México refuerza su estrategia comercial ante la presión arancelaria

Julio Pilotzi
Frente al riesgo inminente de nuevos aranceles de hasta 50 por ciento, sobre las exportaciones mexicanas, el gobierno de México logró negociar una prórroga de 90 días que pospone la imposición de estas medidas unilaterales por parte de Estados Unidos. Esta prórroga fue resultado de un contacto directo entre la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum Pardo, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, y representa una maniobra estratégica que busca evitar una disrupción significativa en sectores clave como el agroalimentario, automotriz, siderúrgico, electrónico y manufacturero. La medida es especialmente relevante para empresas que dependen de exportaciones en cadenas de suministro integradas, particularmente bajo las reglas del T-MEC.
Actualmente, más del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas cumplen con los criterios de origen establecidos por el tratado, lo que otorga al país una ventaja competitiva frente a otros socios comerciales globales. Sin embargo, la amenaza arancelaria sigue latente y se ha intensificado con el endurecimiento de las condiciones para el comercio electrónico, la aplicación de tarifas sobre productos de acero y aluminio, y el endurecimiento de normas de verificación en origen para productos agrícolas. En este entorno, el gobierno mexicano busca usar la prórroga como una ventana de oportunidad para redoblar esfuerzos diplomáticos y técnicos con el fin de contener la escalada proteccionista y defender el acceso preferencial al mercado más importante del mundo.
Las negociaciones bilaterales se han orientado hacia temas estructurales que estarán al centro de la revisión del T-MEC prevista para 2026. Entre los asuntos más sensibles destacan los mecanismos de solución de controversias, las políticas industriales con subsidios implícitos, la protección de propiedad intelectual y la trazabilidad agroalimentaria. Las autoridades mexicanas consideran que una renegociación ordenada del tratado es esencial no solo para evitar mayores costos arancelarios, sino para mantener un entorno propicio para la inversión extranjera directa y preservar el atractivo del país dentro de la estrategia de nearshoring.
Hemos escuchado puntualmente las palabras en la “Mañanera del Pueblo”, en donde se sabe que México ha comenzado a reforzar su política industrial interna. Iniciativas como el programa “Hecho en México” buscan elevar el contenido nacional de las exportaciones, reindustrializar sectores clave como electromovilidad, semiconductores y dispositivos médicos, y generar empleos de calidad mediante el fortalecimiento de la proveeduría local, pero además el Plan México, es clave, aunque los anuncios han tenido una pausa ya que hay empresas que estar reconfigurando sus inversiones. Las alianzas con el
privado es clave para impulsar la productividad, la digitalización y la transición energética en sectores exportadores estratégicos, sobre todo hoy que el Fondo Monetario Internacional, ve por el momento lejos una recesión, dejando ver datos positivos de la economía mexicana.
México mantiene sólidos fundamentos que le permiten enfrentar este tipo de tensiones, pero una piedra en el zapato es Pemex, al que urge sanear no solo colocando bonos que dejan ver un “PemexProa”. La estabilidad fiscal, la disciplina monetaria y el superávit comercial con Estados Unidos fortalecen su posición negociadora, pero se debe dejar de caer en exceso de confianza. A todos los niveles de gobierno les queda claro que una imposición generalizada de aranceles podría tener efectos adversos sobre el crecimiento, la inversión y el empleo si no se consolida un acuerdo sostenible en los próximos meses. El presidente norteamericano, es un experto en negociar hasta conseguir lo que desea, incluso pensando de hasta dónde México va a ceder, porque la coyuntura crítica, las peticiones y exigencias, dejan a la prórroga negociada una pausa en la tensión comercial, oportunidad para rediseñar su inserción internacional con un enfoque más resiliente, diversificado y con mayor valor agregado. Se dejará ver a lo que nuestro país se comprometió mientras llegan los temidos aranceles, el arma inteligente de Donald Trump, porque tiene claro el enorme impacto económico que tendría en cada sector económico de nuestro país.
Voz en Off
Y de repente el protagonismo de Hugo Éric Flores Cervantes en el intento de desafuero contra Alejandro “Alito” Moreno se hace presentes. Lo que hace parece menos un acto de convicción jurídica que una jugada política oportunista, entre tantos pendientes se le da celeridad a este caso, claro si se tiene que entregar cuentas Moreno Cárdenas, que se haga, pero de instrumentos distractores en la política mexicana está desgastada. El intentar distraer de lo importante desgasta el trabajo que ha hecho puntualmente el segundo piso de la 4T. El de historial de alianzas fluctuantes y poca consistencia ideológica, y fallidas del exdirigente del PES capitaliza el desgaste del PRI para posicionarse en la agenda pública, justo cuando su relevancia legislativa es marginal. Penoso lo de Flores Cervantes, quien debe atender con la misma prontitud otros documentos en su escritorio, que se añejan con el paso del tiempo de los días legislativos.