México se seca y no hay una estrategia para rescatarlo

José Luis Ramos y Jesús Padilla

Las afectaciones por la sequía severa y extrema que enfrenta alrededor del 80 por ciento del territorio nacional, repercuten en más de una centena de presas, de las cuales casi el 50 por ciento  reporta niveles por debajo de la mitad de su capacidad, situación que no solo impacta en el uso del recurso hídrico de la población, sino en actividades económicas como la agricultura.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) divide la sequía en cinco categorías. La primera es anormalmente seco, que no es propiamente un rango de sequía, pero se presenta al inicio o al final de estas. Le sigue la sequía moderada que ya manifiesta daños en los cultivos; aumenta el riesgo de incendios y afecta a los niveles en ríos, arroyos, embalses, abrevaderos y pozos.

Posteriormente vienen las sequías severas, extremas y excepcionales, en las que ya se registran pérdidas en los cultivosescasez de agua, aumentan los incendios forestales y se da escasez total de agua en algunos embalses, arroyos y pozos.

De acuerdo con el Monitor de Sequía en México (MSM) de la Conagua, mil 963 (más del 79 por ciento) de los 2 mil 446 municipios pasan por algún grado de sequía, y el 64 por ciento de estos atraviesa un escenario de sequía severaextrema o excepcional.

Actualmente solo la península de Baja California escapa a los estragos de la falta de lluvias; es decir, que solo dos de las 32 entidades del país no presentan afectaciones directas por la sequía.

Por otra parte, la onda de calor mantuvo un ambiente con temperaturas altas sobre la mayor parte del territorio nacional durante la segunda mitad de abril e inicios de mayo, lo que incrementó las zonas con sequía de extrema a excepcional en San Luis PotosíGuanajuatoQuerétaro y el norte de Veracruz y, de severa a extrema al norte de Puebla.

Mientras que en JaliscoColimaMichoacán y Guerrero el porcentaje del territorio con sequía sequía entre moderada y excepcional alcanzó el 67.97 por ciento, lo que superó en 3.35 por ciento a lo cuantificado en la primera quincena de abril.

Presas a menos de la mitad de su capacidad

La disminución de embalses de agua dulce es un rasgo sintomático de las afectaciones de la sequía en nuestro país. En los últimos meses han trascendido imágenes como las de la capilla de la presa “La Muñeca” en Tierra Nueva, San Luis Potosí,  que quedó al descubierto por los bajos niveles del recurso hídrico a causa de la sequía extrema que atraviesa la entidad.

Mismo es el caso de las lagunas del Nevado de Toluca que prácticamente desaparecieron en el marco del calor inusual y la falta de lluvias. Los bajos niveles en las presas y el huachicoleo de agua en algunas zonas del país, han provocado conflictos por el desabasto del vital líquido.

Datos del Sistema Nacional de Información del Agua de la Conagua, señalan que de las 210 principales presas que hay en México, el 67 por ciento (141) se encuentra en un 41 por ciento de su capacidad o menos, y solo dos están al máximo nivel.

Sin embargo, la escasez de agua no solo afecta al suministro urbano, sino que, según especialistas, también pasará factura al bienestar económico de los mexicanos.

“El déficit en la disponibilidad natural de agua y la falta de inversiones para garantizar su suministro, provocan que la disponibilidad sea todavía menor. ¿Cuál es el problema de la reducción en los niveles por periodos prolongados? Que eventualmente alcanzará al ámbito productivo de la economía y la agricultura”, explicó a Reporte Índigo Roberto Constantino, coordinador de la Red de Investigación en Agua de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El golpe económico de la falta de lluvias

La sequía prolongada ya está impactando en el plano económico a nuestro país. Recientemente, la Unión de Productores Independientes de Café alzó la voz para advertir a las autoridades federales sobre el riesgo de la pérdida de entre el 80 y el 90 por ciento de los cultivos en la frontera sur de México.

“El tema de la crisis del agua se ha concentrado en el impacto urbano y la disponibilidad para sostener el consumo de los hogares, esto es importante, pero va mucho más allá porque se necesita para todo, el mantenimiento, la higiene y es un insumo esencial para la producción de los alimentos”, detalló el académico de la UAM.

Constantino agregó que es momento de que se asuma la relevancia del agua en el sector primario de la cadena productiva.

“El agua es vital para la producción de verduras, frutos y hortalizas, pero también para la producción de las proteínas animales y todo el sector ganadero”, enfatizó.

Será fundamental un proceso de cambio tecnológico para mejorar la productividad del sector agropecuario, pues es donde se invierten la mayoría de los recursos hídricos del país, con cerca del 76 por ciento. Foto: Especial

No obstante, el especialista recalcó que este tipo de afectaciones tarde o temprano alcanzarán a los otros sectores productivos, incluyendo las manufacturas más sofisticadas.

“Aunque no se puede exprimir un microchip eso no niega que el agua es importante en su elaboración, o en algunas fases como parte de los insumos”.

En marzo pasado, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) alertó que la sequíaPemex y los aranceles eran las amenazas para la economía mexicana en este 2024.

El IMEF enfatizó que la sequía estaba mermando las cosechas agrícolas y, aunque señaló que el déficit puede cubrirse con importaciones, recalcó que diversos países atraviesan por crisis similares, por lo que los productos elevarán sus precios.

La agonía del cultivo

Agricultores del Distrito de Riego 025 en Tamaulipas prevén un escenario catastrófico para el cultivo de sorgo en la región, si es que no llegan las lluvias en este año, pues cuentan con líquido para solo 10 días.

Este distrito de riego se abastece de la cuenca del Río Bravo.

Dicho problema se complicaría aún más por el intenso calor que se ha presentado en el norte de México en días recientes, pues el agua del sistema de riego ha comenzado a evaporarse.

El presidente del Consejo Estatal Agropecuario de TamaulipasJorge Luis López Martínez, en entrevista con Reporte Índigo, reveló que en este momento cuenta con el agua necesaria para el riego de 10 días.

Agricultores del norte del país enfrentan las consecuencias de la sequía y la ola de calor; si las lluvias no llegan, tendrán agua tan solo para 10 días. Foto: Especial

“Estamos usando el medio riego que nos autorizaron, pero en 8 o 10 días se acaba el riego, por lo que habrá afectaciones si no llueve, el calor afectará más, generando mayor evaporación en el sistema de riego.

“Ahorita estamos regando, pero en 10 días se acaba el agua, no hay más. Una buena parte del distrito no se va a regar, porque no hay agua, y en algunos casos los agricultores no tienen la solvencia económica para ni siquiera pagar la cuota de agua”, explicó López Martínez.

El dirigente calcula una pérdida de producción equivalente al 20 por ciento, entre otras cosas.

“Va a haber una pérdida de producción del orden del 20 por ciento, y a esto le suma que el precio es bajo. Hoy por hoy hay una producción regular, pero va a causar un siniestro económico, no hay ingresos para pagar los costos”, alertó el presidente del Consejo Estatal Agropecuario de Tamaulipas.

López Martínez mencionó que el problema del agua continuará en los próximos años, pues México tiene una deuda de mil millones de metros cúbicos de agua con Estados Unidos por el Tratado de Aguas de 1944, al cual deberá hacer un abono este año.

“Además hay una deuda de mil millones de metros cúbicos de agua que Estados Unidos está reclamando. A ver cómo nos va el próximo año”, concluyó López Martínez.

El doble problema de Nuevo León

Nuevo León no solo enfrenta un bajo nivel de almacenamiento de agua en sus presas, sino que también sufre el problema que representa la evaporación natural en los embalses, acelerada por el calor intenso.

De acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), hasta el martes 7 de mayo, la presa El Cuchillo reportaba un almacenamiento de líquido de 35.15 por ciento, mientras que Cerro Prieto se encuentra al 6.73 por ciento de su capacidad y La Boca, al 38.07 por ciento.

En junio de 2023, Nuevo León vivió una onda de calor intensa, durante la cual, el titular de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán, confirmó que las presas presentan evaporación del líquido.

“Hay días que la evaporación es de seis metros cúbicos por segundo, es mayor a la extracción para la ciudad de Monterrey, incluso hay días que son siete metros cúbicos por segundo de evaporación, es algo que no se ve”, explicó Barragán.

Inversión y tecnología

A pesar de la actual crisis hídrica, las autoridades no han anunciado cambios importantes en las políticas para garantizar el vital líquido en los próximos años. La Ley de Aguas lleva más de 10 años atorada en el Congreso de la Unión, y el debate sobre qué es lo que pasará en el actual panorama de sequía sigue en el limbo.

En este contexto, Roberto Constantino, coordinador de la Red de Investigación en Agua de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), sugiere tres acciones en términos institucionales para afrontar la falta de agua que se recrudecerá con los años.

“En términos institucionales el aprovisionamiento de los recursos financieros suficientes con mecanismos para que fluyan desde la federación hacia los estados y los municipios, porque es en los municipios donde se resuelve el abastecimiento de agua potable”, explicó.

Garantizar el abasto de agua para los más de 126 millones de mexicanos en los próximos años será un reto que deben afrontar las autoridades Foto: Especial

Asimismo, el académico asegura que será fundamental un proceso de cambio tecnológico para mejorar la productividad de los sectores sobre todo del sector agropecuario, pues indicó, es donde se invierten la mayoría de los recursos hídricos del país, con cerca del 76 por ciento.

El especialista de la UAM, también subrayó la importancia de invertir en nuevos sistemas de alcantarillado que sean capaces de separar el agua de lluvia del drenaje, para así aprovechar mejor el recurso, e incluso, tener la posibilidad de poder reinyectarlo en el acuífero.

Y, finalmente, prevé la necesidad de un esquema para que se haga un mejor uso de los recursos hídricos por parte de los hogares, que quizá incluya mecanismos tarifarios de manera que la población sea más cuidadosa con el agua, y pueda recibir un beneficio.

“Quien sea dispendioso en el uso del agua, pues que tenga que pagar más por ella“, concluyó.

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