América Latina envejece: ¿Cuál es el costo y las oportunidades de cara al futuro?

Lucero Álvarez
La tasa global de fecundidad en América Latina pasó de 6 hijos por mujer en los años sesenta a menos de 2.0 en promedio en países como Brasil, Chile, Costa Rica y México, según Naciones Unidas. Esto significa que cada generación nueva será más pequeña que la anterior.
La población de personas mayores de 60 años está creciendo considerablemente. La CEPAL indica que, de unos 88 millones en 2022, podría llegar a cerca de 100 millones en 2025. Según cálculos del Banco Mundial, para 2050 uno de cada cuatro latinoamericanos tendrá más de 60 años (25% de la población), por lo que la región enfrenta una transformación demográfica sin precedentes.
El envejecimiento acelerado de la población, impulsado por la baja fertilidad, no solamente altera nuestra dinámica social, sino que también impacta el plano económico. La pregunta urgente es: ¿cuánto nos costará y qué oportunidades puede abrir este cambio?
Según el Banco Interamericano de Desarrollo, en promedio, América Latina destina 4.3% del PIB a pensiones y 4.1% a salud. El gasto en salud para personas mayores podría subir hasta 175% para 2050, mientras que la demanda de cuidados a largo plazo se triplicará en 30 años. Modelos inspirados en economías avanzadas recomiendan la aplicación de esquemas mixtos: “tope fiscal” de largo plazo y mecanismos complementarios de ahorro con incentivos tributarios, como en Australia o Estados Unidos.
Pero también hay oportunidades para la economía. Esta población representa un segmento con creciente poder económico: globalmente, la “Silver Economy” aportó el 34% del PIB mundial en 2022 (45 billones de dólares) y podría alcanzar el 39% para 2050.
América Latina envejece: ¿Cuál es el costo y las oportunidades de cara al futuro?
Las instituciones financieras tienen posibilidades de diseñar productos pensados para este segmento (seguros, ahorro, crédito, inclusión financiera), en particular para mujeres mayores, quienes representan 55% del grupo y enfrentan retos estructurales como menores ingresos y bajas pensiones.
La CEPAL recomienda una inversión del 4.7% del PIB en infraestructura de cuidados para 2035, lo que podría generar 31 millones de empleos en más de 23 países.
La disminución del “bono demográfico” compromete el crecimiento laboral, por lo que el Fondo Monetario Internacional invita a incorporar a los adultos mayores al mercado laboral.
Por otra parte, las personas de este segmento de población con capacidad de invertir en el mercado de valores tienen un perfil muy distinto al de los inversionistas jóvenes. Su principal objetivo ya no es acumular riqueza a largo plazo, sino conservar el patrimonio, asegurar ingresos constantes y minimizar riesgos. Entre las alternativas más comunes están los instrumentos de renta fija, las acciones de empresas consolidadas y los fondos de inversión mixtos.
El envejecimiento poblacional en América Latina representa una encrucijada: puede ser un lastre fiscal o un motor de transformación económica y social. La clave está en la estrategia pública. Sin reformas ni inversión en la región, enfrentaremos una crisis de sostenibilidad; con políticas integrales, podemos activar una economía más inclusiva, equitativa y productiva.