“Muy bien, Ken”, agradece AMLO a embajador de EU sobre reforma eléctrica
Fabiola Martínez y Néstor Jiménez
Al agradecer la reciente declaración del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, en el sentido de que hay razón en actualizar la reforma eléctrica, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo hoy que desde tiempo de campaña ha sido claro con su proyecto. “No engañamos a nadie (…) planteamos un cambio sin extremismos”, subrayó.
En la conferencia de prensa matutina realizada hoy en esta entidad, dijo al respecto: “Muy bien, Ken”.
Recalcó que su propuesta de reforma constitucional es justa porque se le está garantizando al sector privado el 46 por ciento de la generación de energía, y condiciones más equitativas para la Comisión Federal de Electricidad, sin los “negocios sucios” desarrollados al amparo de las energías limpias.
Entonces, dijo López Obrador, “no es una iniciativa autoritaria, que perjudica, es buena para todos”.
Si no hubiese decidido el pueblo este cambio, a finales de este sexenio ya no iba a existir la Comisión Federal, se iba a terminar el mercado.
Al inicio de su exposición dijo: “Yo agradezco mucho las palabras del embajador Ken Salazar; el gobierno del presidente (Joe) Biden ha sido muy respetuoso y se ha buscado que trabajemos cada vez en mayor coordinación y, sí, me enteré, me informé de sus declaraciones.
“El fue legislador, él sabe que es necesario revisar el marco legal constantemente porque vivimos en un mundo cambiante, son nuevas las realidades; cuando se aprobó esa reforma energética, hace seis, ocho años, eran otras condiciones, se apostaba a que desapareciera la función pública, que no hubieran empresas públicas, ni bancos públicos, ni industria petrolera pública, industria eléctrica pública”.
Es más, añadió López Obrador, “no querían ni salud pública ni educación pública, lo que imperaba, lo que prevalecía, lo que elevaron a rango supremo fue lo que se conoce coloquialmente como privatización, la transferencia, el traslado de bienes públicos a particulares, que todo fuera manejado por empresas privadas, que el Estado no interviniera en el desarrollo, incluso que incumpliera con su función social y que todo quedara en manos del mercado”.
Recalcó que esa era la política, “eso es el neoliberalismo, eso ya se aplicó en México porque no es novedad, de la época de Porfirio Díaz, por eso hablamos nosotros que neoliberalismo es neo porfirismo”.
En 36 años – subrayó- es difícil encontrar una reforma que se haya impulsado para beneficio del pueblo.
“Todas se hicieron para beneficio de las minorías, la llamada reforma energética, la llamada reforma fiscal, la llamada reforma a la seguridad social, la llamada reforma educativa, todas llevaban ese propósito”.
Entonces, dijo el mandatario, tiene razón el embajador de Estados Unidos porque son tiempos distintos.
“¿Por qué ganamos nosotros, por qué nos dio confianza el pueblo?, porque presentamos un proyecto de transformación, no engañamos a nadie; nosotros no enarbolamos la bandera de la política neoliberal, dijimos vamos a cambiar la política económica y eso lo que estamos haciendo”.
Entonces, añadió, si hay una nueva circunstancia se requiere de una revisión al marco legal y por eso es necesaria la reforma eléctrica porque se hizo con otros propósitos.
“Se hizo, para hablar claro, con el propósito de desaparecer a la Comisión Federal de Electricidad y que todo el mercado eléctrico la manejaran las empresas particulares, sobre todo las extranjeras.
“Entonces, eso que fue un exceso, un despropósito por la ambición al dinero, al lucro, tratándonos a los mexicanos, tratándonos al país como si fuera tierra de conquista (…) para saquear, robar”.
Ahora lo que queremos, señaló, “sin extremismos hacer cambios en beneficio de todos porque aunque parezca increíble de continuar con esa política todos, ricos y pobres, íbamos a terminar perjudicados: los pobres más pobres y los ricos más inseguros, pues no iban a poder vivir mas que en carros blindados o en fortalezas, en búnker, rodeados de guardaespaldas porque ¿qué genera la violencia?, pues la desigualdad, el empobrecimiento, la falta de oportunidades, de seguir con ese modelo inhumano, dándole la espalda al que sufre, dejando atrás al que quiere salir adelante”.
En el periodo neoliberal los legisladores todos aprobaban, “hasta dormidos”.
Publicado en La Jornada