La salud pública, tema sin resolver

Alfredo González Castro

Estamos en el ocaso del sexenio y, a dos meses de que concluya su gestión, Andrés Manuel López Obrador se irá con importantes temas sin resolver, entre los que se encuentra el sistema público de salud.

Heredará una estructura ineficiente y arcaica, sin medicamentos ni capacidad para atender, ya no a toda la población en su conjunto, sino a los sectores más vulnerables.

Quedará a deber mucho. De eso está consciente el mandatario porque para su mala suerte, y la de muchos mexicanos que perdieron a un ser querido, se les atravesó la pandemia del COVID-19 que, en éste y otros rubros, hizo retroceder al país en muchos aspectos.

Frenó el desarrollo de sectores y proyectos, como el que tenía AMLO cuando llegó al gobierno para mejorar y federalizar los servicios de salud; primero a través del INSABI, que terminó siendo un fiasco, y luego mediante el IMSS-Bienestar.

Ninguno de esos planes terminó por consolidarse. Eso sí, todos los estados gobernados por Morena le siguieron el juego al presidente, aceptaron federalizar la atención y los servicios sanitarios porque no tenían de otra.

Sin embargo, nada mejoró para los derechohabientes del sector público ni del privado que, frente a la falta de alternativas, terminan yendo a consultorios de farmacias comerciales.

Muchos mexicanos, si tienen unos cuantos pesos, están a expensas de lo que recetan médicos contratados por farmacias de botargas y descuentos inexistentes.

Por eso los tolera el gobierno y porque sabe AMLO que México está lejísimos de alcanzar un servicio como el de Dinamarca.

No cumplirá con lo que tanto machacó durante su campaña, por lo que esto también está en el catálogo de los temas que dejará a Claudia Sheinbaum.

No entregará las unidades médicas que prometió y dejará un desastre en el abasto, compra y distribución de medicamentos.

De acuerdo con los datos más recientes, sólo ha concluido 199 de 394 unidades de salud programadas.

De esa cantidad 327 dependen de la Secretaría de Salud y atienden a población sin seguridad social: al IMSS corresponden 56 obras y 11 al ISSSTE.

En el caso del instituto que dirige Bertha María Alcalde, nueve unidades médicas continúan con trabajos de rehabilitación.

Y de las obras que corresponden al organismo que encabeza Zoé Robledo, 44 se concluyeron en 2021 y 12 más continúan en proceso.

Esto, junto con el fallido abasto, la compra amañada de medicamentos, a cargo de Birmex, y la inoperante distribución hicieron que la 4T se quedará a medias.

Por esas razones, Sheinbaum y AMLO, acordaron que Zoé continuará al frente del proyecto insignia: el IMSS-Bienestar, con el objetivo de absorber muchas de las tareas pendientes y hacer que la totalidad de los estados federalicen los servicios públicos de salud.

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REGOCIJO Y CUCHICHEOS provocan en la Suprema Corte los errores que de manera frecuente comete la ministra Lenia Batres.

Esta semana, citó el artículo 197 de la Constitución cuando en realidad se quería referir al 127. Muchos “sabiondos” recordaron que la Carta Magna tiene 136 artículos y 19 transitorios.

Pero los opositores a la reforma del Poder Judicial, toman las pifias de la morenista para cuestionar la iniciativa presidencial, cuando nada tiene que ver una cosa con otra.

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YA ES UN HECHO que a finales de septiembre habrá humo blanco en Morena.

Se sabrá entonces quién sustituirá a Mario Delgado en la presidencia del partido.

Aunque no hay mucho que buscarle. Todo está planchado para que Luisa María Alcalde asuma el cargo.

Lo único que buscan en la 4T es guardar las formas, que sea el Consejo Nacional la instancia que vote y elija. Esta vez se ahorrarán el trámite, no habrá encuestas ni tómbola.

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Prometer no empobrece, pero hay promesas que se convierten en tus problemas.”

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