Manuel Llano, director de CartoCrítica, en conferencia.
Esta situación pasaría también con Nuevo León, con una situación crítica en 87 por ciento. Sólo Oaxaca y San Luis Potosí tienen un riesgo bajo de déficit hídrico. No obstante, la extracción por fracturación hidráulica “implica un uso masivo de energía”, por lo que la energía neta es muy poca. Se pierde entre el 25 y 50 por ciento de la energía que se extrae, explicó Luca Ferrari, doctor en ciencias de la tierra por la Universidad de Milán.
Y agregó que “sólo podríamos tener una producción de aproximadamente 5.5 años” de gas y petróleo, con un costo mucho mayor que en Estados Unidos. La evidencia demuestra, por su parte, que “a los tres años [de comenzada a extracción] solo producen 10 por ciento” que al principio.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona “requiere de 100 litros de agua al día (cinco o seis cubetas grandes) para satisfacer sus necesidades, tanto de consumo como de higiene”. Por tanto, si al año necesita al menos 36 mil 500 litros, se podría abastecer anualmente a una población de entre 149 mil 742 personas en el límite más bajo y 12 millones 895 mil 616 personas en el más alto.
Lo anterior, con base en una investigación bajo el escenario donde se pueda extraer el 10 por ciento “del total prospectivo” de las zonas identificadas con potencial para usar esta técnica, las cuales abarcan las provincias petroleras de Burgos, Sabinas-Burro-Picachos, Tampico-Misantla y Veracruz, continuó en conferencia de prensa impartida por la asociación civil CartoCrítica, Alianza Mexicana contra el Fracking y Heinrich Böll Stiftung.
La técnica de fracking “consiste en la inyección de grandes volúmenes de agua –mezclados con cientos de químicos tóxicos– a grandes presiones dentro de los pozos petroleros con el objetivo de fracturar las rocas que contienen gas o petróleo. A través del fracturamiento se logra que los fluidos contenidos puedan moverse de la roca hacia el pozo y de ahí a la superficie”. Sin embargo, el agua no se puede reutilizar, por lo que cada inyección se gasta la misma cantidad por completo, añadió el doctor Luca Ferrari.
El problema del agua lo grafica Manuel Llano de la siguiente manera: “el parque vehicular de todo el país son 47 millones de coches, este número es el número de pipas de agua que Pemex requeriría para extraer por fracking en el país”.
Esta situación ha llevado a estas organizaciones a promover la prohibición del fracking en México, donde ya se han perforado 35 mil pozos para usar esta técnica. Es así que perciben positiva la última iniciativa que presentó el expresidente Andrés Manuel López Obrador, el pasado 5 de febrero, donde se busca reformar el artículo 27 constitucional para evitar el otorgamiento y realización de “exploración y extracción de hidrocarburos líquidos y gaseosos en yacimientos petroleros no convencionales mediante fracking o fracturamiento hidráulico”, añadió Beatriz Adriana Olivera Villa, de la Alianza Mexicana contra el Fracking.