¿Qué esperan los consumidores de los precios en los próximos meses? No son optimistas

Fernando Franco

El aumento en los precios de bienes y servicios (como alimentos, bebidas y servicios escolares) es un tema que preocupa a los mexicanos, quienes consideran que, en los próximos 12 meses, se registrarán tasas de inflación relativamente elevadas. 

De acuerdo con el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC), que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población percibe mayores presiones en su bolsillo a lo largo del próximo año.

El índice que evalúa cómo cree el consumidor que se comporten los precios en el país en los siguientes 12 meses, comparado con el mismo periodo del año anterior, retrocedió un punto en julio, lo cual refleja dicha percepción.

Se trata de la caída número siete de forma consecutiva, es decir, en todo 2025 muestra una tendencia a la baja.

Cabe recordar que un incremento en ese índice significa que los hogares consideran que los precios disminuirán o aumentarán menos a lo largo de los siguientes 365 días; en contraste, una baja refleja cierto pesimismo en los precios por parte de los consumidores.

“Los resultados de las expectativas de inflación reflejaron un deterioro, anticipando un entorno con mayores presiones sobre los precios en los siguientes 12 meses”, comentó Janneth Quiroz, directora de Análisis económico, cambiario y bursátil de Monex Grupo Financiero.

En su opinión, los resultados de la confianza del consumidor retomaron un “profundo sentimiento de fragilidad”, con caídas en la mayoría de sus componentes, con lo que, dijo, se prolonga la trayectoria descendente del indicador, reflejando un entorno de cautela entre los hogares.

Inflación da respiro

La percepción de los consumidores se da pese a que la inflación (la cual mide el aumento en los precios de los bienes y servicios) moderó su escalada.

Según datos del Inegi, en la primera mitad de julio, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una tasa anual de 3.55 por ciento, con lo cual hiló tres descensos consecutivos y se ubicó dentro del objetivo del Banco de México (Banxico), de entre dos y cuatro por ciento.

“Es posible que la desaceleración en la inflación se deba al estancamiento en la actividad económica de México, reflejado en caídas en el consumo, inversión, construcción y exportaciones automotrices”, señaló Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.

Sin embargo, rubros como alimentos, bebidas y tabaco arrojaron incrementos anuales de 5.12 por ciento, mientras que los productos pecuarios, 10.70 por ciento. Es decir, en su mayoría, artículos de primera necesidad para las familias mexicanos.

En su última minuta de política monetaria, uno de los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México mencionó que una inflación de doble dígito en los productos pecuarios no se había visto desde el episodio de la pandemia. Otro miembro destacó, en particular, los aumentos en los precios del pollo y en los de la carne de res.

Banxico espera que su meta de inflación (tres por ciento) converja hasta el tercer trimestre de 2026 y espera que este año finalice en 3.7 por ciento.

Entre los riesgos al alza que ve el banco central están la depreciación cambiaria, las disrupciones por conflictos geopolíticos o políticas comerciales, la persistencia de la inflación subyacente (no considera productos más volátiles en su precio), las presiones de costos y las afectaciones climáticas.

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