Viruela del Mono: Vacunas, prevención y población clave

Samedi Aguirre

La viruela del mono no es una enfermedad nueva, pero el reciente brote fuera de África todavía se está investigando. Así que las recomendaciones son cambiantes a medida que la información se actualiza y esto ha generado muchas dudas respecto a la necesidad, o no, de la vacunación.

Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud ( OMS) sostiene que la vacunación masiva no es necesaria, pero Rosamund Lewis, especialista en esta enfermedad de la agencia de la ONU, dijo que la Organización sí la ha recomendado para las personas que ya se expusieron al virus.

Hay países como Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea, en donde ya se aprobaron vacunas para tratar de mitigar los contagios, que hasta el momento ya superan los 17 mil en todo el mundo. 

Por ello,  en México colectivos y activistas han demandado a las autoridades federales y estatales que se contenga el actual brote antes de que se expanda. Y entre sus exigencias precisamente está la vacunación a las poblaciones prioritarias, que en este caso son hombres que tienen sexo con hombres y personal de salud. 

Vacunas contra la viruela 

La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) autorizó las vacunas JYNNEOS (también conocida como Imvamune o Imvanex) y ACAM2000 para prevenir la infección por viruela del simio. 

El infectólogo Uri Torruco explicó a Animal Político que no se trata de vacunas específicamente creadas para esta enfermedad, sino que fueron creadas originalmente para prevenir la viruela humana en el siglo pasado, pero que al ser virus similares, esta vacuna también tiene alto grado de efectividad contra la viruela del mono. 

Fernando Ramos Reyes, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, detalló que desafortunadamente al ser una enfermedad que antes sólo afectaba a países dentro de África, no se ha realizado mucha investigación y desarrollo de tratamientos al respecto, por lo que las únicas vacunas con las que se cuenta ahora son las que ya existían para prevenir la viruela humana. 

Torruco destacó que el intentar vacunar o no a toda la población, como sí se hizo con COVID-19,  es una “decisión de salud pública muy complicada”, pues además de considerar que no es seguro aplicar esta vacuna a personas con defensas bajas, los costos y la logística son altos, mientras que la mortalidad de la viruela del simio es baja. 

Por otro lado Ricardo Baruch, investigador y activista en salud LGBTI+, nos  explicó que de acuerdo con la información disponible “la única forma de prevenir la transmisión de la viruela del mono cuando se tiene contacto con una persona potencialmente enferma, es a través de la vacunación con las vacunas para prevenir la viruela humana, que también se ha demostrado que sirven para prevenir la viruela símica”. 

“Cuando se administran correctamente antes o después de una exposición reciente, las vacunas pueden ser herramientas eficaces para proteger a las personas contra la viruela del simio”, confirman los CDC

En Estados Unidos, la estrategia implementada por las autoridades de salud se centra en dos objetivos principales: La vacuna antes de la exposición al contagio, y la vacuna después de la exposición. 

Como forma de prevención, los CDC se refieren a la administración de la vacuna a alguien con alto riesgo de contraer la viruela del simio. 

Para después de la exposición al virus, los CDC recomiendan que la vacuna se administre dentro de los 4 días posteriores a la fecha de exposición, para tener la mejor oportunidad de prevenir la aparición de la enfermedad. Luego de eso, advierten que la vacunación puede reducir los síntomas de la enfermedad, pero es posible que no la prevenga.

Pero aún no hay suficientes datos sobre la eficacia de estas vacunas contra el brote actual.

“No es que estemos pidiendo vacunas para toda la población, pero sí para los grupos que han tenido mayor exposición”, dice Baruch.

Una vacuna limitada

Los centros para el control de enfermedades de Estados Unidos explican que en ese país actualmente hay un suministro limitado de JYNNEOS, aunque se espera más en las próximas semanas y meses.

Por otro lado, hay una amplia oferta de ACAM2000. Sin embargo, advierten que “esta vacuna no debe usarse en personas que tienen algunas afecciones de salud, incluido un sistema inmunitario debilitado, afecciones de la piel como dermatitis atópica/eccema o embarazo”.

“Es una vacuna de virus vivos atenuados, o sea no se le puede poner a cualquier persona porque si tiene las defensas bajitas el virus puede afectar”, explica Torruco. 

Ramos Reyes coincide y destaca que aunque el virus con el que se fabrican las vacunas está modificado para no causar enfermedad, en personas que tienen alguna inmunodeficiencia como el VIH, o deficiencia en la producción de las células T, esta vacuna no es recomendable. 

El problema, precisamente, es que no todas las personas con este tipo de enfermedades saben que lo tienen. 

Ramos Reyes también advierte que aunque las empresas que desarrollan y distribuyen estas vacunas acelerarán su producción, todavía no es algo que ya se tenga al alcance de todos los países. 

Población clave

Durante la segunda reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional de la OMS, para hablar sobre el brote de viruela símica en varios países, se informó que la mayoría de las personas contagiadas fuera del continente africano son hombres que tienen sexo con hombres. 

Por ejemplo, los representantes de España, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá refirieron que en el 99% de los casos eran hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, sobre todo con varias parejas sexuales.

Con dicha información, los expertos de la OMS realizaron modelos matemáticos para calcular la tasa de contagio, y encontraron que es superior a 1 en los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, e inferior a 1 en otros grupos. 

Otro dato que se tiene es una investigación publicada en NEJM.org el pasado 21 de julio. Los investigadores analizaron los casos de 528 infecciones diagnosticadas entre el 27 de abril y el 24 de junio de 2022, en 43 sitios en 16 países. Encontraron que el 98% de las personas con infección eran hombres homosexuales o bisexuales, el 75% eran blancos y el 41% tenían infección por VIH. 

Es decir, todo parece indicar que los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres son el grupo de la población más afectado por la viruela del mono, pero vale la pena aclarar que no es una enfermedad exclusiva de esta población y no se puede atribuir a la orientación sexual. 

“No es una enfermedad exclusiva de homosexuales, por supuesto que no, pero las relaciones anales sin protección te confieren un mayor riesgo”, explica Torruco con base en la evidencia. 

“Si no se visibiliza cuál es la población afectada podemos caer en el riesgo de que nuestra comunidad sea un poco incrédula, y no tome las medidas para tratar de evitarlo”, dice Baruch, quien destaca que todo parece indicar que este brote se ha dado por contacto sexual.  

De hecho, de acuerdo con la investigación de  NEJM.org, “se sospechó que la transmisión había ocurrido por vía sexual. Actividad en el 95% de las personas con infección”.

En este sentido el doctor Ramos Reyes destaca que “algo que ayuda y es para para todos es crear conciencia, identificar si estamos en riesgo por las actividades que se desarrollan,  pueden ser profesionales o de diversión. Entonces hay que crear conciencia de eso, para tratar de en la medida de lo posible dejar de estar exponiéndome”. 

Por ello, Baruch  destaca que mientras el tema de la vacunación se resuelve, es importante recordar que la OMS ya hizo este llamado para limitar el número de parejas sexuales, y pensar dos veces antes de acudir a ciertos lugares de encuentro sexual, porque el condón, aunque ayuda, no es una forma completa de prevenir la viruela, ya que en realidad el contacto es piel con piel aunque no haya penetración. 

“El gobierno tiene que dejar claro esto, es una amenaza real para la salud, no provoca muertes pero sí puede provocar una enfermedad bastante severa que deja dolor, dejar cicatrices, puede propiciar un aislamiento de 21 días y no cualquier persona puede hacer eso, por eso necesitamos información para la prevención”, demanda Baruch. 

Así es que mientras la investigación avanza y con base en la información y los recursos disponibles hasta ahora, podemos prevenir contagios: disminuyendo el número de parejas sexuales y evitando el contacto directo con personas enfermas; si esto es necesario, lo mejor será usar guantes y desinfectar objetos y superficies.

Con información de Animal Político

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