La censura nacionalista

Rafael Cardona
Amenazante a pesar de su inicial apariencia de inofensiva vecina de al lado, la secretaria de Seguridad Interna (Homeland Security), Kristi Noems, aparece en las pantallas de TV con la fiera advertencia, no vengas ilegalmente a Estados Unidos, te perseguiremos y te echaremos fuera, dice en síntesis.
Pero no aparece solamente en las emisiones estadunidenses ni tampoco nada más las plataformas digitales allá originadas y fuera de control en cualquier parte. Es un mensaje general y hasta las estaciones concesionadas de México l han reproducido, no como un fragmento noticioso (lo es), sino como una publicidad pagada.
Al menos eso hicieron algunos como Televisa (durante el partido de futbol del América contra los inocuos jugadores de Sinaloa, entre otros espacios). La campaña en todas las emisoras contratadas –dicen los reportes de prensa— tendrá un costo de 200 millones de dólares.
“Los contratos de proveedores para el proyecto fueron adjudicados a People Who Think LLC, una empresa con sede en Luisiana cofundada por Jay Connaughton, según muestra un documento disponible públicamente, y a Safe America Media LLC, con sede en el norte de Virginia, de acuerdo con un documento separado revisado por dicho medio.
“Según Semafor, Connaughton y People Who Think trabajaron en los anuncios de Trump durante la campaña de 2016”. Para nadie es un secreto la buena relación del mandamás de esa empresa, Bernardo Gómez, con la administración de Donald Trump.
Estas transmisiones empujaron al gobierno de México a otra prohibición. Otra censura. Ya no se trata nada más de ir contra la horrible música (¿?) de los narcocorridos. Ahora es contra los contenidos de los concesionarios.
El primer acto de censura lo empujó el gobierno de Estados Unidos. Quitarles la visa a los cantantes de epopeyas de la delincuencia, como si se tratara del presidente Petro de Colombia a quien han dejado fuera de ese país por sus bravatas infecundas contra Trump. En México no se prohíbe a los intérpretes; se veta su obra. Buena o mala.
El lunes la presidenta advirtió de un rápido procedimiento legislativo para impedir la difusión de tan discriminatorios mensajes, mediante la resurrección de un artículo de la ley de Radio y TV.
— “Los concesionarios y permisionarios de radiodifusión y televisión en el país no podrán transmitir propaganda política, ideológica o comercial de gobiernos o entidades extranjeras, ni permitir que los medios de comunicaciones que operan en su concesión sean utilizados para fines que pueden influir en los asuntos internos del país”.
Ese artículo se eliminó en el 2014. Aun así, este comercial, digamos, esta propaganda pagada, salió en algunos medios de comunicación desde hace algunos meses, se hizo más notorio porque se publicó en el último partido de fútbol que hubo, en el fin de semana”.
La salida facilona fue señalar el contenido discriminatorio del mensaje. Y para eso se utilizó la Conapred, un elefantito albino cuya utilidad aún esta por descubrirse.
“…el Consejo Nacional para Prevenir la discriminación ha recibido quejas ciudadanas (de ciudadanos dentro del gobierno; es claro) relacionadas con el video difundido por la Secretaria de Seguridad de los Estados Unidos que ha sido publicado en la televisión, así como en diversos medios de comunicación, y hace referencia a personas migrantes”.
“Del análisis, hemos encontrado que el spot contiene un mensaje discriminatorio que atenta contra la dignidad humana y que puede fomentar actos de rechazo, violencia, hacia las personas en situación de movilidad”.
“Por tal motivo, le invitamos a que el spot sea retirado…”
Además del exhorto, el gobierno indagará, por qué fue eliminado de la ley tan patriótica veda, obviamente durante la oscura noche del neoliberalismo…
Ya pedí que investiguemos cómo fue que se quitó este artículo, bajo qué argumentos, pero creemos que nuestra soberanía y el respeto a México merecen volver a poner este artículo en la ley.
–¿Y cómo censuran la red? Nadie sabe.