2024: Cuén y la ruta del PAS

Richard Lizárraga Peiro 

Para estudiar la dinámica del Partido Sinaloense y escudriñar en el futuro de su líder Héctor Melesio Cuén Ojeda es menester leer la obra de Ángelo Panebianco titulada “modelos de partidos políticos”. El padrón o esquema organizativo para los partidos que propone el politólogo, ensayista y académico italiano, descansa en tres factores: génesis, institucionalización y madurez. 

La tesis de Ángelo sobre la manera que se fundan y desarrollan los diferentes partidos políticos tiene que ver, de entrada, con el modelo originario; la estructura organizativa y las estrategias de acción y su posterior desarrollo, están determinados por su proceso de fundación.  

La creación y operación del Partido Sinaloense acabó con el mito del “partido efímero”, estatal, coyuntural, creado para desaparecer en la primera contienda comicial, pues se convirtió en una aplanadora electoral y en una auténtica opción de cambio; en una oferta ampliamente competitiva. 

La participación del PAS se da en un amplio mosaico de pluralidad y en el marco de competitividad entre los partidos políticos nacionales. El PAS alcanzó en 9 años de intervención política la suficiente fuerza y presencia para disputarle posiciones al Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional. En las diferentes contiendas el partido estatal no solo ha sobrevivido, sino que ha alcanzado más votación que el Partido de la Revolución Democrática, Partido Verde Ecologista de México, Movimiento Ciudadano, Partido Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas y Fuerza por México. 

En la última contienda electoral –la de la elección del 6 de junio- el PAS participó en los comicios en alianza con el Partido de Regeneración Nacional (Morena) alcanzando 8 diputaciones locales y 6 alcaldías, síndicos procuradores y regidurías en la casi totalidad de los 18 ayuntamientos de Sinaloa. 

De esa jornada, se derivan opiniones que ubican a Cuén Ojeda como prospecto a ocupar alguna secretaría en el gabinete del futuro gobierno de Rubén Rocha Moya. Durante un primer ejercicio comunicativo-adivinatorio se ubicó al dirigente del PAS como opción para ocupar la secretaría general de Gobierno a sabiendas de que esa posición está destinado para un abogado o jurista. El perfil de Cuén es el de químico-biólogo, empresario y catedrático 

Ante el manejo periodístico Cuén ha fijado muy claramente su postura: 

“Nosotros no vamos a reclamar nada, ni a hacer berrinches de ninguna naturaleza. Es facultad absoluta del gobernador electo, la designación de quienes serán sus colaboradores”, dijo. 

“Yo puedo participar o no en la próxima administración” -agregó Cuén en conferencia; “pero si no es así yo no tengo ningún problema, ni ocupo de la política para vivir: tengo mis empresas, desde hace 40 años, las que han crecido en forma más que exitosa. En realidad, yo no tendré ningún quebranto económico si soy o no llamado a colaborar en la administración del doctor Rocha”. 

De un modo u otro, Héctor Melesio Cuén ha reiterado que su partido otorgará su apoyo al nuevo gobernador del Estado, y explicó que habrá pasistas en el nuevo gobierno y que hay que esperar la configuración total del nuevo gabinete para poder plantear un posicionamiento sobre el particular. 

En este contexto, el tiempo apremia para el PAS, partido que se mueve en tres sentidos: 1- La capacitación de sus cuadros que fueron electos para ocupar alcaldías, diputaciones, síndicos procuradores y regidores, 2- La consolidación de la estructura del partido y 3-La creación de estrategias con rumbo a las elecciones del 2024. No pocos analistas ubican a Cuén Ojeda como el candidato natural para el Senado de la República. 

El politólogo Ángelo Panebianco en su “modelos de partidos políticos” se refiere, en uno de sus apartados, en el carisma del líder y hace hincapié en la capacidad que debe tener para determinar alianzas con otras fuerzas políticas y para manejar el control del flujo de la información dentro del partido y toca el tema de reglas formales que tienen que ver con la distribución de tareas, responsabilidades personales y pautas de funcionamiento del partido como organización; la financiación del partido y la política de reclutamiento, que permite decidir al liderazgo sobre los que entran y salen de sus filas, así como los ascensos y destituciones en la organización. 

Para Ángelo la organización partidista es una estructura organizativa que responde y se adapta a una multiplicidad de demandas que parten de distintos jugadores y que trata de mantener un equilibrio conciliando esas demandas. Los dirigentes tienen un papel de mediador, de procuradores de equilibrio ante las demandas muchas veces enfrentadas. 

De las tesis de Ángelo Panebianco se saca en conclusión de que, aunque sea dentro de ciertos límites, los dirigentes de los partidos disponen de una amplia capacidad de maniobra, pero, al mismo tiempo, deben tener en cuenta las exigencias propias del funcionamiento cotidiano del partido.  

Ángelo Panebianco considera que pueden darse en los partidos una sustitución de los fines oficiales del partido por otros fines no oficiales. Esto suele ocurrir con frecuencia como consecuencia de profundas transformaciones organizativas. Los líderes reafirmarán constantemente la coherencia entre el comportamiento del partido y sus fines oficiales, pero entre los muchos caminos posibles en la búsqueda de estos fines, se seleccionan sólo aquellos compatibles con la estabilidad de la organización. 

Es cuanto. 

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