Trump provoca fiebre de ‘fiestas’ fuera de Estados Unidos

Jonathan Ruiz Torre

Con mil pesos podían comprar unos 50 dólares en enero, ahora pueden adquirir más de 55 dólares con el mismo dinero.

El dólar cayó 12 por ciento en su valor frente al peso, más cae frente al euro, también reduce su fuerza frente al real brasileño y otras monedas relevantes.

¿Les sirve como pista de lo que ocurre con la economía de Estados Unidos? Debo ser claro: A México no le conviene que su poderoso vecino se debilite, pero éste lo hace solo y rápidamente.

Ante los golpes y el desprecio que sale de la Casa Blanca, al resto de las naciones no le queda más que buscar sus propias fiestas y eso es lo que provocó la administración del presidente Donald Trump: desatorar solamente en medio año tratados comerciales que llevaban años trabados entre naciones. Vean:

Uno. Su vecino Canadá y Ecuador cerraron un Tratado de Libre Comercio que abrirá un mercado de casi 40 millones de consumidores; dos, India y Reino Unido firmaron el mayor acuerdo bilateral post-Brexit, con eliminación de aranceles en 90 por ciento de productos.

Tres. En el sur de América, el Mercosur junto a la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) acordaron un tratado que integrará a casi 300 millones de personas con un PIB combinado superior a 4.3 billones de dólares (trillions).

Estamos hablando de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia (en proceso de adhesión) y de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.

Cuatro. Miren nomás, la Unión Económica Euroasiática (que incluye a Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Armenia) puso en marcha un TLC estratégico con Irán, que desafía sanciones occidentales.

Cinco: la Alianza del Pacífico que involucra a México, Chile, Colombia y Perú selló en mayo un acuerdo con Singapur que fortalece la conexión entre Asia y Latinoamérica, abriendo oportunidades en infraestructura, servicios digitales y agroalimentos.

Seis. Destaca la activación de un TLC bilateral entre Guatemala y Perú; y siete, los avances en acuerdos entre Costa Rica e Israel, además de, ocho, negociaciones en curso para modernizar y ampliar pactos entre la Unión Europea y países como Australia e India.

Este mosaico de acuerdos no solo se limita a tratados formales.

El Mercosur profundiza su integración intraregional eliminando aranceles internos y promoviendo la cooperación energética con proyectos conjuntos entre Argentina, Paraguay y Brasil. ¿Vieron el duro discurso del ‘libertario’ presidente Javier Milei al entregar la estafeta del Mercosur a Brasil, presidido por Luiz Inacio Lula Da Silva? Los argentinos quieren apertura.

En África, la Zona Continental Africana de Libre Comercio continúa su implementación con países como Costa de Marfil adoptando medidas para eliminar gradualmente aranceles.

¿Qué está pasando? La política comercial de Estados Unidos, marcada por la imposición de aranceles, la renuencia a nuevos TLC y una visión proteccionista, generó un vacío que otros actores internacionales han aprovechado para fortalecer sus propias redes comerciales.

Lejos de paralizar la globalización, esta dinámica promovida por Trump parece incentivar la integración transregional, diversificando mercados y alianzas económicas.

Eso va totalmente en contra de los deseos de la polémica y poderosa US Chamber of Commerce, que espera que su país fortalezca y firme tratados de libre comercio para no perder competitividad.

Nada qué festejar desde este país al sur del río Bravo que depende en buena medida de exportar productos a la economía más grande del mundo.

El influyente columnista del Financial Times, Martín Wolf, publicó un texto bajo el título: “El Asalto de Trump a la Grandeza de Estados Unidos”, entre otras cosas dice que casi todo lo que hace Trump debilitará a los estadounidenses en su rivalidad con China.

“Yo, por mi parte, deseo desesperadamente que sobrevivan los valores fundamentales de la libertad de opinión, la política democrática, el Estado de derecho y la apertura al mundo en su conjunto. Trump no solo está atacando estos valores en casa, sino que los está debilitando en el extranjero, en particular al destruir la credibilidad de Estados Unidos como aliado”.

Independientemente de ideologías, la desconexión de Estados Unidos del resto del mundo lo lamenta una mayoría que no incluye a seguidores casi religiosos del presidente estadounidense, quien ayer sacó de sus cajones nuevas amenazas de aranceles. Come on!

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