UAS: reingeniería financiera, administrativa y laboral y el Contrato Colectivo de Trabajo

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

Aun cuando haya voces disidentes, la reingeniería integral anunciada por el Rector Titular de la Universidad Autónoma de Sinaloa, deberá llevarse a cabo

El saneamiento presupuestal de la Casa Rosalina sufrirá cambios estructurales de fondo para sanear las inconsistencias que dificultan cumplir con las obligaciones esenciales que permitan solventar los múltiples compromisos para funcionar con el menor número de presiones financieras para su cabal cumplimiento en la educación de los hijos de los sinaloenses.

El Rector Titular Dr. Jesús Madueña Molina, cumple con desarrollar una estrategia de reforma integral en la Universidad Autónoma de Sinaloa, para responder a un requerimiento fundadamente serio para propiciar esas reformas anunciadas. Para darlas a conocer formalmente, el día de ayer las autoridades rosalinas convocaron a una rueda de prensa, en la cual se planteó ese compromiso institucional.

Fusionar programas educativos afines, compactación de grupos, readscripción del personal académico y administrativo que se involucre en esas determinaciones para proteger sus derechos laborales es una de las medidas que previa revisión por la Comisión responsable presente su propuesta reformatoria y de ser necesario llevarla al H. Consejo Universitario para su aprobación.

La atención sustantiva cayó en la llamada reforma laboral ya que en ella se comprende revisar prestaciones que recibe el personal jubilado como la jubilación dinámica y otras prestaciones, pero sobre todo no dejar desprotegidos los derechos de todo el personal que se ha incorporado a la UAS a partir del mes de enero del 2016 que no tienen derecho a la jubilación ni a la pensión del IMSS por encontrarse en el régimen de cuentas individuales o sea en las Afores.

Con todo respeto a los jubilados, su derecho a la jubilación dinámica se sustenta en el Contrato Colectivo de Trabajo celebrado entre la UAS y el Sindicato Único de Trabajadores de la UAS, y no en la Ley Federal del Trabajo ni en la Constitución. Sus bases de otorgamiento fueron pactadas por las partes celebrantes y tampoco tienen sustento legislativo.

Las partes tienen en consecuencia el poder soberano para realizar las modificaciones pertinentes en caso de que dicho derecho se ponga en riesgo de desaparecer como parece que es el interés de las autoridades federales. Aquí no prevalece el derecho adquirido menos la expectativa de derecho.

Hay voces que se han manifestado diciendo que por el sólo hecho de estar en el contrato colectivo de trabajo una prestación se considera inamovible. A esas personas le digo que analicen muy bien su postura y no pongan en riesgo lo que con mucho esfuerzo y sacrificio se llevó a cabo por muchos universitarios para tener el derecho a la jubilación. Para tranquilidad de algunos inconformes también habrá reducción salarial de los directivos universitarios, se mencionó en la aludida rueda de prensa.

Aunque parezca impertinente, el llamado se reitera, no expongamos el derecho jubilatorio ante polarizaciones sin razón ni fundamento. La crítica siempre será bienvenida pero la misma también deberá ir seguida del debido respeto y no como medio para proferir ofensas y descargar el producto de las frustraciones.

El fondo de pensiones debió ser un requisito cuando se aprobó la jubilación dinámica en el contrato colectivo de trabajo, un hecho que ahora pesa y con mayor razón cuando ya se tenía prácticamente asegurado el financiamiento de la jubilación de todos con el fideicomiso constituido el dos mil ocho y brutalmente disuelto poco tiempo después.

La agresión manifiesta por algunas conductas porriles como las ocurridas el día de ayer en la instalación del Consejo General de Delegados del SUNTUAS, no deben ser la identidad de los universitarios en la defensa de los derechos.

No hay que caer en provocaciones de algunos grupos: la armonía y el respeto, deben ser el común denominador para abanderar con éxito una reforma que no sólo fortalecerá a la Universidad Autónoma de Sinaloa, sino que dará certidumbre a miles de universitarios que dependen de los derechos contractuales, como es el caso de la jubilación. Por una Universidad fuerte y por un Sindicato de todos, claro que se puede.

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