Caso Humberto Millán ¿Y si Berzahí Osuna mintió?

Álvaro Aragón Ayala

Por obligación y responsabilidad histórica, porque el homicidio es un delito grave, la violación fundamental del derecho a la vida, y porque la víctima fue referente del ejercicio de la libertad de expresión en Sinaloa, la Fiscalía General de Justicia del Estado debe reabrir la carpeta de investigación del asesinato del periodista Humberto Millán Salazar. Los criminales gozan de cabal salud y libertad y hay dudas fundadas de que, desde un principio, se desvió la indagatoria porque hubo quienes, quizá, pudieron o tienen interés en proteger a los autores intelectuales del atentado o porque otros, aprovechando la coyuntura fatal, pudieron haber aportado datos falsos para alimentar protagonismos o culpar por culpar para cobrar vendettas personales.

El asesinato permanece impune y quienes pudieron haber obstruido la investigación o intentar desviarla o haber patrocinado el homicidio o ser factor para que se cometiera, siguen moviéndose como si nada hubiera ocurrido, unos en la vida pública y otros en actividades empresariales o privadas. Es más, quien era considerado la persona clave para esclarecerlo, luego llamado “eslabón perdido” o “testigo disruptivo”, el abogado Berzahí Osuna Encino recobró visibilidad pública al encabezar la defensa jurídica de una Asociación de Jubilados y al azuzar a estudiantes menores de edad contra la Universidad Autónoma de Sinaloa y por redactar una carta insolente, firmada por jubilados, dirigida al gobernador Rubén Rocha Moya.

Es probable y posible que Berzahí haya aportado, quizá, datos falsos en relación al asesinato. La hipótesis no es descabellada. Para aclarar los sucesos y retomar el hilo de la investigación es necesario, entonces, que la Fiscalía llame a comparecer a Berzahí Osuna, quien dijo ser poseedor de un video (CD) en el que Humberto Millán señalaba a sus presuntos verdugos; citar al ex procurador de Justicia, Marco Antonio Higuera Gómez, a quien, según lo expresado por Berzahí, entregó el video, pero que, de acuerdo a las primeras indagatorias, nunca existió. También es imperativo que declaren los agentes asignados a la investigación y algunos funcionarios del gabinete de Mario López Valdez y de otras instituciones y volver a retomar las versiones de todas las personas que comparecieron ante Procuraduría (hoy Fiscalía).

EL CRIMEN QUE CONMOCIONÓ A SINALOA

En agosto de 2011, en el ejercicio de gobierno de Mario López Valdez, un grupo armado “levantó” a Humberto Millán, director del diario Digital A-Discusión y colaborador de Radio Fórmula, y a su hermano Eduardo. El cuerpo sin vida del periodista fue hallado el día 25. No tenía huellas de tortura, sólo un balazo en la nuca. Martín Robles Armenta, en aquel entonces subprocurador de Justicia de la zona centro de Sinaloa, señaló que Millán fue localizado a las 9:15 horas -llevaba 24 horas muerto-, en las inmediaciones del campo Morelia, al norte del municipio de Culiacán.

Humberto Millán, de 53 años de edad, contaba con más de 30 años de experiencia en la labor periodística, especializada en análisis político y era abogado de formación. Durante varios años fue colaborador de El Sol de Sinaloa. En 1996 fundó de manera independiente el Semanario A-Discusión, que en 2011 dejó de ser un medio impreso para convertirse en un diario digital. Humberto publicaba sobre todos: Sabía detalles de la ruptura del PRI y los pleitos de los ex gobernadores y repitió hasta el cansancio la pregunta que Malova hizo en campaña ante el peligro de perder las elecciones: ¿Es Vizcarra compadre del Mayo Zambada?

EL PERSONAJE CLAVE EN LA INVESTIGACIÓN

Desde el arranque de la investigación del asesinato, Berzahí Ozuna Enciso tomó un rol protagónico. Captó los reflectores. El Procurador Marco Antonio Higuera Gómez puntualizó que la línea que se fortalecía en la indagatoria era la labor periodística y el sentido crítico-político que diariamente hacía el comunicador, y comisionó a un grupo de agentes especializados en homicidios para que desarrollaran las pesquisas. Berzahí entró a la escena con una narrativa: la posesión de un video revelador, contundente.

“Ésa es la línea (el ejercicio periodístico) que está hasta este momento trabajándose y fortaleciéndose; los datos, por petición de la misma familia, y además por disposición de ley, los tenemos en reserva”, precisó Higuera Gómez. En tanto, Berzahí Ozuna, en una reunión a la que acudió el gobernador Mario López Valdez; Gerardo Vargas Landeros, Secretario General de Gobierno; Higuera Gómez y el delegado de la PGR, Enrique Feregrino Taboada, mencionó la existencia de un video y un libro político.

Berzahí, que se decía amigo de Millán Salazar, de quien fue colaborador en el diario digital A-Discusión, aseguró que, en la parte más álgida del pasado proceso electoral, vieron camionetas sin placas, mal estacionadas afuera de las oficinas de trabajo. “Ante la posibilidad de que algo pudiera ocurrir contra la integridad física de Humberto Millán, Humberto me lo entregó a mí, su amigo, y me pidió bajo juramento de amistad que si le llegara a pasar algo, como lo que hoy ha ocurrido, hiciera público ese video”, dijo.

Hoy, a 14 años del abominable crimen, Berzahí Osuna resurgió en público asumiendo un rol protagónico como abogado y orador de la una Asociación de Jubilados y en la incitación de estudiantes menores de edad para que demanden a la UAS y en la redacción de una carta/pronunciamiento con un contenido insolente que, según él, se le entregó al gobernador Rubén Rocha Moya, documento que Berzahí difundió por Facebook, refiriéndose al mandatario estatal de manera grosera. Se le vio, también, instigando a los jovencitos, invitándolos a tomar el Congreso Local.

Vaya pues: en la investigación del asesinato de Humberto Millán Salazar alguien mintió ¿Y si fue Berzahí Osuna la persona que ofreció información falsa, la que habría proporcionado la lista de personajes inocentes que fueron citadas a declarar por la Procuraduría de Justicia en calidad de “sospechosos” o teóricamente vinculados al crimen? De hecho, Marco Antonio Higuera, en funciones de Procurador, jamás validó la existencia del video y del librito. Entonces ¿Berzahí mintió o no mintió? Si lo hizo debe ser procesado por falsedad de declaraciones y por obstruir o desviar el curso de la indagatoria criminal policial.

Ya es hora de que se reabra la investigación para conocer la verdad y que el crimen se esclarezca, caiga quien caiga….

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