Trump impondrá aranceles a autos con partes de México y Canadá, pese al T-MEC

Ivet Rodríguez
Estados Unidos confirmó la imposición de un arancel del 25% a los vehículos importados desde México y Canadá, con una excepción clave: el gravamen no se aplicará al valor del contenido estadounidense incorporado en estos vehículos.
Esta medida, parte de la estrategia comercial de la administración de Donald Trump, que busca incentivar la fabricación y el suministro de autopartes dentro del territorio estadounidense, pero también añade complejidad burocrática para los fabricantes en la región.
De acuerdo con la proclamación oficial, los fabricantes deberán demostrar con documentación qué autopartes de los modelos ensamblados en México o Canadá, provienen de Estados Unidos para evitar el arancel.
“El arancel automotriz afectará únicamente al valor del contenido no estadounidense en los vehículos importados, siempre y cuando las armadoras certifiquen que el resto del contenido cumple con los requisitos del T-MEC”, afirmó Trump en una proclamación sobre ajustes a las importaciones de automóviles y autopartes a los Estados Unidos. Según el mandatario, esta medida impulsará la inversión en Estados Unidos y reducirá la dependencia de insumos extranjeros.
Eric Ramírez, director de Urban Science para América Latina y el Caribe, consideró que la medida anunciada representa “un punto intermedio” entre la libre importación bajo el T-MEC y la imposición de un arancel indiscriminado del 25 % a todos los vehículos. Sin embargo, advirtió que aún quedan muchas incertidumbres sobre su aplicación.
“El problema es que deja sin definir los detalles y solo abre la posibilidad de una certificación de contenido estadounidense que sería exento del arancel”, añadió.
Una certificación de contenido estadounidense
Si bien el T-MEC ya impone altos requisitos de contenido regional para evitar aranceles, la nueva disposición estadounidense introduce una capa adicional de control enfocada exclusivamente en el origen estadounidense de los componentes.
El gobierno de Estados Unidos dijo que permitirá que los fabricantes de automóviles presenten documentación para demostrar qué porcentaje del valor de sus vehículos proviene de componentes o insumos estadounidenses.
De acuerdo con la nueva normativa que entrará en vigor el 3 de abril, las armadoras podrán identificar el contenido de origen estadounidense en cada modelo y, si es aprobado por el Secretario de Comercio, el arancel del 25% solo se aplicará al valor del contenido no estadounidense del vehículo. Esto significa que las partes obtenidas, producidas o transformadas sustancialmente en Estados Unidos quedarán exentas del arancel.
Empresas y analistas advierten que la implementación de estos requisitos supondrá un desafío operativo. “Solo el 25% a lo que no sea contenido estadounidense… va a ser muy complejo calcular cuando hay sistemas que se completan entre los tres países y cruzan varias veces las fronteras”, explicó Ramírez.
La Aduana y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) aún debe definir el mecanismo específico para evaluar el contenido estadounidense en autopartes. Hasta que esto ocurra, no se aplicará el arancel a componentes individuales, aunque sí a vehículos completos.
Mayor complejidad
México ha intensificado su labor diplomática en Washington para asegurar que los cambios respeten el T-MEC y no interrumpan la integración productiva de la región. La presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, han sostenido reuniones semanales con sus contrapartes estadounidenses para mitigar el impacto de los cambios planteados por el presidente estadounidense.
Las armadoras en México también han tenido que evaluar el impacto de la decisión en sus operaciones. En el caso de Kia, la compañía aún no ha visto cambios inmediatos, pero reconoce que la incertidumbre es alta. “Hoy las operaciones se mantienen igual en la planta de Pesquería”, comentó Rubén Hoyo, Product Planning & PR National Manager de Kia.
“Al principio, cuando se anunciaron las primeras medidas, sí hubo planeación de escenarios, pero ha cambiado tanto que hoy ya no sabemos qué va a pasar. Hemos estado expectantes hasta que algo quede en firme para que podamos entender que podemos hacer”, añadió Hoyo, tras el anuncio de las nuevas disposiciones.
Una situación similar ocurre en Honda, donde los equipos de Estados Unidos, México y Canadá se reúnen constantemente para analizar el impacto de los cambios sin lograr una conclusión clara. “Cambia todo el tiempo, es difícil entender los alcances de lo que pueda cambiar. Vamos a esperar a ver en Estados Unidos qué queda finalmente”, dijo la semana pasada Fernando Maqueo, Gerente de Mercadotecnia y Relaciones Públicas en Honda de México.
A corto plazo, la mayor carga burocrática podría frenar la inversión en la región. Los fabricantes enfrentarán costos adicionales para cumplir con las nuevas reglas y garantizar que su contenido estadounidense quede exento del arancel. En algunos casos, esto podría llevar a un rediseño de cadenas de suministro o incluso a la relocalización de ciertas líneas de producción.
Con información de Tzuara de Luna