Asesinato del alcalde de Uruapan marca parteaguas en la crisis de seguridad

Ángela Chávez

En México por lo menos 56 actores políticos han sido asesinados durante este año, siete de ellos eran alcaldes. La última víctima fue el presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, homicidio que ha causado un gran impacto entre la sociedad mexicana y que puede marcar un antes y un después en materia de combate a la delincuencia, de acuerdo con especialistas y organizaciones.

La organización Causa en Común informa a Reporte Índigo que el país ha sido el escenario de crímenes en contra de por lo menos 56 actores políticos, tanto en el norte, sur y centro del país.

La Organización no Gubernamental detalla que los homicidios se han registrado de la siguiente manera: en Veracruz, ocho; en Morelos, ocho; en Guerrero, siete; en Oaxaca, seis; en Michoacán, cinco; en Ciudad de México, tres; en Jalisco, tres; en Colima, dos; en Guanajuato dos, en Sinaloa dos, en el Estado de México dos, en Baja California Sur uno, en Hidalgo, uno; en Nuevo León, uno; en Sonora, uno; en Puebla, uno; en Tlaxcala, uno; en Tamaulipas, uno; y en Quintana Roo, uno.

En entrevista para este medio Nancy Angélica Canjura, investigadora de Causa en Común, destaca que el crimen de Manzo obliga al Gobierno federal a reaccionar por lo que puede ser un parteaguas en la lucha contra la delincuencia organizada la cual comenzará en Michoacán.

Este asesinato sí marca un antes y un después, sobre todo más en el tema de la estrategia en sí misma, por ejemplo, con este tema específico del Plan Michoacán, el parteaguas que marca tiene que ver con el golpe de realidad que obliga al Gobierno federal a reaccionar, a dejar de defenderse con las estadísticas oficiales, hasta cierto punto maquilladas, o con esta narrativa donde se mantiene el discurso de triunfalismo en la disminución de homicidios.

“El mismo estado de Michoacán muestra una disminución de 13 por ciento de los homicidios, entre enero y septiembre de 2025, respecto del mismo periodo del 2024; sin embargo, esta situación del asesinato de Carlos Manzo marca esta pauta en donde se le exige a la Presidencia, al Gobierno federal, que reconozca las omisiones, que reconozca las problemáticas, que reconozca la descomposición en Michoacán y esa es la línea que marca efectivamente de lo que hemos venido escuchando desde el sexenio del presidente López Obrador”.

En el mismo sentido, la Cámara de Diputados publicó el 3 de noviembre un comunicado en el que se destaca que el crimen del alcalde michoacano debe marcar un cambio en los temas de inseguridad.

En el documento se expresa que “la muerte del alcalde de Uruapan, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, cruzó una línea que debe marcar un antes y un después en materia de combate a la delincuencia”, afirmó la presidenta de la Mesa Directiva, Kenia López Rabadán, quien condenó de manera enérgica este crimen.

Al mismo tiempo, sostuvo que las autoridades responsables deben reconocer que los niveles de violencia han sobrepasado los límites de lo tolerable.

Estamos ante un parteaguas, es un punto de inflexión y yo espero que se tenga altura de miras, que se tenga nivel de estadista, que se tenga una visión de un México unido y no dividido, porque ya no se necesita división, no se necesita estigmatización, lo que se necesita es trabajo conjunto para detener a los criminales. (…) Lo otro, la división, solo ayuda a los criminales”, subrayó.

Tras asesinato del alcalde de Uruapan, gobierno lanza Plan Michoacán por la Paz

El homicidio del alcalde de Michoacán ha hecho que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum anunciara la nueva estrategia Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, para tratar de frenar la violencia desbordada que se vive en ese estado.

La especialista explica que el crimen organizado ha tenido gran presencia en Michoacán porque es un estado muy rico y atractivo, lo que ha sido su condena al no contar con la fuerza de seguridad necesaria para combatir a los grupos criminales.

Michoacán es un estado que tiene municipios en situaciones de rurales o semiurbanas y con un suelo muy fértil, es estratégico para muchas actividades tanto lícitas como ilícitas, es un estado muy rico que no podía pasar inadvertido de la delincuencia organizada.

“Vemos cómo en el estado se da esta violencia relacionada con el control territorial que mantiene y que busca acrecentar la delincuencia organizada”, explica la investigadora de Causa en Común.

La entrevistada destaca que los crímenes contra actores políticos se dan fuera del contexto de las elecciones, como fue el año pasado, lo que es una muestra de la violencia desbordada que se vive en el país por quienes expresan de manera abierta su lucha contra la delincuencia.

También se resalta el hecho que en lo que va del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum han muerto 10 presidentes municipales o alcaldes muestra la necesidad de seguridad que hay en el país en donde cualquier persona puede ser asesinada.  

“Hemos visto casos de otros presidentes municipales que a lo mejor ellos no han perdido la vida, pero se han visto envueltos en negociaciones con grupos delictivos.

“A veces tenemos que ir más allá de la estadística cuantitativa y también mirar lo cualitativo, porque solo de esta manera vamos a poder tener una película más completa sobre cómo va la situación de la violencia efectivamente. Creo que es importante recalcar que, por ejemplo, el crimen de Carlos Manzo es solamente una punta del iceberg, y que los asesinatos del año pasado estuvieron relacionados con el contexto electoral, y ahora se da contra quienes se manifiestan abiertamente su lucha contra quienes generan la inseguridad, por lo que el gobierno debe tomar acciones para frenar estos y los otros crímenes que se suscitan en México”, concluye Canjura.

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