Mujeres en desventaja en el financiamiento a la vivienda, ¿cuáles son los factores?

Pese a los avances en materia de igualdad de género en el sector financiero, todavía existe una importante disparidad en los productos que componen la oferta de instituciones financieras y otros organismos, por ejemplo, en el crédito a la vivienda.
Según cálculos del gobierno federal, de las 8.9 millones de viviendas que se encuentran en condiciones de rezago habitacional, en 51% de estos hogares son habitados en su mayoría por mujeres, principalmente de 12 a 59 años.
Ante este escenario, las mujeres fueron clasificadas como población vulnerable con el fin de priorizar los apoyos para la vivienda a este segmento poblacional. Las características para realizar esta clasificación fueron las siguientes:
- Falta de seguridad jurídica, ya que las mujeres enfrentan mayores obstáculos para regularizar la situación de sus viviendas.
- Menor disponibilidad de servicios e infraestructura, lo cual impacta a las mujeres ya que son las principales responsables del trabajo doméstico.
- Desventaja en el mercado laboral, lo que aumenta la carga económica que representa el gasto en vivienda o bien, adquirir un hogar propio.
- Mayor riesgo de hacinamiento al pasar más tiempo en el hogar y ser responsables del cuidado de otros miembros de la vivienda.
- Barreras para encontrar viviendas adecuadas que satisfagan sus necesidades específicas de accesibilidad.
¿Y en cuestión de crédito?
Según datos del Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda, durante el 2024 se otorgaron 799,284 créditos para el hogar (adquisición, remodelación y otros) entre los distintos actores del mercado como bancos e instituciones gubernamentales.
De este total, 43.3% fueron para las mujeres, un porcentaje que se ha mantenido de manera similar en los últimos seis años.
Especialistas atribuyen esta disparidad en este financiamiento a varios factores:
- Brecha salarial.
- Falta de productos adecuados a la realidad de las mujeres.
- Una oferta habitacional no alineada a la capacidad de compra de las mujeres.
“El acceso de las mujeres a la vivienda es fundamental para reducir desigualdades y fortalecer su autonomía económica… Es importante que el sector inmobiliario y financiero reconozcan estas barreras y desarrollen estrategias que promuevan la inclusión financiera de las mujeres“, comentó Brynne McNulty Rojas, cofundadora de la plataforma Tuhabi.
Estas barreras resaltan en un entorno donde se ha demostrado que pese a tener menos acceso al financiamiento, las mujeres son más cumplidoras en el pago de sus créditos.
Según datos compartidos por SOC Asesores, el Índice de Morosidad en la cartera hipotecaria bancaria es de 2.5% en mujeres, menor al de los hombres, que registran una tasa de 3.6 por ciento.
“Las mujeres mexicanas ganan en promedio 14% menos que los hombres en trabajos equivalentes. Además, en muchos casos, una parte o la totalidad de sus ingresos los genera por medio de actividades informales, lo que afecta su probabilidad de ser elegibles para un financiamiento”, explicó Cybel Magaña, directora nacional de Crédito Hipotecario en SOC Asesores.
