La FGR de Gertz Manero jamás quiso atraer el caso de César Duarte: Esquivel

El periodista Jesús Esquivel en Aristegui en Vivo de la detención del exgobernador de Chihuahua César Duarte Jáquez el lunes de esta semana, por cargos de presunto lavado de dinero. Recordó el seguimiento del caso que hizo hace ocho años junto con The New York Times y el momento en que, a su juicio, la causa quedó sin avance por la actuación de la Fiscalía General de la República (FGR), entonces dirigida por Alejandro Gertz Manero.

Sobre la investigación que publicó en 2017 junto con Azam Ahmed en el prestigioso diario neoyorquino, describió la abundancia de documentación recopilada durante meses de trabajo sobre movimientos de dinero, empresas fantasma y transferencias destinadas a fines político-electorales.

Sobre el papel de Gertz Manero en el estancamiento del caso y su reactivación tras la llegada de Ernestina Godoy, afirmó: “Lo que me dice es que Alejandro Gertz Manero en la Fiscalía General de la República no servía para nada”.

Relató que, pese a la existencia de “cantidad de documentos” y hallazgos -entre ellos recibos, firmas y trámites- la FGR “jamás quiso atraer el caso” y que, tras la extradición de Duarte desde Estados Unidos el expediente fue delegado al estado de Chihuahua y terminó con la puesta en libertad del exgobernador.

Esquivel narró episodios concretos que, según dijo, evidenciaron la magnitud del presunto desvío: la existencia de empresas fantasma, el envío de recursos desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público durante la gestión de Luis Videgaray, “que desde Chihuahua se distribuía con fines electorales para otros estados”, y que “algunos exgobernadores priistas compraron hasta ganado con ese dinero”.

“Estaban las firmas del entonces Secretario de Hacienda del Gobierno de Enrique Peña Nieto que se tenía que haber averiguado y esclarecido y nunca se hizo absolutamente nada”, dijo en alusión a Videgaray.

El periodista dijo además haber documentado propiedades y movimientos en la frontera con Estados Unidos: “Incluso documenté con video las propiedades que tiene en El Paso, Texas, él y su familia sus hijos, su esposa sus familiares” y señaló que las autoridades estadounidenses estaban a la espera de información de México para coadyuvar en las indagatorias. En ese punto sostuvo que “iban a ser decomisadas por las autoridades estadounidenses bajo las acusaciones de México y no ocurrió absolutamente nada”.

Recordó que la publicación en The New York Times desató el seguimiento por parte de medios mexicanos y reacciones oficiales que no prosperaron. También atribuyó a la entonces embajadora de México, Marta Bárcena, un papel activo para lograr la extradición desde Washington.

Esquivel recordó la comodidad del entorno de Duarte aun estando detenido, que documentó en su momento en la revista Proceso: “Tenía hasta un chef en su prisión, le fueron a instalar un escritorio, vivía todo lujo salía de la cárcel con pretextos de problemas de salud y andaba por todos lados a complacencia del gobierno en el estado de Chihuahua a cargo de la gobernadora panista Maru Campos”.

También consignó que una jueza del estado de Chihuahua, durante diligencias en Florida, “señalaba que si hubo desvío de dinero pero que ella no tenía pruebas”.

Al referirse a la investigación durante la administración estatal del entonces panista Javier Corral (hoy morenista), el periodista elogió la profesionalidad del equipo que la llevó a cabo y resaltó a dos colaboradores: un fiscal joven, “Paco”, y la jefa de la fiscalía de investigación; dijo que ambos trabajaron intensamente para descubrir las maniobras.

Denunció también lo que describió como persecución contra los investigadores: “Cuando me entero que lo acusan y lo meten incluso a la cárcel, no cabe duda que así son las vendettas políticas en nuestro país, porque hay mucha gente embarrada en el caso de César Duarte”.

“Por eso digo que la Fiscalía General de la República en manos de Gertz Manero, en este caso no quiso hacer nada y nunca pude descubrir por qué y qué ocurrió pues a falta de pruebas se les regresaron las propiedades. Nunca les fueron confiscadas, pero iban a ser decomisadas por las autoridades estadounidenses bajo las acusaciones de México y no ocurrió absolutamente nada”, aseguró.

Sobre las pruebas documentales, Esquivel relató que al revisar cajas con información encontró recibos firmados por el entonces gobernador de Chihuahua con pagos de cientos de miles de pesos a personas inexistentes o vinculadas a amistades, una situación que describió como “una regadera de dinero por todos lados”. Añadió que también se documentaron transferencias canalizadas a la Secretaría de Educación del estado, la cual, dijo,  funcionaba únicamente como “pantalla para mover el dinero y mandarlo a otros estados con fines electorales”.

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