Cuba se alista para las elecciones locales del domingo pese a acusaciones de opacidad y obstaculización de candidatos
EFE
Cuba vota este domingo a sus delegados a las asambleas municipales (concejal de barrio) y dan así la salida a un ciclo electoral que finaliza en 2023 con comicios parlamentarios y la renovación de los principales cargos políticos, incluido el de presidente de la República.
El proceso, calificado por las autoridades como ejemplo de la “democracia participativa” del país comunista, ha suscitado las críticas de disidentes y expertos en derecho electoral (incluso una campaña a favor de la abstención). Denuncian impedimentos a los candidatos independientes, ausencia de campaña y la no verificabilidad de los resultados.
Unos 8 millones de cubanos a partir de los 16 años (de una población de 11.1 millones) podrán elegir por voto directo y secreto a 12 mil 427 delegados —uno para cada una de las circunscripciones del país— del total de 26 mil 746 candidatos que se presentan, y por un período de cinco años.
Según la Comisión Electoral Nacional (CEN), que asegura que el país está “listo” para los comicios, 22 mil 205 jóvenes ejercerán su derecho al voto por primera vez.
Los días previos a la elección se están caracterizando, de un lado, por la falta de información concreta (quiénes son los candidatos, cuáles son las propuestas, dónde están los colegios, cómo revisar el censo) en medios oficiales, algo que contrasta fuertemente con la intensa campaña realizada en el referendo del pasado septiembre.
De otro lado, resalta el desconocimiento y desinterés en gran parte de la población sobre estas elecciones, que van a celebrarse en medio del descontento social que están generando las actuales crisis económica, energética y migratoria.
Los delegados
El delegado de base trata de “resolver” los problemas del barrio, algo que en la Cuba actual se traduce principalmente en atender y tratar de tramitar quejas sobre infraestructuras básicas como calles, hospitales, colegios y el tendido eléctrico.
Los elegidos conforman además la Asamblea Municipal del Poder Popular de cada localidad, que tiene también la misión de seleccionar de entre sus miembros a los integrantes del Consejo Provincial, el nivel administrativo inmediatamente superior, encabezado por el gobernador, una figura que para cada provincia es propuesto por el presidente del país.
Según la CEN, el 65% de los candidatos son militantes del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), el 44% son mujeres y el 7% son jóvenes. Sólo el 27% aspira a la reelección.
Hacer campaña está prohibido. Las fotos de los candidatos —junto a una breve biografía con su nombre, edad, estado civil, nivel educativo y membresía de alguna organización política (todas las legales son estatales y en la órbita del PCC)— han sido colgadas en los últimos días en zonas concurridas de los barrios. La información no incluye propuestas o aspiraciones.
Un solo aspirante independiente
La plataforma opositora Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC) anunció esta semana que sólo uno de los siete independientes a los que respaldaba logró ser nominado y convertirse en candidato.
Las otras seis mujeres que querían presentarse no lo lograron. Tres no obtuvieron el suficiente respaldo en sus respectivas asambleas de nominación y las otras tres aseguran que no se les permitió presentarse (una denuncia que la asamblea se celebró sin aviso público).
Gobierno y oposición
Los medios estatales han defendido en los últimos días el formato de estas elecciones, objeto de críticas de opositores y activistas.
El diario Granma, órgano oficial del PCC, señalaba esta semana en un artículo que “los delegados del Poder Popular constituyen la más genuina expresión de la democracia participativa cubana”.
En otro texto se destacaba que “contrario a lo que ocurría en la Cuba de ayer, los medios (…) se ponen al servicio de todos los candidatos, y no de aquellos que compran sus espacios para darse publicidad”.
Agregaba que “no hay campaña, porque lo más importante son los valores que la comunidad reconoce en el individuo” y que en Cuba “el voto es libre y secreto, constituyendo un derecho constitucional y un deber cívico que se ejerce de manera voluntaria”.
El informe, titulado “En Cuba se vota, pero no se elige”, afirmaba que “aunque los candidatos no son oficialmente nominados por el Partido, no pueden ser electos sin su beneplácito” porque “de acuerdo a la Constitución, el PCC es único, fuerza motriz superior de la sociedad y el Estado”.