Sergio Torres: del fraude a 10 mil estudiantes a los asesinatos de agentes y jefes policiacos

Álvaro Aragón Ayala

Con rasgos que moldean la personalidad de un narcopolítico en constante crisis existencial, atrapado por el estrés, el ex alcalde de Culiacán y diputado local, Sergio Torres Félix, busca reflectores publicitarios regalando desayunos semanales a la prensa, en los que monta narrativas públicas mentirosas que le ayuden a sobrevivir políticamente con el disfraz de “defensor de todo”.

Con la estrategia de dar comida a los periodistas para que le difundan difamaciones y calumnias o sus “otros datos” sobre la realidad de Sinaloa, el legislador del Movimiento Ciudadano pretende que se olvide su pasado, que no se le vuelva a emparentar con líderes del Cartel de Sinaloa, y que no se difundan las memorias de su paso por la presidencia municipal de Culiacán que estuvo marcado por el narco, crímenes de policías y fraudes. 

Por alimento y por temor a un atentado, los comunicadores sólo cuchichean de las relaciones de Sergio Torres con el narco y su influencia y poder en el mundo del hampa. En función de alcalde, con ese “control” de los periodistas y su alarde narcisista y de “perdonavidas”, soñó con convertirse en Rector, rector universitario de lo que sea, trazando un “proyecto educativo” con el que engañó a 10 mil estudiantes.

Sergio “no da paso sin huarache”: para facilitar, según él, el ingreso de miles de jóvenes a las instituciones de educación superior y el propósito de que lo promovieran en los campus de la Universidad Autónoma de Occidente, la Universidad Pedagógica de Sinaloa, la Universidad Autónoma de Sinaloa, y otras más, creó, apoyó, el Centro de Estudios Técnicos de Culiacán (COTSIN), enlazada falsamente a la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.

El proyecto lanzado 8 de febrero del 2014 por el ayuntamiento de Culiacán fue promocionado por Sergio Torres llamando a los jóvenes a inscribirse a la “Preparatoria Abierta en Tu Centro de Barrio”,  cursar en un año ese nivel y a saltar de ahí a alguna Universidad. Sin embargo, el COTSIN resultó ser una “escuela patito”, sin certificación de la SEP, en la que se fraudeó a miles de jóvenes principalmente del municipio de Culiacán.

Luego de ser exhibido el engaño, Sergio Torres, como siempre lo hace, se lavó las manos, como ocurrió con una serie de crímenes de Policías Municipales perpetrados por vendettas y “purgas” del Cártel de Sinaloa. Oportuna y perversamente destituyó a jefes policiacos y a algunos agentes los mandó a “descansar”. Esos policías, en la indefensión, fueron asesinados.

CEDIÓ EL CONTROL DE LA POLICIA

Durante la “gestión” de Sergio Torres Félix como alcalde de Culiacán (2014-2016) inteligencia militar detectó que “cedió” con el propósito de que el control de la Policía Municipal se ejerciera desde afuera de la corporación; determinó que en la capital del estado prevalecía una “pax narca”. Que el Cartel de Sinaloa instalaba cámaras de narcovigilancia en la infraestructura urbana, y llegó a la conclusión de que algunos policías actuaban como “halcones” de los poderes fácticos.

La madrugada del viernes 30 de septiembre de 2016, efectivos del ejército mexicano que escoltaban el traslado de un herido de un enfrentamiento en la sierra de Badiraguato, fueron atacados en la entrada de Culiacán. En el asalto murieron 5 militares, 11 más resultaron lesionados y dos vehículos terminaron calcinados.

De acuerdo a los reportes militares, después de perpetrar la matanza el grupo de sicarios penetró en Culiacán y “se perdió” entre sus calles. Curiosamente el patrullaje policial había disminuido, casi al grado cero. La investigación de inteligencia militar arrojó que la policía abrió estratégicamente ruta de escape en vez de montar un operativo para detener a los pistoleros.

En mayo del 2016, a seis días de haber sido despedido por Sergio Torres Félix del cargo de secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, fue asesinado Héctor Raúl Benítez Verdugo en la colonia Lomas del Bulevar. Enojado por su despido el ex jefe policiaco amenazó con “hablar”. Después de su asesinato comenzaron a aparecer los cadáveres en Culiacán de las personas a las que se les achacó el crimen.

LA PERSONALIDAD NARCA

Las pistas sobre la personalidad narca del hoy diputado del Movimiento Ciudadano, Sergio Torres Félix, quedaron plasmados en una publicación de la Jornada del domingo 7 de junio del 2013, en la que el periodista Javier Valdez Cárdenas (+), especialista en temas de narcotráfico, nutrió las sospechas en torno al político oriundo del poblado de Los Vasitos, Sindicatura de Las Tapias, municipio de Culiacán.

En el artículo “Clima de violencia deteriora la competencia política en Sinaloa”, Valdez Cárdenas reveló que Sergio Torres, en aquel entonces candidato de la alianza Transformemos Culiacán (PRI, PVEM, Nueva Alianza), era acusado en un video “de tener nexos con el cártel del ‘Chapo’ Guzmán”.

Precisó: “de acuerdo con una ficha de la Dirección de Gobierno de la administración estatal del 2007, el ex diputado federal y ex diputado local, quien cuenta con el respaldo del gobernador Mario López Valdez, tiene puntos vulnerables, entre ellos su ‘parentesco con Javier Torres (El JT, ex operador del cártel de Sinaloa, preso por narcotráfico en el penal de máxima seguridad del Altiplano)’”.

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