Sinaloa; ¿de veras están en la sucesión?

Francisco Chiquete Cristerna
Aunque el gobernador Rubén Rocha Moya diga que no tiene candidato para la gubernatura sinaloense en el 2027, su equipo está trabajando por dos personas: el senador Enrique Inzunza Cázares y ¡créalo! Juan de Dios Gámez Mendívil, el alcalde de Culiacán.
Claro que no se puede dejar fuera de esa breve lista a la diputada local Tere Guerra, pero su presencia tiene otros fines: arrebatarle espacios a la senadora Imelda Castro Castro, abrir la puerta para pelear por la alcaldía de Culiacán, y en última instancia, ver si acaso le da chance de buscar la grande.
Pero a como están las cosas contar con el respaldo de Rocha Moya ¿de veras puede ser un apoyo en la lucha por la candidatura morenista?
Con la persecución estadunidense y la atención de todos los medios políticos e informativos del país, es difícil que se pueda dar juego a un grupo que ha sido tan relacionado con los escándalos de la narcoguerra que aquí se vive y de se padece.
Quizás al gobernador no le quede más remedio que asumir la posición de Antonio Toledo Corro, quien renunció a su natural pretensión de impulsar una candidatura, y se allanó a la decisión del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado. No se ve con certeza a quién pueda enviar Claudia Sheinbaum, pero en efecto, sería absurdo descartar a Julio Berdegué Sacristán.