Con el peso del descrédito que lo descalifica, aun así, Rubén Rocha injuria a directivos de la UAS

Álvaro Aragón Ayala

Sin gozar de ninguna credibilidad y en medio de la sospecha de colusión con una facción de los poderes fácticos armados que operan en Sinaloa, el gobernador Rubén Rocha Moya dedicó 55 minutos de su conferencia La Semanera a descargar su odio en contra de la Universidad Autónoma de Sinaloa y sus directivos a quienes injurió e intentó desacreditar con calificativos aguados.

Visiblemente molesto por el paro general de labores en la UAS, el mandatario estatal justificó que atenta contra la Universidad y demostró su enojo por el rechazo a la Ley Orgánica Externa de la institución, difundiendo, en pantalla exclusiva, números y más números de presuntos desvíos de recursos de la Casa Rosalina, sacados de su mente calenturienta.

En gobernador ofreció la lectura de que da patadas de ahogado y de que el paro universitario lo desquició. Padres de familia, alumnos, personal académico y administrativo de la UAS le exigen que saque las manos de la institución y frene la persecución política y judicial que mantiene contra los directivos universitarios.

Periodistas de Milenio, El Universal, El Heraldo, Excélsior, Fórmula Noticias, El Financiero, Reforma, todos los medios de medios de comunicación y analistas de la Ciudad de México, descalifican el gobierno de Rubén Rocha y más de uno tilda al mandatario de conflictivo, torpe y soberbio y de haber pagado su campaña con dinero sucio.

Aarón Ibarra, en la revista Proceso, reveló en su reportaje “La 4T da la espalda a Rocha Moya”, que el gobernador esta acorralado por su presunta relación con los poderes fácticos “y con el territorio que gobierna semiparalizado por la violencia que ha dejado decenas de víctimas”.

El mandatario se encuentra bajo el escrutinio de los órganos de inteligencia del gobierno federal mexicano ante la sospecha de haber tomado partido a favor de un grupo criminal. “Dan seguimiento personal y mantienen vigilado a Rocha Moya por instrucciones del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador y con el aval de la presidenta, Claudia Sheinbaum”, escribió.

Así, sin poseer ninguna credibilidad, con la imagen de mentiroso, traidor y marrullero, el gobernador sacó las denuncias que obran en contra de los directivos de la UAS y que el pueblo de Sinaloa sabe que él mismo inventó, apoyándose en “relatorías” de los medios de comunicación pagados por el propio gobierno del Estado.

Con el argumento de que “dañan el patrimonio” de la UAS y que por eso las autoridades uaseñas son las que violan la autonomía de la institución, que contrastan con las auditorías practicadas por la Auditoría Superior de la Federación que arrojan resultados positivos para la Casa Rosalina, Rubén Rocha Moya exhibió descaradamente su intromisión en los procesos penales orquestados por él y la Fiscalía en connivencia con los Jueces de Control.

En tanto el gobernador agarra como sonsonete esas denuncias, en la Ciudad de México los periodistas le dan también seguimiento a las acusaciones presentadas en su contra en la Fiscalía General de la República por el tráfico en la asignación de obras, por el Chocosa Ranch y por el desfalco en la operación de compra de miles de toneladas de maíz.

El gobernador, además, está causando un severo daño al erario estatal al pagar con dinero público más 2 mil millones de pesos que Quirino Ordaz Coppel, en funciones de mandatario estatal, le robó al Sistema de Administración Tributario. El hurto de los impuestos pagados al gobierno local por dos empresas para su entrega al SAT, fue encubierto por Rocha Moya.

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