Día de Muertos: la fiesta viva y su esencia

En la celebración de Día de Muertos no hay luto, no hay tristeza porque estamos en una fiesta viva, en la que honramos la memoria de quienes han partido de este mundo terrenal, manifestó el coordinador de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Jorge Luis Hurtado Reyes.

El artista universitario, quien por más de cuatro décadas ha sido el responsable de la elaboración de altares y ofrendas en la institución, habló acerca de la esencia de esta tradición mexicana que data de la época prehispánica y que se celebra en el país los días 1 y 2 de noviembre.

“Esta es una celebración más allá por encima de la propia historia, es una festividad que nos habla sobre todo de la importancia de entender nuestra cultura, nuestra tradición, nuestro pasado, nuestra gente, nuestras vivencias y todo lo que existe”, expresó.

Recordó que fue en 1978 cuando trabajó el primer altar en la Preparatoria Hermanos Flores Magón, donde gracias a que en aquel entonces había muchas personas provenientes del sur del país se implantaron diferentes costumbres entre ellas la del Día de Muertos.

“Una fiesta de las más importantes que tiene México, la fiesta viva de muertos y desde entonces he venido desarrollando esta actividad”, dijo.

Mencionó que esta festividad, que hoy es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, se caracteriza por la colocación de altares y ofrendas para recibir a los fieles difuntos, debe considerar ciertos elementos, colores y simbolismos.

En ese sentido, explicó que un altar está compuesto solo por tres niveles, mismos que representan el cielo, la tierra y el inframundo, se colocan elementos que simbolicen el agua, el aire, el fuego y la tierra, los cuatro puntos cardinales y en el que se deben utilizar colores vivos.

“Los colores que traen los españoles son el violeta, el rosa fiusha, el azul cielo y el blanco, son los colores que ellos nos traen a la celebración y los colores mexicanos son los rojos, los amarillos, ocres, el azul marino, verde, rosa, esos son los colores nuestros, no hay negro porque no estamos de luto”, expresó.

Asimismo, indicó que un altar se dedica a la persona después de los dos años de fallecida, antes de este tiempo solo se le puede hacer una exaltación, además comentó que para honrar su memoria, es importante colocar comida, instrumentos, juegos, cosas que la persona disfrutaba en vida.

“Qué es lo que vamos a poner en la parte superior que es el cielo, flores blancas, veladoras, un vaso con agua, rosario, biblia, algo que tenga que ver con el asunto de Dios; en el medio la foto de la persona a quien le dedicamos nuestro altar sus comidas, sus cosas (…) abajo vamos a poner cuatro cruces”, detalló.

El promotor cultural, invitó a las familias a colocar su altar de Día de Muertos de acuerdo a la esencia de esta tradición y de esta manera, preservar esta manifestación cultural que con los años ha trascendido.

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