UAS: no a la denostación y a la injuria

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

Hoy, vemos en diversos artículos, pronunciamientos y diversos comentarios relacionados con lo que ocurre en la Universidad Autónoma de Sinaloa. La crítica sin propuesta, que es la postura que se observa de algunos grupos, solo se dirige a reafirmar una posición que en nada contribuye a resolver una situación de crisis presupuestal que padece la Universidad más importante de los sinaloenses.

Otros grupos, que al parecer son los mayoritarios, se unen para alzar su voz y proponer algunas propuestas que deben ser retomadas para sentar las bases de una posible salida razonada y viable a la solución financiera universitaria.

Partir de la premisa que el contrato colectivo de trabajo desde el momento que contempla el reconocimiento de determinados derechos como algunas prestaciones económicas y la jubilación dinámica de los trabajadores, debe ser intocado para los que tienen un derecho adquirido. Lo que quiere decir que las expectativas de derecho para otros están dentro de las posibilidades de ser modificados.

El reconocimiento de los derechos no está sujeto a discusión. Lo que se pide desde el gobierno federal es que las prestaciones contractuales sean racionalmente congruentes con su finalidad y que la jubilación dinámica debe ser sometida a consensos de la comunidad universitaria para hacerla viable y funcional.

Retomar la creación del fondo de pensiones es un imperativo en el que participen todos sin distinguir derechos adquiridos o expectativas de derecho. La jubilación, ha sido un derecho que históricamente la federación no ha reconocido pero que sin embargo ha subsistido sin ese reconocimiento y también su pago durante las diversas administraciones universitarias.

Tampoco es con la denostación y la injuria como se deben buscar las soluciones a una crisis que nos puede afectar mucho más a todos. La UAS al igual que otras instituciones públicas de educación superior en el Estado, subsisten a través del subsidio que se les otorga por los gobiernos federal y estatal.

Las prestaciones contractuales están sujetas a ser cumplidas precisamente con ese recurso financiero mismo que desde los inicios de la celebración y firma del contrato colectivo de trabajo, debieron sentarse las bases para que los derechos de todos no se pusieran en riesgo o se vieran afectados en el futuro, cuya sombra parece que ha alcanzado a la Casa Rosalina.

Tampoco es con posturas filosóficas románticas como las soluciones que se buscan desde el gobierno federal deben aterrizar en la Universidad Autónoma de Sinaloa. La unidad es un imperativo en estos momentos de riesgos, pero también que esa unidad se sostenga con planteamientos serios y objetivos y reconocer también que los cambios son inevitables.

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