Diversión, dinero… o vida
José Angel Sánchez López-
A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro. Gilbert Keith Chesterton.
Al redactar estas líneas seguía la indecisión de las autoridades estatales sobre la autorización o prohibición y el capricho del alcalde porteño Luis Guillermo “El Químico” Benítez por las fiestas del carnaval de Mazatlán.
Mientras el alcalde da luz verde para que continúen los preparativos para las fiestas mas importantes del puerto sinaloense que además de diversión sin medida dejan una buena derrama de dinero para los prestadores de servicios. como hotelería, restaurantes, transporte público así como para el comercio.
Para el sector médico y la gente que razona, la celebración del carnaval, que reúne a mas de medio millón de personas durante los desfiles y varios miles en los festejos de olas altas la prudencia aconseja la suspensión de las fiestas.
Estamos en medio de la pandemia provocada por el coronavirus y sus variantes.
Las infecciones y las muertes se disparan y bajan. Hay inestabilidad en la presencia del virus.
En nuestra entidad 109 mil 668 sinaloenses se han infectado en esta pandemia que hasta el miércoles había cobrado ya 9 mil 435 vidas.
En México, hasta el miércoles ya van 5 millones 192 mil 8 casos y 310 mil 627 muertes por el virus.
A nivel mundial mas de 400 millones de personas han resultado infectadas por el nuevo coronavirus y 6´136.871 han muerto, según un recuento de Reuters hasta este jueves.
Y esas son las cifras oficiales, pero los expertos consideran que la realidad las supera.
Aquí en Sinaloa hace unos días el Secretario de Salud, Héctor Melesio Cuén, estimó que las cifras reales pueden ser hasta cinco veces mas que las reportadas.
La realidad nos indica que el peligro no ha pasado. Está latente.
Los colores del semáforo oficial son indicativos mas no definitivos.
Ante la magnitud y sorpresivo del comportamiento del coronavirus y sus derivados cualquier descuido, cualquier imprudencia pueden disparar de nuevo los contagios y los decesos.
La celebración de fiestas como la que realozó el “Químico” Benítez en Olas Altas el fin de año o el concierto del Buki en Culiacán son verdaderas imprudencias por las aglomeraciones que se registraron sin guardar siquiera la sana distancia ni los demás protocolos.
Permitir la celebración del carnaval de Mazatlán con afluencia de medio millón o mas de personas en la avenida del mar sería una imprudencia criminal.
Así impongan semáforo amarillo o verde, ese tipo de aglomeraciones es altamente riesgoso.
Es cierto, la organización, los preparativos que no se han detenido por capricho del alcalde, han representado millonarios gastos.
Los “moches” que cobran las cabezas de la organización representan también millones de pesos.
La hotelería, los restauranteros, y demás prestadores de servicios así como el comercio están por la celebración porque les representa jugosos ingresos.
Si se cancela el carnaval serían cuantiosas las pérdidas y las utilidades que dejarían de percibirse.
Pero sobre lo económico, en este caso está el riesgo para la salud de miles de personas que sin medir las consecuencias acuden a las fiestas.
Esos riesgos los midieron los organizadores de los carnavales de Rio de Janeiro y Nueva Orleans, los mas tradicionales del mundo, lo mismo que otras plazas de México que también celebran esas fiestas. Y optaron por lo sano, por preservar la salud de la gente y suspendieron los eventos.
Ah! Pero al fandanguero alcalde mazatleco adicto a las fiestas y la bebida eso no le importa. El quiere fiesta, música y diversión. Lo ha demostrado en varias ocasiones.
En estos momentos la moneda está en el escritorio del Gobernador Rubén Rocha Moya y del Secretario de Salud Héctor Melesio Cuén.
Por sobre los caprichos del alcalde mazatleco debe imponerse la salud de los sinaloenses.