En seis años, EU condenó a cadena perpetua a más de 200 criminales mexicanos

Roxana González
El próximo 17 de julio se cumplen seis años de que Joaquín El Chapo Guzmán, uno de los narcotraficantes más importantes del mundo, fue condenado a cadena perpetua en Estados Unidos y desde entonces, un total de 210 mexicanos, incluido Rubén Oseguera, El Menchito, han sido sentenciados a pasar el resto de sus vidas en alguna prisión estadounidense por delitos relacionados con el crimen organizado como el tráfico de drogas, armas o de personas.
De acuerdo con información de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) sobre asistencia consular, otro medio centenar de connacionales está en riesgo de recibir esta sentencia por parte de algún tribunal estadounidense.
En la lista de espera se encuentran los 29 líderes del narcotráfico que el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo entregó a la administración de Donald Trump, en febrero pasado. El Departamento de Justicia ha pedido, hasta el momento, cadena perpetua para 26 de los 29 narcotraficantes, incluidos los hermanos Miguel Ángel Treviño Morales, también conocido como Z-40 y Omar Treviño Morales, el Z-42, ambos integrantes de Los Zetas, una de las organizaciones criminales más violentas del mundo. Caro Quintero, considerado el narco de narcos, es otro de los líderes del narcotráfico mexicano que podría ser condenado a cadena perpetua, aunque la fiscalía federal de Nueva York, donde se encuentra recluido, ha dicho que aún estudia si el fundador del Cártel de Guadalajara pasará lo que le resta de vida en prisión o es sentenciado a pena de muerte por el asesinato del agente encubierto Enrique, Kiki, Camarena en 1985.
“Pasar el resto de su vida en una cárcel de Estados Unidos es uno de los peores castigos para un narco, de ahí la frase que tenía uno de los criminales más emblemáticos, Pablo Escobar, quien decía que era mejor una tumba en Colombia que una prisión en Estados Unidos”, afirmó el experto.
En entrevista agregó que lejos de las condiciones que los capos logran adquirir a través de sobornos y corrupción en las prisiones en sus países, donde prácticamente se crean “micro ciudades” bajo el mando de los criminales, las cárceles en Estados Unidos son “tumbas”. “La propia ONU ha señalado que la aplicación excesiva del confinamiento en solitario en los centros de detención estadounidense es alarmante; son celdas diminutas, los aíslan completamente de otros reos, los tienen vigilados las 24 horas, les dan un tiempo limitado para tomar el sol, no tienen acceso al teléfono, menos a internet, en fin en condiciones que les provocan ansiedad”, afirmó Saucedo.
Según el experto, el propósito de Estados Unidos de condenar a los narcos a cadena perpetua ha sido advertir a los criminales que nadie, ni los jefes, se salvan de ser castigados con encierros de por vida por dedicarse al tráfico de drogas y otros delitos.
De acuerdo con la información de la SRE, entre los mexicanos condenados a cadena perpetua se encuentran quince mujeres acusadas de traficar drogas y personas.
Uno de los primeros capos sentenciados a esta pena fue Juan García Abrego, aunque los archivos de la Agencia Antidrogas (DEA), documentan que la pena se aplicó primero a los narcos colombianos en la década de los años 80.

García Abrego, quien a pesar de haber nacido en Estados Unidos su familia es mexicana y su actividad criminal la desarrolló de este lado de la frontera, era jefe del Cártel del Golfo, una de las tres principales organizaciones criminales que operan a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos. Fue, además, el primer narco mexicano incluido en la lista de los 10 más buscados por el Buró Federal de Investigaciones (FBI). En enero de 1997 fue sentenciado por un juez de Houston, Texas, a 11 cadenas perpetuas consecutivas y a pagar una multa de casi 500 millones de dólares tras ser encontrado culpable de 22 delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Los últimos en ser sentenciados fueron Héctor Alejandro Apodaca Álvarez y Mark Anthony Roque Bustamante, integrantes del Cártel de Sinaloa, quienes se declararon culpables de operar una red de tráfico de fentanilo, metanfetamina y cocaína en Estados Unidos. Los connacionales fueron condenados en mayo pasado, un mes después de que Rubén Oseguera González, alias El Menchito, de 35 años y heredero del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fuera sentenciado, también, a pasar el resto de su vida en la prisión de alta seguridad USP Florence High, de Colorado en la que también está “El Chapo” Guzmán.