Sinaloa: echan del gabinete a Adriana Ochoa. No le sirvió a Rubén Rocha. Lo dejó solo a expensas de la crítica

Álvaro Aragón Ayala
Convertida en una pieza inútil, la periodista Adriana Margarita Ochoa del Toro fue echada del gabinete de Rubén Rocha Moya bajo el concepto de una nada decorosa “renuncia estrictamente de índole personal”. La comunicadora fungía como titular de la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado, cargo que desempeñó de manera deficiente. No le funcionó al mandatario estatal.
La caída de Adriana M. Ochoa del Toro, quien prácticamente había abandonado al gobernador exponiéndolo a la satanización pública y la crítica o ataques directos de personajes vinculados a partidos de oposición y a “corrientes clericales”, ocurrió la mañana de este jueves 18 de septiembre. La posición la ocupaba desde el arranque de la administración de Rubén Rocha.
Ochoa del Toro coordinó hipotéticamente, allá por el año 2021, el área de comunicación de la campaña rochista por la gubernatura. Ocultó hasta el día de su renuncia que, para el desarrollo de las estrategias de comunicación política electoral y en los ejercicios de la contrainformación y contrapropaganda, fue apoyada por un grupo de comunicadores contra quienes después conspiró para mantenerlos alejados del gobernador.
En su mensaje de despedida/renuncia, Ochoa del Toro expresó: “Estimados tod@s, les comunico que por cuestiones de índole estrictamente personal, he decidido separarme de la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado, agradecidísima (y lo que le sigue) con el señor Gobernador Rubén Rocha Moya, un hombre para quien solo tengo palabras de agradecimiento, cariño y admiración”.
La salida del gobierno de Adriana, más que el escándalo que se avecinaba por haberse mudado al Fraccionamiento La Primavera como “nueva rica” del gabinete estatal, obedeció a que no cuidó al gobernador: usó en su teórica proyección de la imagen del mandatario un modelo viejo sacado de las catacumbas del PRI que no encajó en la nueva realidad sociopolítica que vive Sinaloa ni contrarrestó la percepción negativa que genera la violencia en Sinaloa.
Sin el apoyo de quienes le regalaban ideas para posicionar a Rocha Moya en la campaña y colocarlo por encima del candidato del PRI-PAN-PRD, Mario Zamora Gastélum, Ochoa del Toro navegó de “muertita” en la Coordinación de Comunicación, sin estructurar efectivas agendas de riesgos, dejando solo al gobernador ante el flagelo de críticos y opositores políticos. La “estrategia” de comunicación-que en realidad nunca existió- dejó en la indefensión al mandatario estatal.
Pese a todo el apoyo financiero que le otorgó el gobernador para el desempeño de sus funciones -operó incluso con recursos “adicionales”-, la hoy ex funcionaria estatal nunca tuvo el control de la narrativa periodística. Siempre dejó abiertas las vertientes para que se vulnerara la agenda del gobierno estatal. Le faltó capacidad para poner en funcionamiento mecanismos de comunicación de cara a sectores de sociedad y a los grupos políticos que se resisten al cambio y que usan la violencia como instrumento de ataques políticos.
El gobernador Rubén Rocha no tuvo en su jefa de prensa el suficiente soporte informativo-periodístico para ganar la narrativa. Siempre estuvo a expensas de la crítica como si no tuviera un equipo o un aparato de comunicación social que lo protegiera del linchamiento social y periodístico y que lo salvara de la construcción de escenarios falsos y catastróficos.
Adriana Ochoa del Toro no sirvió. Ya era una carga. Una pieza innecesaria en el gabinete. Perdió, o mejor escrito aún, nunca tuvo el dominio de la narrativa y no trascendió. Si la imagen del gobernador es percibida como mala por algunos sectores de la sociedad, la responsabilidad, en gran parte, es de quien hasta el día de hoy fungía como Coordinadora de Comunicación y que transpiraba su sueño por irse a vivir al Fraccionamiento La Primavera.
Hoy, Adriana Ochoa del Toro – es parte de la historia política de Sinaloa. Pasó a sus páginas con pésimas cartas credenciales. Walter R. Fisher, (1931–2018), padre del paradigma narrativo en la teoría de la comunicación, sostuvo, desde 1987, que las historias son más poderosas que los argumentos y afirmó que toda comunicación significativa se produce mediante la narración de acontecimientos y que los seres humanos participan tanto como narradores como observadores de esas narrativas.
Después de haber sido echada a la calle, tras su “renuncia” ¿qué historias irá a contar o narrar Adriana Margarita Ochoa?…..