Las traiciones y los miedos de Sergio Torres

Álvaro Aragón Ayala

Proclive a la deslealtad, con un lado obscuro que trata de ocultar por todos los medios, salvado, en función de alcalde de Culiacán, de cuatro desafueros por dos gobernadores, a quienes terminó por traicionar, el diputado local y coordinador en Sinaloa del Movimiento Ciudadano, Sergio Torres Félix, se zambutió en la estridencia mediática para intentar que no se indague su pasado, buscar posicionarse con el disfraz de político honrable, para cuando menos tratar en el 2027 repetir como legislador, pero su estrépito lo colocó en un “punto de quiebre”, pues generó el análisis y el ejercicio memorioso sobre su biografía, la cual lo instala como un político perverso, alevoso, felón, indigno, intrigante e ingrato.

Sí. Ese es el vivo retrato político de Sergio Torres, el peor alcalde del  Culiacán contemporáneo, y que ahora, en posición de enano político, añora el retorno a las grandes ligas después de que con engaños se autoubicó como “viable” a la candidatura al gobierno de Sinaloa por el MC, montaje que se derrumbó por el repaso de su pasado y presente y por su estatus de no confiable. Exacto: su vida política es sinónimo de traiciones. Cuando buscó, por la vía del PRI, la alcaldía de Culiacán presumió como su jefe al entonces gobernador Mario López Valdez -MALOVA-. Así, con el cuento de la lealtad, que resultó falsa, dirigió el ayuntamiento hasta que a principios del 2016 lo negó exhibiéndose como ahijado político del otrora poderoso priista Manlio Fabio Beltrones Rivera.

Una vez que Beltrones no pudo o no quiso conseguirle la candidatura del PRI al gobierno de Sinaloa lo mandó al demonio y de inmediato se puso al servicio, vestido como su mejor amigo, del entonces candidato del PRI-PVEM, Quirino Ordaz Coppel. Desde la alcaldía, Sergio Torres se convirtió en uno de los “operadores electorales” de Quirino, quien, una vez montado en la gubernatura lo designó secretario de Pesca y Acuacultura, desde donde construyó el espejismo del falso rescate de la pobreza del sector pesquero y desplegó una intensa campaña de promoción política personal creyendo que Quirino Ordaz lo ayudaría a que el PRI lo postulara candidato al gobierno estatal.

Pero el plan del entonces gobernador no era convertir en candidato a Sergio Torres, sino ponerse a salvo del SAT, de la Auditoría Superior de la Federación y de la Unidad de Inteligencia Financiera. Salvar su pellejo. Cuando el “flamante” secretario de Pesca se percató de la jugada, tiró el cargo, y se abalanzó furioso contra Quirino, y fraguó su incorporación al Movimiento Ciudadano, creyendo que sus traiciones serían olvidadas. Sergio le fue fiel temporalmente a MALOVA y a Quirino Ordaz porque uno impidió cuatro veces que lo desaforaran y otro dictó la orden para “archivar” las rapacerías localizadas en las cuentas públicas del ayuntamiento de Culiacán del 1 de enero del 2014 al 31 de diciembre del 2016. Esa es la verdad.

Pero no son las únicas traiciones que perpetró Sergio Torres. Para llegar a la dirigencia del PRI-Culiacán, para convertirse en la primera ocasión en diputado local priista y en diputado federal tricolor y “saltar” a la presidencia municipal de Culiacán tramó una cadena de conspiraciones contra el Grupo Culiacán que le dio cobijo pese a ser considerado un lumpen. Con gandallismo “tronó” los acuerdos y proyectos por la alcaldía con Rosa Elena Millán Bueno y por así convenir a sus intereses transmutó en sus enemigos a quienes desinteresadamente le dieron su apoyo político y lo recibían en sus casas con los brazos abiertos: Aarón Rivas Loaiza, Jesús Valdez Palazuelos, Oscar Javier Valdez López y Antonio Castañeda Verduzco.

En la forja de la historia presente, Sergio Torres ya traicionó al Movimiento Ciudadano. Se les rajó a los diputados y Senadores del partido naranja. Les clavó la daga trapera porque su nuevo jefe coyuntural es el gobernador de Morena Rubén Rocha Moya. Y no es su “padrino” por amistad o porque el mandatario lo apoye en sus entuertos mediáticos, sino porque así, bajo cuerda, lo llama el coordinador estatal del MC por temor a que Rocha ordene que le “destapen” la cloaca municipal, los trinquetes que perpetró en función de alcalde. Tiene pavor a que el SATES hurge y precise el origen de su fortuna. Ahí  están en la Auditoría Superior del Estado las malas cuentas de su disfuncional administración.

Y, ya, por miedo de ir a parar a la cárcel, se les rajó a los diputados y Senadores Gibrán Ramírez Reyes, Pablo Vázquez Ahued, Laura Irais Ballesteros Mancilla, María Alejandra Bárrales Magdaleno y Daniel Barreda Pavón, quienes por petición de Sergio Torres presentaron una solicitud ante el Senado de la República pidiendo la Desaparición de Poderes en Sinaloa y obvio, el desafuero del gobernador Rubén Rocha. Como el pánico no anda en burro, el coordinador estatal del MC, partido de los legisladores que encauzaron la iniciativa anti-Rocha, reculó y expresó: “nosotros no entramos a esos temas. La gente lo que quiere y lo que es prioridad para las familias sinaloenses, es la seguridad, la salud y la educación. En temas de desafueros la verdad no es un tema que la gente traiga”.

*GOBIERNO MUNICIPAL DISFUNCIONAL, CORRUPTO E IRRESPONSABLE*

En el 2016, Sergio Torres Félix se despidió de la alcaldía de Culiacán dejando un balance catastrófico, con múltiples negativos: inseguridad pública, calles destruidas,  incremento de la deuda pública, decenas de manifestaciones, los problemas económicos de pago del Seguro Social e Infonavit de los trabajadores del Ayuntamiento de Culiacán, son solo algunos de los saldos de la administración municipal calificada por la ciudadanía como altamente corrupta e importamadrista. Al final, el pueblo se dio cabal cuenta de que fue engañado con los distractores de los “morrines”, los “árboles eléctricos”, y las narrativas del ahora ex alcalde que para defenderse hablaba de “gatos negros” y “culebras en el agua”.

Torres Félix dejó tras de sí cuatro juicios políticos promovidos en su contra, procesos planteados para destituirlo del cargo….

Violó con “El Morrín” la Ley Electoral

 A principio de junio de 2015, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió una disputa legal a la que se llegó luego de dimes y diretes por una acción del presidente municipal: en plena proceso electoral Sergio Torres Félix lanzó una campaña institucional, con colores muy parecidos a los de su partido, y con ello violó la Ley Electoral. El Partido Acción Nacional promocionó y celebró el castigo que daba vista al Congreso del Estado para aplicar una sanción por la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos. “La resolución dice que Sergio Torres Félix violó la norma electoral que prohíbe hacer propaganda gubernamental en tiempos de campaña electoral y para efectos de aplicar la sanción que corresponde se da vista al Congreso del Estado”, indicó Marco Antonio Zazueta, representante del PAN ante el INE en aquella ocasión.

Después de eso, el Comité Directivo Municipal del PAN en Culiacán promovió el juicio político. “… queda en manifiesto la impunidad a todo lo que da, la falta de voluntad de los diputados para darle respuesta a los sinaloenses, permiten que un gobernante violente la Constitución, pero dicen que es poquito”, señaló en aquella ocasión Ignacio Niebla Aispuro, titular del CDM, al ratificar la promoción.

_ Ordenó Tribunal Juicio Político_

A principios de noviembre de 2015, el Tribunal de la Contencioso Administrativo determinó la destitución del tesorero, Edgar Kelly García, y giró instrucciones al Congreso del Estado para someter a Sergio Torres Félix a juicio político por incurrir en desacato sobre el pago por concepto de despojo de una propiedad. Se trató del caso que peleó el ex futbolista profesional Jaime Ruiz Dorado, quien había recibido un par de administraciones el comodato de una unidad deportiva a la que invirtió cerca de 10 millones de pesos y luego ésta le fue despojada por la administración municipal, a pesar de existir un acuerdo de usufructo.

El Tribunal ordenó, desde diciembre de 2014, el pago 20 millones de pesos, por intereses, y el Ayuntamiento hizo caso omiso por casi un año. El procedimiento terminó en manos de los diputados, pues la Comisión Instructora del Congreso del Estado declaró improcedente el juicio. En realidad, MALOVA ordenó protegerlo. Envalentonado con ese respaldo Sergio Torres amenazó con demandar a los magistrados y acusó a Jimmy Ruiz de entregar facturas falsas, por lo que lo denunció ante la Procuraduría General de Justicia del Estado.

El escándalo del Par Vial

A principios de mayo de 2016, organismos civiles como el Movimiento Interdisciplinario de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el colectivo Culiacán Sin Chanchuy y Ciudad y Naturaleza solicitaron juicio político para Torres Félix, acusándolo de violar la Constitución del estado, la Ley de Desarrollo Urbano del estado y el procedimiento de modificación del Plan Director de Desarrollo Urbano del municipio.

“Nosotros estamos aquí precisamente como MIUAS, Movimiento Interdisciplinario de la UAS, que se compone de egresados, maestros y alumnos; nosotros estamos hoy haciendo acto de presencia para entregar un documento en donde estamos denunciando juicio político en contra de Sergio Torres Félix, presidente municipal de Culiacán”, señaló Melchor Peiro, de Ciudad y Naturaleza, en aquella ocasión.

“Ello fundamentado en una serie de violaciones que estamos manifestando en el documento, que están escritas tanto en la Constitución Política de nuestro estado de Sinaloa, como en la Ley de Desarrollo Urbano del estado de Sinaloa; otros elementos que están en el Plan director de Desarrollo Urbano de Culiacán”. Según los denunciantes, Torres Félix violó artículos de la Constitución del estado y de la Ley de Desarrollo, por no respetar los procedimientos para el cambio de sentido de dos arterias principales de la ciudad, como la avenida Álvaro Obregón y la Aquiles Serdán, que dotó de sentidos únicos.

Pidieron su destitución

A mediados de octubre de 2016, un grupo de vecinos que se hicieron llamar Colectivo Norte acudieron al Congreso del Estado para solicitar la destitución de Sergio Torres Félix del cargo de Presidente Municipal. Luego ratificaron la denuncia, pues sumaron meses de estar manifestándose y exigiendo modificaciones al rediseño de las rutas de camiones que invadieron las calles por donde se ubican sus domicilios.

Desde el 2 de enero del 2016, las avenidas, Obregón y Serdán dejaron de ser de doble sentido para pasar a ser sólo de una vía, de norte a sur y de sur a norte, respectivamente. Y aunque a pesar de que las leyes y planes vigentes especifican que existe un procedimiento especial para que el municipio realice modificaciones en sentidos vehiculares y cada ruta tiene un valor preestablecido, la autoridad ignoró todo y a todos.

Según la denuncia, Torres Félix actuó de manera ilegal y arbitraria por lo que incurrió en responsabilidad política, porque no es autoridad competente para modificar los sentidos a la circulación vial de las calles, sino Gobierno del Estado a través de la Dirección de Vialidad y Transportes. En el Tribunal de los Contencioso también existe un procedimiento contra dicha dirección, pues realizó los cambios a simple petición del Ayuntamiento.

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