García Luna, culpable por narcotráfico: el veredicto del jurado
EFE y AFP
Genaro García Luna, el llamado “artífice de la lucha contra el narcotráfico” en el sexenio de Felipe Calderón, fue declarado culpable de tráfico de drogas en el Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, por lo que podría ser condenado a cadena perpetua.
En el tercer día de las deliberaciones y de manera unánime, el jurado llegó al veredicto sobre el exsecretario de Seguridad Pública de México, luego de casi cuatro semanas que duró el juicio.
“Hemos alcanzado el veredicto”, informaron los 12 miembros del jurado al juez Brian Cogan, quien leyó los cargos en los que se le declaró culpable cuando era funcionario entre 2006 y 2012.
García Luna, de 54 años, es culpable de cinco delitos, cuatro de ellos relacionados con el narcotráfico: participar en la dirección de una empresa criminal cuya actividad continúa hasta la actualidad, conspiración para la distribución de 5 kilogramos o más de cocaína, conspiración para la distribución y posesión de 5 kilogramos o más de cocaína con la intención de distribuirla en Estados Unidos y conspiración para la importación de la misma cantidad o más.
También es culpable de prestar falso testimonio a las autoridades estadounidenses cuando solicitó la nacionalidad.
El juez Brian Cogan anunció que dictará sentencia al también extitular de la Agencia Federal de Investigación (AFI) el próximo 27 de junio.
Desde 2012 vivía en Florida, desde donde, según mostró la Fiscalía durante el juicio, viajaba habitualmente a México.
El exfuncionario fue detenido en diciembre de 2019 en Dallas, Texas, y estuvo en prisión hasta el arranque del juicio el pasado 17 de enero, cuando comenzó la selección del jurado.
De exfuncionario a socio del cártel de Sinaloa
La Fiscalía convenció a los 12 miembros del jurado de que el hombre más influyente del gabinete de Calderón llevaba una doble vida y de que al menos desde 2001 -según el narcotraficante Sergio Villarreal Barragán, El Grande, brazo derecho del capo Arturo Beltrán Leyva-, estaba a sueldo del cártel de Sinaloa, que le pagaba 1.5 millones mensuales. Una cantidad que fue creciendo a medida que el cártel se fue expandiendo y ganando poder.
Durante el proceso, El Grande, Jesús “El Rey” Zambada y el también narcotraficante Oscar “El Lobo” Nava Valencia declararon haber pagado en persona o haber sido testigos directos del pago de sobornos a García Luna.
En su turno, el Gobierno de Estados Unidos -a través del fiscal- contó la evolución paralela del cártel de Sinaloa y de García Luna como una única historia entrelazada en la que el grupo criminal progresó y se expandió por gran parte de México gracias al entonces responsable de seguridad, que a cambio logró varios cientos de millones de dólares.
A sueldo del cártel, García Luna entregó información, nombró a responsables afines donde los cárteles se lo pidieron y ayudó a los narcotraficantes tanto a luchar contra bandas rivales, como a garantizar que la droga que recibían de Colombia y otros países latinoamericanos se movía de manera segura dentro de México en dirección a Estados Unidos y también a Europa.
Gracias al exsecretario de seguridad, el cártel de Sinaloa controlaba aeropuertos, como el de la Ciudad de México, puertos, carreteras, fronteras y ferrocarriles.
Según la Fiscalía, García Luna prosperó durante la “edad dorada” dorada del cártel -entre 2001 y 2006-, años en los que supuestamente las diferentes facciones hacían colectas para pagar su silencio.
Y a partir de entonces, cuando empezaron a surgir tensiones entre la facción de Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, hermano de El Rey, por un lado, y la del clan de los Hermanos Beltrán Leyva, por el otro, García Luna acabaría tomando partido por El Chapo.
En aquella época, dijo la Fiscalía durante sus alegatos finales, “la Policía Federal está tan integrada en el cártel de Sinaloa que es parte de esa guerra“, una guerra que millones de mexicanos pensaron que era entre el Gobierno y el narcotráfico, y no para apuntalar el reinado de los capos de la droga.