La jugada maestra de Cuén Ojeda

Álvaro Aragón Ayala 

Bajo la premisa de que el Partido Sinaloense y él, como actor político, participan en la vida pública, social, económica y política con un proyecto que busca construir y no destruir, Héctor Melesio Cuén Ojeda rechazó la confrontación como alternativa rumbo al Proceso Electoral 2024, generando desconcierto entre los opositores a la Cuarta Transformación que creyeron que se tiraría al suelo, que se desgarraría las vestiduras y que se convertiría en aliado de las campañas de descrédito contra el gobernador Rubén Rocha Moya y el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

La salida de la Secretaría de Salud de Héctor Melesio Cuén Ojeda, por él mismo inducida al no apegarse a la directriz política-mediática del gobernador, lo colocó de nuevo en el centro de la polémica. Su cese, que incluso parece una jugada armada por él para colocar en el ridículo como operador político a Enrique Inzunza Cázarez, secretario general de Gobierno, era esperada con ansias por los directivos del PRI-PAN-PRD y del MC, bajo la creencia de que el fundador del PAS se sumaría a un “frente mediático” contra Rubén Rocha Moya. Pensaron que Cuén desenterraría el hacha de guerra.   

Pero no fue así. Cuén Ojeda mandó una lectura contundente de madurez y de ser un político frío y calculador y de alto nivel. Desechó la confrontación por ser ésta una expresión de impotencia y un recursos que los perdedores usan por carecer de apoyos sólidos o de estructura y liderazgo para hacer política. El ex secretario de Salud eludió el camino fácil y escabroso: la pelea sin cuartel, y optó por transitar por el sendero más difícil: aportarle y apostarle a la construcción de un Sinaloa mejor, en un trance en donde brotan a borbotones los problemas sociales, políticos y económicos. 

La estrategia del fundador del PAS no radica en avivar los miedos de la ciudadanía dividiendo a la sociedad entre buenos y malos, leales y traidores o entre gordos y flacos, blancos y morenos, ricos o pobres, ni buscando entre ellos el mal supremo o al enemigo público número uno de los sinaloenses. Para Cuén Ojeda la confrontación es la ley del mínimo esfuerzo ya que simplemente trata de convertir en escándalo cualquier decisión política escabrosa, pero no contribuye realmente al bienestar de la sociedad. 

En sí, los dirigentes y estrategas del PRI-PAN-PRD y del CM se quedaron con un palmo de narices. No supieron o no pudieron “desentrañar” la jugada de Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien estratégicamente “cocinó” o indujo su destitución para salir del gabinete estatal en calidad de víctima, pero no de enemigo del gobernador o del proyecto de la Cuarta Transformación. La oposición a Rocha se frotaba las manos de solo imaginar que Cuén saldría enojado y que podría ser utilizado como “tonto útil” para golpear a la Cuarta Transformación. 

Del análisis de su cese, se desprende que el propio fundador del PAS provocó su salida del gabinete estatal, no haciendo caso a las directrices del mandatario estatal y facilitando la puesta en manos del Secretario general de Gobierno de dos expedientes, uno caduco, y otra de la agitadora y “grilla” universitaria, abogada y falsa periodista, para que los usaran en su contra, a sabiendas de que la sociedad no les iba a creer y que él, Héctor Melesio Cuén Ojeda, saldría del gabinete en calidad de víctima.. 

El “operador de los expedientes” y de la carta de destitución, Enrique Inzunza Cázarez, quedó como un novato, como un aprendiz de político, como un funcionario perverso dispuesto a vender su alma al diablo para hacer creer al gobernador que queda bien cuando en realidad lo mete en líos. Por la judicialización de la política instrumentada desde el Tercer Piso le ha abierto varios frentes de batalla, sembrándole enemigos en Mazatlán, Culiacán y Ahome y en la Sección 27 y 53 del SNTE, lo cual le pudieran generan problemas de gobernabilidad y conflictos en el Proceso Sucesorio 2024. 

En un escenario en donde Morena es para la oposición el enemigo a vencer y en el que Rubén Rocha Moya es para el PRI-PAN-PRD y MC “un peligro para Sinaloa”, Héctor Melesio Cuén Ojeda, ya, libre como el viento, precisó que no va a ser una piedra en el zapato para el mandatario estatal y que aportará para que le vaya bien al estado, en síntesis, que no caerá en las trampas del revanchismo ni el enfrentamiento político. La incorporación y luego desprendimiento del fundador del PAS de la secretaría de Salud le sirvió para que conociera las entrañas del gabinete estatal y la forma y manera de operar del actual régimen de gobierno. 

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