Ser docente se ha vuelto peligroso por cambio de normativas

Elizabeth González-Manrique

Casos como el del profesor Esteban Canchola, docente de Mexicali sentenciado a prisión por una presunta omisión respecto a un alumno, ponen de manifiesto la dificultad y peligros de ejercer esta profesión. 

Diferencias y problemas graves con sus superiores, compañeros, padres de familia y alumnos, derivadas de cambios en la normativa, el trabajo diario con los educandos, entre otras condiciones, son algunas de las complicaciones que enfrentan los docentes

Profesores con una larga trayectoria de servicio refieren que ante las dificultades han decidido cambiar de profesión e, incluso, retirarse a pesar de que deseaban o necesitaban seguir trabajando. 

El caso del docente de Mexicali ha suscitado un intenso debate debido al nivel de responsabilidad de los profesores y la seguridad que hay en los centros educativos oficiales del país. Es a través de redes sociales que cientos de docentes se han manifestado a favor del profesor Esteban, pidiendo justicia para él.

El caso de Esteban Canchola 

Canchola, profesor residente en Mexicali, Baja California, con más de una década de trayectoria, fue declarado culpable por el delito de omisión, tras la muerte de un alumno accidentado al interior de las instalaciones escolares y a pesar de que el docente no se encontraba al frente del grupo en ese momento. 

Fue en octubre de 2023, en la Escuela Primaria Eucario Zavala, cuando entre las 12:00 y las 13:00 horas, mientras los alumnos jugaban futbol en el patio antes de que iniciara el horario de clases, Martín Damián, uno de los niños, cayó al suelo golpeándose la cabeza.

De acuerdo con algunos testimonios, Martín era víctima constante de acoso escolar y habría sido, precisamente, una agresión por parte de uno de sus compañeros la que derivó en su fallecimiento

De acuerdo con la Subsecretaría de Educación Básica, el protocolo ante accidentes marca: informar inmediatamente al padre o madre de familia o tutor (a) y que la o el alumno accidentado acuda acompañado del padre, madre, tutor o tutora, profesorado o algún otro adulto, a cualquier hospital de la red pública o privada el mismo día del accidente.

Más tarde, el alumno fue llevado por sus progenitores a un centro de salud, tal y como indica la reglamentación actual, sin embargo, días después falleció. A pesar de que el profesor Esteban al ser notificado del hecho, siguió el protocolo correspondiente, incluyendo informar a los padres del accidente, fue acusado de no actuar a tiempo y declarado culpable por un juez este 2025. 

Según lo dicho por la hija del profesor, quien ha tomado su defensa pública a través de redes sociales, el menor fue llevado a la Clínica Internacional de Especialidades, sitio en el que la escuela mantiene un convenio para activar el seguro escolar, lugar en el que únicamente le proporcionó tratamiento para el dolor, sin llevar a cabo una exploración y evaluación médica a fondo.

A dos años del incidente, y de acuerdo con la decisión de un juez, Canchola podría pasar hasta tres años en prisión por el delito de omisión de cuidados.

Una profesión de alto riesgo

Tanto en el ámbito público, como en el privado, los docentes coinciden en que ejercer esta profesión se ha vuelto riesgoso para ellos, lo que hace que lleven a cabo su labor con temor a cuestas de que algo salga mal. 

Rosa Silva, profesora con más de 40 años de servicio, 30 de ellos en el sector público y 17 en el privado, asegura que parte de lo que la hizo alejarse de la docencia es la realidad que viven los maestros hoy en día, quienes incluso por consolar a un alumno que se encuentre llorando, pueden terminar en prisión. 

“El entorno educativo de los maestros de educación básica, hoy en día es muy difícil, dado que las autoridades han ido cambiando la normatividad que nos rige a todos los que estamos frente al grupo”.

¿Qué significa eso?, que hoy los maestros no podemos pedirles a los niños que cambien de actitud, no podemos decirles por qué no cumpliste con este trabajo o tarea. Todo eso ha tornado a un ambiente muy difícil para los docentes, dado que la normatividad vigente de la Secretaría de Educación Pública solamente le da la razón a los padres y, sobre todo, a los niños”, señala la profesora Rosa Silva.

“Esto nos ha llevado a tener una profesión de alto riesgo, es decir, si llega a haber algún problema siempre el papá y el niño tendrán la razón, a pesar de que la autoridad educativa se dé cuenta de que no es así. Incluso se entrega un documento al inicio del año escolar, que de toda la vida se ha llamado circular 001 en donde se manifiestan muchos puntos, como que si un alumno llega tarde a la escuela y está a punto ya de terminar el horario escolar, el niño puede entrar en ese horario, que pueden llegar vestidos como deseen, llevar o no útiles, entre otras cosas que dificultan la labor docente”, explica la profesora. 

Por su parte, Angélica Romero, profesora de primaria y secundaria con 36 años de experiencia en el sector público, menciona que en este momento, los maestros se encuentran “indefensos” ante las eventualidades ocurridas al interior de centros educativos

“Hoy los maestros están totalmente indefensos por decirlo de alguna manera, ante las actitudes y sucesos que ocurran con los niños, no se les puede llamar la atención“.

“No se les no se les puede sancionar de ninguna manera, aunque agredan a profesores y a sus mismos compañeros, tienen derecho a todo, a mentir, a agredir, a no hacer la tarea, a hacer trampas en los exámenes, no se les puede reprobar porque todo resulta en agresión”, declara la maestra Angélica Romero.

“Entonces eso está haciendo que la educación pues vaya cada día en menoscabo y ellos están en ante una falta total de valores, por lo que considero necesario encontrar un justo medio, en el que los niños aprendan y los maestros puedan desarrollar su labor bien hecha”, concluye Angélica. 

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